Su Exc. Rev. Mons. Isidoro Mora Ortega, Obispo de la Diócesis de Siuna, exhortó en su mensaje de este domingo XVIII del tiempo ordinario a que “Recordemos que la avaricia no tiene medida, una vez que llega la persona la destruye la domina por completo, de ahí, que una persona avariciosa lo quiere todo y es capaz de cualquier cosa por obtener lo que quiere. El ser humano que se deja arrastrar por ella siempre está pensando en acumular, siempre está pensando en obtener cosas, es decir, enriquecerse sin medida porque piensa en él nada más, sólo piensa en sí mismo, se vuelve egocéntrista, se vuelve egoísta, y se le olvida que todas esas capacidades, esa capacidad de administrar es un regalo de Dios, pero al final en vez de compartir aquello en lo cual el es muy experto, más bien se centra sí mismo  y lo que obtiene pues, se le olvida compartir con los demás”, sostuvo.

“La liturgia tiene la intención de ayudarnos a descubrir cuáles deberían de ser nuestras prioridades, cuáles deberían de ser aquello que, realmente nos ayude a crecer como persona, pero que desgraciadamente el ser humano no quiere escuchar la voz de Dios, porque la voz de Dios toca la conciencia, la voz de Dios siempre toca la conciencia, y preferimos no tener conciencia, para no tener problema en hacer las cosas; preferimos vivir y actuar  de una manera desordenada, pero nuestro propio antojo, nuestros propios gustos, y digo a veces la sociedad misma”

 

Les agradezco por poder compartir con ustedes la Eucaristía

“Esa palabra de amor que lo renueva todo, que lo llena todo, que lo transforma todo, que lo conduce todo, cuánto bien hace, entonces, a nuestra vida, el dejarlos siempre seducir por esas palabras sabias del Señor que salen precisamente de su corazón, un corazón amantísimo de nosotros y que tiene la intención de ayudarnos a crecer, de probarnos para ver si somos fieles, somos fuertes, somos valientes para decir:  -yo soy Cristiano-«, insistió.

 

Meditando sobre las lecturas proclamadas, cito el pasaje que habla de –Todas las cosas son vana ilusión -; y yo compartía con unos hermanos ayer, que la riqueza para un ser humano es su familia, son sus hijos, es su padre, es su madre, son sus hermanos son sus amigos cercanos, ese es nuestro tesoro”, dijo el Obispo.

El mundo está totalmente desordenados

“Porque hay mucha gente que acapara, y acapara y no deja que los demás obtengan lo necesario para vivir y no les importa que se mueran de hambre o se mueran empobrecidos, que es obtener lo que ellos quieren, como decía uno de estos grandes hombre, verdad, entre comillas, que es a nivel mundial ya no solamente piensan en decir : -yo tengo suficiente riqueza, sino que también, controla la humanidad -, imagínese, el poder de controlar la humanidad, hasta donde llegue el ser humano cuando no logra controlar su avaricia”

 

En su reflexion sobre la parábola dijo que  hoy “ Jesús nos habla con claridad,    que el rico vive más bien preocupado de sus cosas de sí mismo que no le interesa pensar en el otro, no le interesa. – Aquel el hombre que creía que el haber obtenido tantos bienes como dice la parábola, ahora este tiempo de descanso, insensato le dice el Señor, insensato, esta misma noche moriras – y cuánta gente, verdad, en nuestro mundo, incluso, nosotros mismos podemos vivir como si estuvieses muerto.»-Busquen lo que viene de arriba- No se queden esclavizados con las cosas de esta tierra, porque desgraciadamente, eso es lo que nos está destruyendo, el ser humano solo vive con los ojos puestos en esta tierra; se le olvida que éste es un mundo pasajero”

A veces nos preocupamos más por construir castillos en la tierra

“Y espiritualmente vivimos en champas, vivimos en champas, mucha gente en nuestro mundo que vive en champas, eso si, los vas a ver grandiosos, intocable, si no caminas volando porque Dios es grande, pero si hubieran inventado alguna cosa que ellos se la puedan comprar, se imagina que si el cielo se comprara cuánta gente estuviera ya  comprando, tienes que caminar y hacer tu propio camino porque Dios es misericordioso, pero también el Señor nos deja libres, y todos somos libres para construir o libres para no hacer nada”

“Por eso San Pablo nos recuerda que debemos de prepararnos, estar con Cristo es estar preparado para la vida, y estar diríamos en lo material. Recordemos que la riqueza no sólo es lo material, hermanos, recordemos que la riqueza también tiene sus consecuencia, la riqueza también tiene ciertas cositas que te ayudan a hundirte en este mundo, los afanes, la impureza, las pasiones desordenas, los malos deseos, la avaricia, la idolatría, no quiere encontrarse con Cristo, lo malo es cuando el ser humano cierra sus ojos, cierra su corazón y no piense en el pobre”, reflexionó Mons. Mora.

 “Pidamos cada día el Señor, que nos ayude a crecer en la fe, en el amor y que ante tantas cosas qué vamos encontrando en la vida, seamos siempre fuertes, valientes porque todos los días seremos tentados”