El Obispo de la Diócesis de Juigalpa Su Exc. Rev. Marcial Guzmán, meditó en su homilía de este domingo que “Hoy, nosotros estamos llamados a amarnos unos a otros, pero a rechazar todo aquello que nos puede obstaculizar la amistad, la grandeza con Dios, que es el pecado. Hoy al mundo no le gusta hablar del pecado, hablemos de cualquier cosa superficial, pasemos una conversación superficial como de una novela, de algo que me están transmitiendo, pero no de esa experiencia con Dios”, aconsejó.

“La Liturgia de este día  nos invita a lo que llamaban- los novísimos en latín – o los temas escatólogicos que es al final de los tiempos y esto, no para que quedemos llenos de tristeza, sin ganas de seguir viviendo, para que nos quedemos pasivos, fiados, sin movernos, no ese el objetivo, sino es que nos presenta el final de los tiempos, pero con una presencia viva que es la de Jesucristo”

“Ahí vamos a encontrar que el vencedor de todo, el Señor de todo es Jesucristo que nos anima a vivir imitándolo a Él. Ojalá que en cada momento, cada uno de nosotros tenga la oportundiad de quererlo imitar en todo su actuar, quererlo imitar en sus acciones, en su confianza al Padre Celestial, de quererlo imitar para que verdaderamente no le tengamos miedo ni al misterio de la muerte, que estamos seguros que un día llegará, ni al final de los tiempos que estamos seguros también va a presentarse”, dijo animando a los fieles presentes.

“Jesús nos presenta y dice:  -Cielo, tierra pasarán -,  sin embargo, hoy nos dice en el Evangelio: -Mi palabra no pasará-. Y eso es una verdad. En este mundo, todo aquel que pone su confianza en aquello que es material, en aquello que hoy le da momentos quizás de alegría, pero que no le da toda la felicidad”

“Hoy en la Oración Colecta de este día, se nos presentaba una petición que es – Señor, concédenos vivir alegres, para que en esa alegría que tú das, permanezcamos siempre firmes, perseverando en tu amor-. Que linda la Oración Colecta que hacíamos al inicio de La Eucaristía, invitándonos en medio de que sabemos que nuestra vida es limitada, que nuestra vida tiene un inicio y también tiene un fin humano, porque se nos presenta una experiencia que es que estamos llamados a la eternidad y, ¿Quién nos da esa eternidad?, pues nos la da el Señor, aquel mismo que ha hecho hombre”, observó el Obispo de Juigalpa.

En este sentido agregó  “Aquel mismo que ha llamado a unos para que estén con Él, para que le conozcan, para que le imiten fielmente y para que vayan por los siglos de los siglos transmitiendo la misma buena nueva, la misma buena noticia, que vayan a todas partes, llevando la confianza plena, sobre todo, de darle al mundo la salvación; esa es nuestra misión, esa es nuestra realización de cristiano para poder vivir la alegría de su amistad, el modelo de su vida y de su entrega”.

“Hoy meditábamos el Salmo 15, que nos dice: -Enséñame Señor el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a tí -. Que llamada para nosotros, en medio de nuestras angustias, en medio de nuestras limitaciones, en medio de nuestros fracasos, en medio de nuestros miedos, en medio de nuestras enfermedades, poder buscar al Señor”, sostuvo el eclesiastico.

Al referirise al Evangelio del dia cito : -«Cuando venga el hijo del hombre, cuando lleguen aquellos días en los que la gran tribulación que va a poner todo el aspecto cósmico, el sol se oscurece, la luna, se caerán del cielo las estrellas y el universo entero se conmoverá, entonces verán al hijo del hombre -; pero no es para que tengamos ese miedo, para que nos encerremos allá sin salir, sin ver, sino más bien,  para que podamos imitar al Jesús que ha vencido ya estos momentos, en esas acciones y en su realidad ha vencido la muerte, porque es el único que ha vencido a la muerte, la muerte no ha tenido dominio sobre Él”, explico el Prelado.

“Dios no quiere gente miedosa, Dios quiere gente conscientes, estén convencidas de lo que es Él; porque si damos cuenta quién es Él, entonces experimentaremos la oportunidad de imitarlo a Él; porque sí, esa es nuestra misión, hombres y mujeres parecernos a Cristo, siempre cuando tengamos duda ¿Y qué podré hacer yo en esta palabra?, ¿Qué podré decirle a estas personas?, ¿Qué podré hacer? -Medita con Cristo, Cristo”.

“Vamos a pedirle al Señor la gracia, que cuando llegue el momento del final de los tiempos, cuando llegue mi momento de entregar cuenta, sobre todo, tenga misericordia y que haya podido tener ese aspecto de parecerme a Cristo, vencedor del pecado, vencedor de la muerte”, dijo el Prelado.