“A la violencia, queridos hermanos, no hay que responder con más violencia, porque se desata una espiral incontrolable de hechos de sangre que destruyen el tejido social; siempre debemos responder respetando los límites de la justicia y el derecho, de lo contrario, se pueden cometer atropellos sin fin”, manifestó en su homilía este domingo Su Excelencia Mons. Jorge Solórzano Pérez, Obispo de Granada, tras meditar que las  enseñanzas de Jesús a sus discípulos son inspiradoras “Hace dos tipos de propuesta: la primera propuesta de Jesús es de una altísima calidad ética, difícilmente comprensible y alcanzable para la inmensa mayoría:  – Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los injurian, si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra– “, meditó

El odio es un ácido que corroe las relaciones familiares, destruye amistades de muchos años. El odio genera violencia y una sed de venganza que nunca está satisfecha,  además una persona con sentimientos de odio y deseos venganza, pierde la objetividad del juicio y desaparecen las fronteras éticas, pues, se considera que todos los medios son válidos, con tal de destruir al que se considera un enemigo”

“A reflexionar sobre estas pasiones y para ello,  proponen dos textos: el primero de ellos nos relata el odio que se fue apoderando del rey Saúl contra David y la nobleza con que David respondió. El segundo texto es del Evangelio, nos recapitula las enseñanzas de Jesús, respecto al trato que debemos dar a los que nos odian”, observó.

“Estas lecturas de hoy nos hablan del odio y el deseo de venganza; es algo terrible, porque el odio y la venganza son sentimientos que cuando se apoderan del corazón de una persona tienen la capacidad, digamos, asesina como una represa cuando el dique colapsa, las aguas destruyen todo lo que se encuentra a su paso”

Los personajes bíblicos del antiguo Testamento

El Jerarca dijo que “Estos dos  referentes, el ejemplo de David y las palabras de Jesús deben hacernos reflexionar sobre qué tipo de lenguaje, qué sentimientos hay en nosotros; por ejemplo: el uso de las redes sociales que se ha convertido en el cauce contaminado por el que circulan palabras soeces, calumnias y todo tipo de agravios y tendríamos que reflexionar sobre el lenguaje que utilizamos en la familia, en la comunidad, con nuestros vecinos y muchas veces los políticos”, advirtió.

El Prelado hizo una breve reseña del pasaje del rey Saúl y David “Es una relación que tiene como punto de partida un profundo agradecimiento que termina por convertirse en un odio visceral. De manera muy esquemática les recuerdo los capítulos principales de esta historia: recuerden que el joven David mató a Goliat, el filisteo que aterrorizaba al pueblo de Israel; como expresión de agradecimiento, el rey Saúl nombra a David como jefe de su ejército, lo lleva a vivir con él en su palacio y le da como esposa a su hija a Mikal, que es hija del rey Saúl. El pueblo maravillado por las victorias militares de David, lo recibe triunfalmente y canta: –Saúl mató a mil, pero David mató a diez mil-; este reconocimiento del pueblo llenó de ira al rey Saúl, quien buscó eliminar a David a quien consideraba como un rival peligroso , atentó contra su vida en varias ocasiones”, dijo.

En este sentido, recordó que la lectura describe las circunstancias en  que “David tuvo la posibilidad de matar al rey Saúl mientras dormía, pero no lo hizo. Hemos escuchado que no lo hizo, son notables las palabras de David, manifestación de un corazón noble y respetuoso del valor de la vida  –Aquí está la lanza del rey, que venga uno de sus servidores a recogerla, el Señor premia al que es honrado y leal, Él te puso hoy en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor –«, citó.

“¡Hermosa lección la que nos da el joven David!. En lugar de responder con rabia al odio ciego del rey Saúl, David responde con nobleza y generosidad”

 

 

“Vemos, pues, que este mensaje de Jesús es absolutamente coherente con la lógica de las bienaventuranzas, pero que chocan frontalmente con el modo de comportarse de los individuos y los pueblos. El que se cree súper hombre, hace recomendaciones muy distintas, definitivamente el Reino de Dios se construye sobre fundamentos totalmente diferentes de los proyectos humanos”, contempló el eclesiastico.

“La segunda propuesta de Jesús es de una profunda sabiduría y si la acogiéramos, cambiaría el clima de las relaciones sociales. Dice Jesús: – Traten a los demás como quieren que ellos los traten-. Una fórmula simple, de gran impacto: exijo respeto, debe tratar con respeto; pido que se dirijan a mí con buenos modales, debo aprender a decir: por favor y gracias; no me gusta que me griten, tampoco debo alzar la voz para expresar una queja”

Vivimos en una sociedad tóxica – subir el nivel ético de las discusiones

El obispo  dijo que “Los seres humanos somos inconsecuentes, pues, esperamos cosechar lo que no hemos sembrado, pedimos para nosotros lo que somos incapaces de dar a los demás. Como ya sabemos nosotros, porque vivimos en esta sociedad, conocemos por las noticias como viven los países del mundo. Yo pieno que vivimos en una sociedad tóxica, envenenada por la polarización y las falsas verdades. ¿Qué nos pide el Señor hoy?” Interrogó. Tras responder: “En vez de contribuir al envenenamiento del clima social, subamos el nivel ético de las discusiones, maticemos nuestros juicios”, instó.

“El joven David con su noble actitud nos invita a romper el círculo vicioso del odio y la venganza y, las palabras de Jesús señalan un punto muy alto de las relaciones sociales, si nosotros, sus seguidores las pusiéramos en práctica cambiaría el lenguaje y los ánimos se sosegarían”