Su Eminencia Rev. Cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, Arzobispo Metropolitano, centró su mensaje evangélico de este domingo en el binomio de la fe y la oración,  la necesidad de perseverar en la oración para fortalecer la fe. “La oración es fortaleza y vemos en  lectura que se nos habla de Moisés, –ante aquella lucha por vencer al enemigo-, se necesita la oración, y – Moisés levanta los brazos para orarpero cuando baja los brazos baja  la oración y Moisés siente que es vencido en aquellas batallas –, necesitamos mantener siempre nuestros brazos en altos; pero junto a nuestros brazos en altos, orar, orar siempre, orar no solamente orar en determinados momentos, sino  –orar siempre y con insistencia -«citando el pasaje.

Al tiempo que, el prelado  recordó los Evangelios de los domingos anteriores que nos han hablado de la Fe. “Ahora, la fe se alimenta de la oración, es como un binomio, la fe sin la oración y la oración,  fortalece la fe, por eso, qué hermoso, para tener esa experiencia personal, íntima y profunda de Jesucristo, los apóstoles piden estos dos elementos: – auméntanos la fe    y enséñanos a orar -; la fe para poder ver en aquel hombre lo maravilloso, la acción de Dios y la oración para ir creciendo cada día más y más y más”, sostuvo.

La oración es el termómetro de nuestras vidas

Al tiempo que hizo suyas las Palabras del Papa Francisco, durante el Rezo del  Angelus: – la oración es el motor de nuestras vidas, es la medicina de nuestras vidas, si uno está enfermo, y deja de tomar la medicina, pues prácticamente va a morir, va a fallecer. A una plantita tenemos que ponerle agua de 2 o 3 veces a la semana para que se levante- dijo.

“Orar siempre, estar esa permanente, en la oración es eso: orar siempre y orar con insistencia, cuando nosotros… yo siempre digo que… y se los presento como una experiencia personal: cuando nos sentimos mal en nuestras vidas, tendríamos que pensar ¿cómo anda mi oración?, ¿cómo ando en la oración?. Y yo digo que la oración es como el termómetro, cuando uno se siente así como medio calenturiento, inmediatamente va a buscar el termómetro, a ver si tengo más de 37 ó 38 de temperatura, y yo digo: esa es la oración, es como el termómetro en nuestras vidas, si ando volando bajo, tengo que pensar cómo anda en la oración, y si ando mal en la oración, también mi fe anda mal; por eso ese binomio oración, que sostiene la fe y la fe que necesita de la oración para ser fuerte”

Examinarnos hoy

El purpurado, reflexionó que podemos interpelarnos   “Hoy podemos examinarnos ¿cómo ando en la oración?, y la oración no es solamente esos textos que tenemos en nuestros libritos, la oración no solamente puede ser esa que nos aprendemos de memoria2, dijo.

Asimismo, rememoró sobre este tema  palabras del  Santo Padre cuando dice que –La  oración  no es un -bla, bla – . Sino que la oración  es un diálogo sencillo y humilde que debemos de tener con nuestro buen Dios; y nos  señala oraciones sencillas ya sea por la mañana o la noche, las jaculatorias:  Señor, ten misericordia de mí, una bonita oración: Señor, ten misericordia de mí, Santísima Virgen María, intercede por mí -”, refirió.

Hay quienes dicen -Yo no sé orar, sí la oración es aquel diálogo,

“Pensemos, ¿cuál es esa frase?, ¿cuál es esa oración que yo dirijo al Señor? -Les confío cual es mi oración sencilla que yo hago cada mañana, después de santiguarme, mirar el crucificado, en la mañana, al levantarme y al acostarme, una oración muy sencilla:  -Señor, que te sea fiel, humilde y testigo de tu amorv-, esa es mi oración, y ahora que escuchaba al Papa decir esa, esa oración sencilla, que salen de lo más profundo del corazón, es lo que yo estoy haciendo cada mañana y en cualquier momento, por la noche igual,  -Señor, que te sea fiel, humilde y testigo de tu amor –“.

