Su Exc. Rev. Mons. Isidoro Mora Ortega, Obispo de la Diócesis de Siuna, meditó en su mensaje de este domingo “Gracias a Dios que logramos llegar después de tantas turbulencias, después de tantas dificultades vividas a lo largo de todo este año. Creo yo que el año 2021 dejó huellas imborrables en muchos corazones, en muchas familias, no será fácil olvidar, pero eso es precisamente lo que Dios nos quiere decir en estas navidades, que no estamos solos, Él viene a nuestro encuentro para darnos paz, para ayudarnos en nuestro caminar, en nuestras luchas de cada día y sobre todo, en esos momentos que más lo necesitamos, Él jamás nos da la espalda, siempre nos muestra su rostro” manifestó.

“Dios siempre está ahí de frente a nosotros, animándonos, ayudándonos, fortaleciéndonos, es un Dios cercano, es un Dios amigo y por eso, ahora en este tiempo precioso que hemos vivido de la navidad, debe despertar en nosotros la confianza, la certeza y sobre todo, la seguridad de que no vamos solos, que camina con nosotros”

 

“No podemos obviar también las dificultades que nos rodean, que es contrario, precisamente al espíritu del amor que percibimos en la navidad; mientras el Señor viene para darnos vida, darnos paz, darnos alegría, darnos esperanza, los hombres nos empecinamos por hacer lo contrario, los seres humanos nos afianzamos siempre por contradecir la voluntad de amor de parte de Dios”, advirtio el Obispo.

Mons. Mora ejemplifico que algunos  medios de comunicación nos llenan de tantas noticias que nos dejan asombrados ya que se habla de muertes, de accidentes, de dificultades; sin embargo, hermanos, también encontramos esa otra parte delicada, que muchos usan la tecnología para destrozar al adversario y esa es la manera de proceder de muchos en la actualidad, se mueven en la oscuridad como serpientes buscando a quien devorar, es decir, son un poco de realidades en las que si no estamos afianzados en Cristo, seremos víctima también”,  dijo.

El Evangelio nos enseña a través de Juan el Bautista como debemos actuar

“Como deben actuar los hombres de bien, los hombres de buen corazón que no se dejan arrastrar por las cosas de este mundo. Encontramos que Juan vino para dar testimonio de la luz, él no era la luz, sin embargo, su testimonio fue tan grande que muchos se sorprendieron en su forma de ser y se preguntaban si él era en verdad el Mesías”, recordó.

 “A los hombres de este mundo que conocen esa verdad del amor de Dios, se saben que Dios los llama para ser testigos de esa verdad, a pesar de lo que vivan, a pesar de lo que sientan, siempre van a mantenerse firmes en su amor, en su opción. Juan no fue la excepción, pues vivían tiempos difíciles y él en esa oscuridad, en esa dificultad, siempre testificó que Dios está entre su pueblo”

“Todo ese espíritu negativo que se respira no debe ser suficiente para que opaque el espíritu de vida, de amor, de gracia y de paz que Dios trajo a los suyos, que Dios trajo a este mundo, a través de su hijo que se encarnó y, eso es lo que precisamente, hermanos y hermanas, nosotros debemos de celebrar o celebramos en la navidad, celebramos la alegría de Dios, la alegría de un rostro divino que se manifiesta a través de un rostro humano y que nos hace sentir que Dios es nuestro hermano, que Dios es nuestro amigo, que Dios está con nosotros”, afirmó el Obispo de Siuna.

 

En este sentido mencionó el pensamiento  expresado ayer por el  Papa Francisco citando: El verbo se hizo carne para dialogar con nosotros. Dios no quiere monólogos, sino un diálogo-, y añadió :“Dios nos mostró el camino del encuentro y del diálogo al venir al mundo en la persona del verbo, es más Él mismo quiso encarnarse para que lo conociéramos, Él quiso manifestarse al mundo para que lo veamos cara a cara, para que lo sintamos, para que nos gocemos y eso es lo que Él quiere, que cada uno de nosotros logremos percibir que la navidad nos recuerda a Dios que se hizo hombre para estar con nosotros. Dios está aquí, hermanos, Dios nos regala su amor, incluso, nosotros mismos cuando celebramos nuestra fiesta, nuestra fiesta navideña, sabemos que hay espíritu bonito, hermoso, que nos hace sentir más amigos, más hermanos, más familia” manifestó.

“El Señor también nos invita a limpiar el corazón, para que la alegría de afuera, para que la alegría que expresamos también la sintamos y podamos entrar en ese encuentro, en ese diálogo, en ese encuentro personal con Él”

 

“Pues, mis queridos hermanos, Dios así lo dispuso y lo hizo y Él ha venido y su llegada debe causar líos y contrariedades en muchos corazones, unos para ajustarse al mal, porque se sienten cuestionados y otros para romper con Él, haciendo lo contrario, siendo luz como lo hizo Juan el Bautista”, meditó el Jerarca.

“El Discípulo siempre encontrará dificultades, eso no significa que no podamos ser personas de palabra, de diálogo, de encuentro, de colaboración, especialmente con los que piensan distinto, incluso hasta con Dios. Recordemos que Él vino a los suyos y los suyos no lo conocieron y esa es la parte difícil, cuando el hombre no quiere abrir espacio a esa paz que le viene, a ese amor que se derrama por él. Los seres humanos, muchas veces sufrimos, porque no queremos abrir el corazón a Dios”

Mons. Mora enfatizó que lo material simplemente “Nos hace manifestar que el otro vea, el otro me vea que estoy contento, pero el Señor no ve el traje que llevamos, el Señor ve el corazón. Y que bonito sería hermanos, que nuestros corazones también se purifiquen, se transformen, todos estamos llamados, porque todos somos pecadores, todos arrastramos nuestras faltas, nuestras debilidades; pero el Señor sabe que nuestra lucha de cada día es por hacer las cosas mejor y esa es la invitación, creo yo, también para esta navidad”, aconsejó.

 

“Dios quiera que este año, sea un año que nos toque a todos, que nos renueve, que este inicio de año qe nos toca vivir nos ayude a prepararnos, porque las dificultades no finalizan con el año. Hay muchos corazones torcidos que más bien empiezan a fortalecerse para hacer daño y es ahí que los que confían en Él, en Dios mismo, a pesar de las dificultades, Dios siempre nos va a conceder su paz, su amor, para emprender este año nuevo y hacerlo con mucha seguridad, con mucha paz, porque la paz, el amor y la fortaleza solo viene de Dios y en Él ponemos nuestra confianza”, recomendó el Obispo.