Su Exc. Rev. Mons, Sócrates Rene Sándigo Jirón, Obispo de la Diócesis de León, reflexionó en su homilía de este domingo que “Delante de Dios no se puede aparentar, porque Él conoce a cada uno en particular: la mente, el corazón, los sentimientos, cómo eres, y por ello, el momento más auténtico de nuestras vidas debe ser cuando estamos con Él en el templo, ahí nos descobijamos y nos presentamos con corazón contrito, espíritu humillado y con la cabeza baja y si es posible, de rodillas -aquí estoy, Señor, este soy yo, esta soy yo, tú, sabes mi vida, tú, sabes quién soy». Y no querés justificar delante de Dios la bondad nuestra, sino, delante de Dios reconocer nuestra miseria para que Dios nos vea con ojos de misericordia y nos levante y nos de ánimo de seguir adelante”

Haciendo alusión al Evangelio del día sostuvo que “Nos podemos confrontar y preguntarnos: ¿estamos más próximos al fariseo o estamos cerca del publicano? -Miremos la actitud. El fariseo, que de por sí ya la palabra fariseo significa: separado, apartado de los, justifica y se ensalza a sí mismo su forma de ser  –te doy gracias, Señor, de cielo y tierra, porque no soy como ese publicano, soy un hombre bueno, ayuno dos veces por semana, pago el diezmo de todo lo que tengo – y todo un discurso a Dios, ensalzándose a sí mismo; el otro no, el publicano, el pecador: -Agacha la cabeza y solo se golpea el pecho; de ahí aprendimos nosotros eso que en cada celebración hacemos, golpearnos el pecho, algunos lo hacen con las manos extendidas, otros con el puño, uno inclina, generalmente, la cabeza-  Lo aprendimos de esa parábola en la que aparece el publicano humillado a sí mismo y presente delante del Señor con autenticidad. ¿En cuál estamos nosotros?, ¿próximos a cuál estamos?, ¿al publicano o al pecador?,nterpelando a los feligreses.

“El reclamo es no ser como el fariseo, que no es auténtico y, es fácil caer en esa tentación de no ser auténtico en la vida, andar con la máscara, con el güegüense encima, queriendo aparentar; eso es grave, porque cuando no se es auténtico, espontáneo, no se es feliz, porque es siempre viviendo en la apariencia hacia los demás para ganar aplausos o conceptos de los demás y no se disfruta la autenticidad, no solamente, pues, cuestión religiosa, sino, también cuestión humana y cuestión psicológica; si vas en la vida dando pasos calculados pierdes la libertad, la espontaneidad, la felicidad, porque cada paso es aparente, calculado y pensando ¿qué dirán los demás de mí?”

Al tiempo que, hizo referencia al uso de redes sociales  que ha “Agudizado por la cuestión de las redes y, sobre todo, en los jóvenes ahí con los famosos tik tok o con las imágenes que publican, ¿qué esperan?, ¿un like, un me gusta?, y como les va de mal interiormente al no tener tantos seguidores, esa es la pura apariencia el querer el aval, el me gusta de los demás y no eres auténtico, no eres feliz”, enfatizó el eclesiástico.

 

Asimismo, dijo que “Una de las cosas bonitas de los niños y de los jóvenes, que lastimosamente se pierde en la adultez es la espontaneidad. Qué bonito cuando uno se encuentra esa actitud infantil y adolescente y juvenil, que no anda ahí queriendo dibujar, sino, espontáneamente surge, es la pureza que Jesús miró en los niños, en los jóvenes, por lo que dijo:  -solo los que son como ellos entrarán en el reino de los cielos –citando el pasaje”.

 

La formación de nuestros seminaristas

En este sentido, manifestó que “Yo exijo mucho eso: la espontaneidad. Y cuando pido a Dios vocaciones, le digo: Señor, dame vocaciones auténticas, puras, espontáneas, porque eso determina lo que se llama: la ortodoxia, la recta intención.  -Quiero ser Sacerdote, porque siento que Dios me llama y no llevo una intención, sino, la de servir al Señor- «.

El obispo de León, animo a los fieles al estar próximos al tiempo de Adviento a auto “Interrogarse con espontaneidad humilde ganamos el favor de Dios, porque como lo decía esa Primera Lectura:  – el Señor escucha el clamor de los pobres, de los humildes, y por ende, en una oración así, ganamos el favor de Dios y además vamos haciendo camino y ojalá esa espontaneidad, esa sinceridad, esa entrega nos lleve un día a decir lo que Pablo dijo en esa Lectura Segunda de hoy, que: – estoy aproximándome al final y siento la satisfacción del deber cumplido, de llegar a la meta- mencionando el texto.

Semana de la juventud

“En esta semana de la juventud, vamos a pedir a los jóvenes que imitando a la Santísima Virgen María, ustedes se levanten, se pongan en camino y con su testimonio sigan siendo misioneros, mostrando a todos los que compartimos esta experiencia religiosa en León y Chinandega, la espontaneidad de fe que ustedes viven. Uno nota en esos encuentros con la Pastoral Juvenil siempre dispuestos, siempre disponibles”

Refiriendo que el Pa. Padre Yalmer  le comentaba la dinámica ahí en la comunidad donde ahora es Párroco: -No han parado los jóvenes, Monseñor, toda la noche pasaron arreglando y mire oscuro y ya estaban en pie – dijo. Es espontaneidad, sin cálculos, sin medida, sin interés. A veces es a los que menos le reconocemos su aporte, pero síganlo haciendo, sigan siendo misioneros de la alegría, espontáneos; aunque a veces, esa espontaneidad les lleve a errores, a equivocaciones de los que también se aprende”, animó el eclesiástico.

 

“Pidamos para que en este mundo en el que nos movemos, esa espontaneidad, esa experiencia de Cristo permita a otros ver el rostro de nuestro Señor e igualmente ellos se apunten a ser discípulos misioneros de nuestro Señor Jesucristo”