“Este día, en que el Señor nos invita a orar, a orar para mantener mi fe profunda, para que mi fe vaya creciendo cada día más -y ¿para qué mi fe?, para tener esta experiencia en Jesucristo, para reconocer la bondad de Jesucristo, para reconocer el amor de nuestro buen Dios que siempre me escucha”, insistió el Jerarca.

Octubre, mes de la oración, mes del Rosario

 “Este mes es dedicado a la  oración por la misión. “Es el mes del Rosario, la gran oración que la Virgen nos ha puesto en nuestras manos, orar, orar; pero también los Movimientos de oración, hoy tenemos aquí los hermanos que pertenecen al Movimiento Sacerdotal Mariano, movimiento de oración por los sacerdotes; imagínense, 29 años que grupos humildes y sencillos, personas humildes, sencillas como las que están aquí, han estado orando por los sacerdotes, 29 años aquí en nuestra Arquidiócesis, aquí en nuestra provincia; pero a nivel nacional, a nivel internacional, 50 años que la Virgen pidió a un Sacerdote. Motivar la oración por los sacerdotes. Los sacerdotes, los hijos amados de nuestra madre, la Santísima Virgen María, y qué hermoso que esa cadena de oración mantiene a los sacerdotes”, sostuvo.

Sacerdotes sostenidos en la oración

El señor Arzobispo reflexionó sobre la cantidad existente de Sacerdotes en la Provincia Eclesiástica y dijo que Pensaba hoy por la mañana, ¿cuántos sacerdotes tenemos en nuestra Provincia Eclesiástica?, creo que somos más de 500 sacerdotes, más de 500 sacerdotes que están siendo sostenidos por la oración, 500 sacerdotes también que están siendo sostenidos, apadrinados por la oración, manifestando la necesidad de fortalecernos”

 la oración es eso: insistir, orar siempre y con insistencia.

El Arzobispo animó a la feligresía presente ya quienes lo ven y escuchan mediante las plataformas digitales de la Iglesia  a que “Pensemos una experiencia muy sencilla que tenemos en nuestras casas. -a gota de agua no rompe la piedra por la fuerza, sino por la constancia. La gota de agua no pesa mucho, pero esa constancia está cayendo sobre un mismo punto y al final rompe.  Uno lo mira a veces en nuestras casas cuando la paja está mala, están las gotitas cayendo sobre el suelo o sobre el piso, de repente vemos que le hace un hoyito”, explicó.

“La oración es eso también: una cosa sencilla, no nos compliquemos la vida en la oración, pensamientos, diálogos sencillos, humildes, pero, pero con insistencia como nos dice el Señor y apoyado, esta oración apoyada en la palabra de Dios que tan hermosamente se nos decía en la segunda lectura hoy que ha sido proclamada, ahí tenemos la enseñanza, ahí tenemos la fuerza, ahí nos vamos a alimentar también para fortalecer nuestra oración y para fortalecer nuestra fe en la lectura permanente del Evangelio”

 

 

Hoy La Palabra de Dios está más cercana a nosotros, está más cercana a nosotros.

 

“Los jóvenes pueden hacer ese apostolado hermoso cómo leer y cómo compartir La Palabra de Dios, cómo llevar esta palabra a muchos hermanos, una pequeña frase, un pequeño pensamiento. La Palabra de Dios manifiesta la cercanía de nuestro buen Dios, que nos anima a seguir adelante”, dijo tras hacer alusión al uso de teléfonos celulares para este fin.

“Sigamos orando, no nos cansemos de orar, no nos cansemos de orar, porque el Señor siempre nos escucha, siempre nos escucha, a veces queremos presionarlo, pero no, la oración no es presión. La oración es diálogo, es compartir con nuestro buen Dios y además poder tener esa cercanía con Él, sentir su amor, sentir su misericordia -¿Cómo está mi fe?, ¿cómo ando en la oración?, ¿cómo escucho al Señor en su palabra?… Yo los invito, a que en un momento en silencio interioricemos y podamos preguntarnos: ¿cómo está mi fe?, ¿cómo está mi oración?, animó el eclesiástico.

 

(Fot. Tomadas de rrss -Catedral de Managua)