Su Excelencia Rev. Mons. Carlos Enrique Herrera, Obispo de la Diócesis de Jinotega, en su homilía de este XXVII domingo, contempló en su mensaje que la fe es la que nos hace esperar la voluntad de Dios. “Vivamos este mensaje que el Señor nos da hoy en nuestro tiempo, tenga tengamos confianza, y eso no pasado a todos, yo también he dicho: –Señor ¿qué pasa?- , no mira la injusticia, no mira  mi enfermedad, no mira mi dolor, no mira el dolor del otro, pero a veces nosotros queremos como que el Señor nos obedezca, al momento que nosotros queramos, no, el Señor tienes un momento, ya, en la historia, dejemos y perseveremos con humildad en la oración, perseveremos en su voluntad, perseveremos en la humildad y ante todo saber esperar la acción salvífico de Dios”, animó.

 

Tenemos que recordar nuestro bautismo, nuestros Sacramento

Haciendo alusión a las lecturas proclamada destacó que “Debemos recordar nuestros Sacramentos – como dice San Pablo –  con mucha valentía, con mucho amor, con mucha confianza en el Señor, entonces, debemos confiar siempre en el Señor, en esa actitud de fe, humildad, en actitud de espera, te dan la esperanza de que el Señor está con nosotros, nos acompaña, aunque miremos los momentos difíciles, pero Dios siempre va a salir victorioso en nosotros, por nuestra perseverancia por nuestra humildad, por nuestra fe”

“Porque el Señor respeta la libertad tanto de los buenos, y de los que no son buenos, porque quiere que se conviertan, que se arrepienta, que nos arrepintamos, y entremos en el camino de la conversión, por eso Señor espera, pero al final, -el justo se salvará por su fe, triunfará por su fe-; es lo que podemos sacar de este texto del profeta Habacuc, y que también Jesús lo toma cuando los discípulos le piden: – auméntanos la fe-, y le hace ver que si tuviese un poquito de fe, hicieran grandes milagros”.

 

 

“Sobre la importancia de la fe, Jesús hace ver  este mensaje  a los fariseos,  –hombres de poca fe -, hombres que no creyeron en Jesús, en el Mesías, entonces también  esta exhortación va a los apóstoles, a los discípulos, es eso, de una manera indirecta a los fariseos, que es lo que estaban en ese tiempo,  siendo representante en su manera,  de Dios, de autoridades religiosas, y eran hombres que no tenían fe, no podían reconocer a Cristo como el salvador, el Mesías” explicó Mons. Herrera.

“Por eso les prevé el peligro a su discípulo, tienen que tener fe y confianza, y le pone, esa fe se manifiesta en la manera de servir al Señor; no vamos a servir al Señor por interés, o porque le estemos pidiendo como Habacuc, -no ha hecho nada por mí, no me he dad dado -, sino que nuestro servicio Dios, nuestra fe debe ser desinteresado,  por que a Él le debemos nada más: la vida; le debemos todo lo bueno que tenemos, y tenemos que manifestar esa relación de hijo de Dios”

 

Meditando la carta de  San Pablo dirigida a Timoteo, sostuvo que “Le invita a revivir ese don de Dios que el Señor le concedió cuando Pablo le impuso las manos, -no te avergüenzas de dar testimonio de nuestro Señor Jesucristo, sino por el contrario, se testigo de Cristo y del evangelio, que predica -, y él da testimonio porque él está escribiendo desde la cárcel, sufrí conmigo, por el evangelio por Cristo, eso también nos dice hoy a nosotros, tenemos que sufrir, sufrir por la verdad, por la fe en el Señor, sufrir desde nuestro interior cuando renunciamos a este mundo”, subrayó.