Su Exc. Rev. Mons. Isidoro Mora Ortega, Obispo de la Diócesis de Siuna, reflexionó en su mensaje de este II domingo de Cuaresma que: “ Jesucristo siempre nos va a invitar a que no sigamos los caminos fáciles, siempre optenemos por aquello que nos va a hacer crecer, por aquello que nos va a ayudar a dejar una huella en este mundo y sobre todo, testificando de que Cristo es el camino, es la verdad y es la vida, de ahí que amar a Jesús no es solo de palabras o de sentimientos bonitos, nada de eso, es más bien, disponernos con todo el corazón a emprender un camino nuevo en el que manifestemos con nuestras buenas obras”, sostuvo.

“Ese amor se manifiesta en nuestro vivir como buenos cristianos y es que pareciera fácil seguir a Jesús y es que parece fácil amar como Jesús amó; por eso, a Él no lo engañamos, porque nos mira siempre al corazón y sabe cuáles son nuestras intenciones, cuáles son nuestros afanes y sabe Él mismo cuando nuestro actuar es verdadero o es falso, cuándo actuamos sencillamente movidos porque la gente vea la apariencia

“Él nos invita a que tomemos la cruz, es decir, a que asumamos con amor las cosas, porque ser bueno, hermano, implica sacrificio, ser bueno implica entrega, ser bueno es sencillamente amar como Cristo amó”, dijo.

“Jesús le concede a sus Apóstoles vivir ese momento de gracia, vivir ese momento que a pesar de que los discípulos se sentían adormecidos, a pesar de que ellos estaban un momentito en dificultades, porque siempre pone esa parte delicada de sentirnos adormecidos, hermanos, (yo lo tomaría) ese adormecimento cuando estamos sometidos por las cosas malas de este mundo”

El Señor es capaz de hacernos sentir cosas extraordinarias

“Él quiere es que nos enamoremos de eso que Él quiere manifestarnos pero que hay que pasar por la cruz. Hay dificultades, hermanos, vivir en el mundo es una cosa fuerte, porque este mundo carece de todo, este mundo es agobiante, es estresante y por eso, no puede mucha gente, incluso, no pueden despertar en ese encuentro personalizado con Dios”, meditó el Jerarca de la diócesis de Siuna.

“Nos encontramos cada día con esos seres humanos,  que actuamos y vivimos totalmente alejados de Dios y eso vuelve más difícil la convivencia, nuestra convivencia, la gente no tiene tiempo muchas veces para Dios”

“Por tanto, carece de amor y por eso, la paz cada día se aleja más y más, porque los corazones de los hombres están totalmente vacíos y adormecidos por el mal que gobierna este mundo, como consecuencia de eso, pues, sencillamente el seguir el camino hacia Dios se vuelve más pesado, los conflictos van tomando ventaja y mientras tanto, los hombres como que viven en un ambiente de paz, pero paz de cementerio”, manifesto  el Obispo.

“El Señor siempre va a tener una palabra en la que nos dice que tenemos que asumir cada día con amor y alegría todo lo que se nos pueda venir y, esa es la parte delicada que muchas veces uno no entiende y que como que se quiere apartar más bien, y que de pronto… incluso, hasta podemos decir «el Señor está permitiendo tales cosas, el Señor está permitiendo que suframos  –  y no es asi-”, subrayoo-

Interpelarnos continuamente

“ ¿Qué tan fuerte estamos para hacerle frente a las tentaciones?, ¿qué tan fuerte estamos para decir no a las propuestas que realmente contradicen el proyecto de Dios?, ¿qué tan fuerte estamos para negarnos a hacer algo que afecta a las personas, que destruye a las personas? -y son muchos hermanos los que caen en esto, muchos de nosotros, incluso, podemos prestarnos para que otros sigan haciendo el mal y por eso, el mal de uno, se multiplica” dijo en su reflexión.

Todos queremos vivir en paz, todos queremos vivir en comunión, todos queremos que se nos respete nuestra dignidad, nuestros derechos, pero que desgraciadamente, desgraciadamente, no todos los hombres piensan igual, porque cada quien va siguiendo sus propias inclinaciones, sus propios afanes”

 

Nosotros ¿Qué  voz es la que escuchamos?,

“¿A quién seguimos? -Vale la pena cuestionarse. A veces es posible que escuchemos la voz de la serpiente como cuando le hablaba a Adán y a Eva, a veces podemos también escuchar la voz del demonio que quiere tentar, que te quiere seducer” advirtió Mons. Mora

“Muchos vivimos, hermanos, sin importarnos nada y por eso, esto que se vive en la humanidad, esto que se vive en el mundo no es más que la respuesta de tantos hombres y mujeres que son incapaces de hacer las cosas correctas y se dejan arrastrar por aquello que no solo los destruye a ellos, sino que a su paso van destruyendo a cada persona que van encontrando por su camino”, manifestó.

“Hoy le pidamos al Señor que nos ayude a vencer las pruebas, que nos de la fortaleza, que aprendamos a sufrir en silencio, que aprendamos a vivir nuestra vida de fe y que demostremos, hermanos, que estos males nunca nos van a quitar la alegría, el consuelo y la fortaleza en Cristo ¡jamás!. Que siempre estemos convencidos que los que están con Cristo son más que vencedores”