Su Exc. Rev. Mons, Sócrates Rene Sándigo Jirón, Obispo de la Diócesis de León, meditó en su mensaje de este VI domingo DEL Tiempo Ordinario que: “El origen de todo, la confianza de todo esta en Cristo muerto y resucitado, es por ello que en esas Bienaventuranzas de Lucas, bien explicitadas también por Mateo, ante las adversidades, las persecuciones, las amenazas, las murmuraciones, los falsos, las cárceles, y hasta la muerte, Jesús les dice: -dichosos -, paradógicamente, en vez de decir como podría decir un humano:  –pobre de ustedes si los maltratan, qué pesar de ustedes si los calumnian, qué triste si a ustedes los maltratan –, porque es la visión humana; pero la visión de Dios es contraria, es distinta, y por eso dichosos si los persiguen, dichosos si los calumnian, dichosos si los maltratan, porque la fidelidad alcanzarán la salvación eterna; una realidad adversa se transforma en positivo, porque Cristo a vencido la muerte, porque Cristo es nuestra confianza”

“El tema de la confianza, pues, aflora, y nosotros los cristianos debemos replantearnos cada día, en qué y en quién confiamos. San Pablo, en ese carta a los Corintios capítulo 15, nos dice en quién y por qué debemos confiar, los cristianos confiamos en Cristo y en su resurreción, porque – si no creemos que Cristo resucitó, vana sería nuestra fe-“

“Es el corazón de la doctrina cristiana, nosotros seguimos, somos discípulos, Apóstoles, de aquel que venció la muerte, y recordemos lo que significa la muerte, la muerte significa la peor tragedia humana y es vencida por Cristo; y si venció la muerte qué no podrá vencer el Señor y nuestra confianza de cristianos esta puesta en eso, por eso es que los misioneros primero, lo que anunciaron fue el kerigma, después vino lo otro; pero primero el kerigma; les anunciamos lo que a su vez hemos recibido y es que Cristo murió y al tercer día resucito y en el ambiente original fue:  -ese Jesús que ustedes mataron, ha resucito -, a partir de ahí vendrá, pues, la formulación de cómo vivir un verdadero cristianimo desde la integridad de vida y la formulación de normas, leyes, hábitos, tradiciones, costumbres”

 

“El tema de la confianza, mis queridos hermanos, ocupa el lugar centrico del mensaje que el Señor nos quiere dar en este domingo del tiempo ordinario; y todo parte de una frase que es fuerte por parte del profeta Jeremías; pero que tiene un trasfondo social que la hace comprensible, y es que, el profeta le esta advirtiendo al Rey y exhortando a la comunidad israelita  –A que se entregue porque ya se oye los pasos de los caballos y las ruedas de los babilónicos que vienen en pos de Jerusalén para desbaratarla, destruirla, como en efecto sucederá en ese 587. La polvareda, al distancia se levanta y el profeta le insiste a aquel Rey (…) todos, confíen en el Señor-“, refirió.

Y continuó la narrativa explicando que :“Confían en la palabra del hombre, confían en que, en efecto, los egipcios vendrán a apoyarlos, al final, cuando se acercaron los babilonios egicio les dio la espalda, los dejó solos, y de ahí la frase hermosa de Jeremías: «maldito el hombre que confía en el hombre -, te confiaste de la palabra humana de aquellos egipcios y te fallaron, maldito el hombre que confía en el hombre-; y la proposición contraria: –bendito el hombre que confía en el Señor –, frase que se acentuó en ese salmo hermoso que acabamos de escuchar”, expresó el eclesiástico.

En nuestro tiempo, eso de la confianza

Mons. Sándigo Jirón hizo alusión a dicho conocido expresando: –porque ni de tu propia sombra te puedes confiar, porque te abandona de noche, de día esta contigo, va acompañándote por el sol; pero de noche la sombra ¿dónde esta?, te abanonó, hasta la sombra te abandona. Recuerdo una vez, un amigo hizo algo grotesco; pero quizo aleccionar a su hijo chiquito, lo subió en una ventana alta, el niño, así chiquito como el Carlita que anda aqui correteando, y le dijo: – hijo tirate que te agarro» y el hijo confiando en el padre se tiró, y ¿qué hizo el papá?, se apartó y lo dejó caer, y le dice: -eso es para que no te fíes de nadie, para que no te fíes de nadie – refirió.

 

“El tema pues, de la confianza, es una cuestión que nosotros debemos de analizarlo cada día y en principio, pues, seguir el consejo de Jeremías, no  hay que dar la totalidad de su ser, porque entonces, entonces, vas a tener desiluciones, traiciones, fracasos, de ahí que, lo que mejor es dar sin esperar, entregarse sin esperar, porque si das, si entregas, si sirves, y te quedas esperando, te llenarás de desilución, de desencanto, lo mejor es entregarse, servir sin esperar del humano, nada a cambio, porque el ser humano, es voluble, cambiante y desilucionante, muchas veces fallamos”

“De ahí, queridos hermanos, que, repito, ese tema de confianza, nosotros tenemos que saberlos majenar con cautela, con prudencia, y mejor dar sin esperar para no tener desiluciones. ¿Cuántas veces hemos dicho: qué persona más mal agradecida, qué familia más mal agradecida,qué gente más mal agradecida?, ¿ves?, ¿qué esperabas?, ¿que te iban a recompesar por lo que haces, por lo que das?. No. Por eso da, da, entrégate, y que tu confianza sea el Señor, porque Él si no va a fallar, nunca va a fallar, nuestra confianza siempre tiene que ser el Señor”, aconsejó el Obispo de León.

“De ahí, que todos nuestros proyectos hay que confiarlos a Él, el día se le confía a Él, desde la mañana, en esa oración, le confiamos nuestra jornada al Señor porque Él no nos va fallar, no nos va a abandonar, estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo”, sostuvo.

“La semana hay que ponerla en manos del Señor, confiarla en el Señor, la vida y los proyectos hay que confiárselos al Señor, y en el caso concreto de ustedes, mis queridos seminaristas que van a comenzar ya otro año académico, en esta semana, los invito a que su proyecto vocacional lo confíen a Dios y díganle : -¿qué quieres de mi vida Señor?, ¿para qué me quieres?, ¿por qué nació en mí esta inquietud de querer ser sacerdote?, ¿es auténtica Señor, esta inclinación?, ¿estoy siendo honesto contigo?, ¿de verdad siento ese deseo de ser un buen sacerdote? -, confiando en el Señor un proyecto tan delicado”