Su Exc. Rev. Mons. Rolando Álvarez Lagos, Administrador Apostólico de Estelí, manifestó en su reflexión dominical  que “Cuando todos tenemos que buscar, allá en lo recóndito del corazón, ese poco de harina y ese poco de aceite, es cuando  la palabra de Dios que se proclama, tenemos que buscar allá en lo más profundo del corazón, ese óbolo de la viuda, y ahí hermanos, entrando en nuestro interior, iluminados por el Señor, por su palabra, por su reino, por los valores del reino, por la fe que tenemos, que el Señor nos ha dado, encontraremos fuerzas, encontraremos energías, encontraremos Espíritu de Dios, para continuar caminando adelante”, sostuvo.

“Para nosotros también decir:- No tengo más que esto; pero la harina que hay en la tinaja y el aceite que hay en la vasija, te lo deposito, de lo entrego Señor, no tengo más que esto; pero lo que tengo te lo doy, lo que soy te lo ofrezco», todo lo que tengo, yo te lo doy, y todo lo que soy yo te lo ofrezco, y entonces, amadísimos, cuando hacemos ese acto de fe, de entrega, de generosidad de nuestra vida, Dios, nunca nos defrauda”, reflexionó.

“Y entonces redescubrimos, descubrimos una vez más que nuestra única esperanza es el Señor, que nuestra única confianza es el Señor, que nuestra única fortaleza es el Señor, Él es nuestra roca inamovible donde nuestra fe, nuestras esperanza, nuestra caridad, también se vuelven inamovibles porque estan acentadas en el Señor, de ahí que para nosotros creyentes no hay nada ni nadie que nos pueda quitar la esperanza”

“Tenemos una primera enseñanza y es que allá, cuando experimentamos que nuestras fuerzas se debilitan, que el dolor toca nuestras puertas, que el sufrimiento llega a nuestras vidas, que la dificultad invade nuestros hogares, que las contradicciones se presentan en la familia, allá donde nos sentimos debilitados, a veces hasta podría ser desesperanzados, otras veces confundido, en ocasiones podríamos tener una mirada turbia porque las cosas no las vemos nada claras, en fin, allá, donde nosotros nos identificamos con las limitaciones las pobrezas, el dolor de estas dos viudas, ahí se levanta el Señor, ahí, viene la palabra de Dios y se nos proclama”, manifestó en eclesiástico.

 “Y comieron, ella, su hijo y el profeta; y dice la palabra que desde aquel día, no faltó, en esa casa, ni harina en la tinaja, ni aceite en la vasija; y el texto del evangelio nos presenta a otra viuda que deposita en el cepillo de las ofrendas del templo, todo lo que tiene para vivir, todo lo que tiene para vivir.”

Recuerda principios del Papa Francisco

“El Papa Francisco insiste: -no se dejen robar la esperanza-, el Papa Francisco insiste: – la esperanza nunca defrauda-  ¿por qué?, nuestra esperanza está puesta en el Señor, recuerden que es un texto que mucho tiene que ver con los que hoy estamos meditando”, dijo Mons. Álvarez Lagos.

“Una segunda enseñanza, amadísimos hermanos y hermanas, es la limosna. La palabra limosna procede el término griego”, y significa realmente : compasión y misericordia; lo que sucede es que las circunstancias y la equivocada mentalidad, vinieron como deformando el verdadero significado de la limosna, que es compasión y misericordia, y dice el Papa San Juan Pablo II, con esta compasión y misericordia, el Señor nos permite advertir, descubrir la necesidad de nosotros, hacerlos partícipes de nuestros bienes, es lo que aquí hemos reflexionado en diversos domingos, desde nuestra pobreza, desde nuestras limitaciones, nosotros compartimos con los demás”, expresó.

“Hagamos partícipes a los demás de lo que somos y tenemos, de nuestros bienes, poco, muchos, los que sean, dando no de lo que nos sobra, si no de lo que tenemos”

“Y la tercera y última enseñanza, nos la da siempre iluminados por esta palabra (1Pe 4) cuando dice que las obras de misericordia cubren una multitud de pecados, a mí, siempre me ha llamado la atención ese versículo, porque significa que con nuestras obras el  Señor nos perdona una multitud de pecados, nos dice cuántos; pero dice multitud, entonces pongámonos a pensar, amadísimos hermanos y hermanos, que con hacer partícipes a los demás de nuestros bienes, pocos o muchos, cuántos pecados nos quedaran perdonados, cuántos nos perdonará el Señor”