Su Exc. Rev. Mons. Isidoro Mora Ortega, Obispo de la Diócesis de Siuna, meditó en su mensaje de este domingo que “Se nos invita a seguir anunciando su Palabra, eso sí, compartiéndola desde la caridad, desde el respeto, desde la comunión, desde la sana convivencia; nuestro mundo sería distinto cuando empecemos a descubrir la necesidad en los demás y le demos una mano amiga, un hombro en el que el otro pueda apoyarse para seguir adelante en esta vida que se vuelve más difícil,  cuánta gente está sufriendo dificultades y, por eso, cuando el Papa retoma ciertos temas, es para que descubramos que la grandeza del hombre de Dios consiste en ayudar, en acompañar, en motivar al otro, en dar de lo tuyo por el que no tiene”, en alusión a la celebración de la V Jornada de los Pobres que ha convocado el Papa Francisco.

La labor importante del Profeta, del hombre de Dios, de no abandonar al pueblo,

“Esto es decirles que no están solos, que Dios está con ellos y que eso que viven va a desaparecer pronto, no quedará señal alguna de su existencia y, el Profeta tendrá que hacerle sentir al pueblo que la justicia brillará, que la paz será su corona y que todo lo malo que vive o sienta en su corazón va a desaparecer y, el Señor siempre prometerá o promete guías sabios que brillarán como el esplendor en el firmamento y, por eso, hay que darle gracias a Dios cuando el hombre de Dios siempre denuncia lo que es injusto”, reflexionó Mons. Mora.

“Hay que orar siempre por aquellos que dan la cara por el pueblo, hay que orar por aquellos que siempre, a pesar de las dificultades, de los problemas, de la persecución, del señalamiento, siempre levantan la voz en pro de su pueblo”

“Hermanos ¿Cuánto cuesta en el ser humano que la fe se mantenga viva, que la confianza en Dios se mantenga firme? Interrogó. Luego respondió “Cuesta dolor, cuesta mucha tristeza, cuesta mucho. Por eso, es importante que mientras no pasan estas cosas, hay que orar siempre por mantenerse firme en la fe, en la pureza de la verdad, en el vivir sanamente, sin corromperse, hermanos, sin atarse a nada ni a nadie”, destacó.

“El gran problema que tenemos los seres humanos que muchos se van a contaminar por lo que les ofrecen, por su necesidad, esa es la debilidad; porque al débil, al que sufre siempre le van a decir «-Te unes a nosotros y vivirás bien tú y toda tu familia, eso sí, deberás aprobar cualquier injusticia, cualquier mal, jamás podrás condenar mi mal proceder, más bien aplaudirás, esas son las consecuencias que tienes que hacer -. Preguntémonos hermanos: ¿Cuántos estarán así, prefirieron convertirse en esclavos, abandonando el camino de Dios?,  insistió el obispo.

“En este día, el Evangelio de San Marcos, en el que hoy la Iglesia nos invita a que reflexionemos sobre la caducidad de todo, donde lo único que va a prevalecer será el bien, el amor, la justicia, la misericordia de Dios, todo lo demás va a desaparecer, todo lo demás está en peligro de extinción y, que bueno sería siempre estar con la mirada puesta en el Señor”

“Nosotros también pasaremos, porque somos temporales, eso sí, resucitaremos si nos ajustamos a la justicia de Dios, si nos ajustamos al amor de Dios, a la misericordia de Dios. El fin del mundo no nos puede asustar, más bien nos debe hacer gozar en la presencia de un Dios de amor”, animo el obispo de Siuna.

“Es importante que seamos consecuentes en nuestra vida diaria, que aprendamos a ser responsables con nuestras acciones, la sensatez deberá manifestarse siempre en nosotros. Algunos creen o se creen con la libertad de hacer cualquier cosa, tal como lo encontramos en la primera lectura del Profeta Daniel  –los poderosos siempre luchan para destruir la fe de los débiles -, es lo que vive el pueblo de Israel. –Mátenle la fe que tienen en su Dios y se desmoralizan-, desde siempre ha sido así y, por eso, se afanan en matar la fe, la esperanza, la confianza en Dios”, destacó el eclesiástico.

En este sentido dijo que “Y cuántos se gozan cuando la gente ya no tiene confianza en su Señor, cuando la gente ha perdido la esperanza, cuántos se ríen por creer que la fe en Dios es sencillamente una idea como la que siguen muchos, cuántos se gozan cuando la gente da golpes sin saber donde y van caminando sin sentido por la vida, ¿Cuántos se gozan?. Aquellos que dicen:-Este que creía en su Dios, hoy está derrotado-, ¿Cuántos se gozan? Interpeló el Prelado.

“Dichoso el hombre al que el Señor lo encuentre trabajando por el bien de los demás, dichoso el hombre que a pesar de que le ofrezcan sus manos las mantiene limpias, dichoso el hombre que lucha cada día por conservar la pureza de la verdad y la justicia de Dios en su corazón”, advirtió.

 

razón”, advirtió.