En la celebración litúrgica dedicada a la festividad de la Ascensión del Señor, Su Exc. Monseñor Sócrates René Sándigo Jirón, Obispo de la Diócesis de León, ”, exhortó, a “recordar que somos Iglesia, si nos olvidamos de eso , entonces, el mundo nos va a ganar la batalla, nos vamos a perder, vamos  a terminar mal, seremos una sociedad que no asciende, y cuando la sociedad no asciende, se queda embarrada en un mundo que te ofrece división, odio, destrucción, infelicidad, caducidad, inmundicia, y no disfrutas de lo que el ascender si te ofrece: paz, felicidad, eternidad, gozo, pureza, cielo; por eso, queridos hermanos, no perdamos de vista que estamos en el mundo y no podemos vivir sin estar en él.

“Pero tampoco nos olvidemos de que ahí va el Señor. Hay que seguirlo, no te despegues como el ciclista, si te despegas te quedas de último. Pidamos, queridos hermanos, para que por la intercesión de la Madre que nos protege, la siempre Virgen María, esta iglesia diocesana, este pueblo nicaragüense no se distraiga y siga siendo lo que siempre ha sido: un pueblo católico, un pueblo que se  mantiene en unidad, un pueblo que tiene en su corazón a Cristo”, manifestó.

El Prelado, refirió que Jesús “cumplida la misión terrena, habiendo germinado la semilla del Reino entre nosotros para que crezca, entonces se va a vivir esa vida original de la eternidad gloriosa hacia  donde el Señor ha pasado, deja la carne, deja el cuerpo, deja de ser humano para volver  a su Eterna realidad gloriosa, el cuerpo glorioso con el que Jesús resucitó”

Sin embargo, observo el Obispo “Aunque Asciende, se queda, como lo prometió, y nosotros disfrutamos continuamente de esa presencia del Señor de muchas formas en su Iglesia, a través de su Palabra y en la Consagración, en el Altar. En la mesa del altar, esa presencia eucarística, queridos hermanos, nos dice que es verdad, se puede, Ascendió el Señor; pero cumplió su promesa de quedarse con nosotros” dijo.

Agregó que “Esta iglesia, va entonces, haciendo camino detrás de ese que la va guiando, la va guiando hacia la trascendencia, hacia la eternidad y se convierte en una iglesia de Discípulo; seguidores del Señor, todos somos Discípulos del Señor, desde el día mismo en que nos bautizaron, a partir de ahí, empezamos con la iglesia a ser Discípulos, a ser seguidores del Señor y, tenemos que estar atentos a no separarnos”.