Su Exc.  Rev. Mons. Rolando Álvarez Lagos, Administrador Apostólico de Estelí, inspirado en la liturgia de la palabra del  XXVII del tiempo ordinario,  refirió que se centra y concentra en el Sacramento del Matrimonio y por lo tanto en la familia, en tanto reflexionó que : “Nicaragua se está desangrando nuevamente,  son miles, miles de nicaragüenses que están migrando y la familia queda otra vez desquebrajada, desintegrada”, familias que quedan ya  sin el papá, o ya sin la mamá, o solo quedaron los hijos, o quedó la mitad de la familia, a veces la familia entera desarraigada, como cuando a un árbol lo sacan, no digo cortan, si no que lo sacan de raíz, como para buscar trasplantarlo en otro lado, en otra tierra, qué dolor en el alma hermanos”, manifestó.

“Que dolor en el alma, lo que nuestro lindo país, por el egoísmo del hombre, por el egoísmo de los poderosos, de los inescrupulosos, de los viven en la injusticia económica, social, política, lo que nuestro lindo país no les pudo ofrecer para vivir dignamente”

El Prelado subrayó que “Por segunda vez, han tenido que ir a buscarlo a otras tierras, y la familia se desintegró y Nicaragua ha perdido otra vez tanta hermosura, gente inteligente, productiva, creativa, emprendedora, generosa, trabajadora, esos niños, esos jóvenes, que podrían haber sido grandes técnicos profesionales, si nuestra patria, si las estructuras sociales, políticas, económicas fueran mínimamente justas y les hubiesen brindado la oportunidad no se habrían ido, se habrían quedado”, afirmó el eclesiástico.

“Que esas familias un día puedan estar juntas, que podamos estar un día nuevamente juntos los nicaragüenses y que a pesar de la lejanía de la distancia, sigamos amándonos, como lo que somos, la gran familia nicaragüenses”, anheló el obispo.

  Matrimonio : Ambos son de la misma naturaleza y dignidad

 

 

“El matrimonio es un sacramento original y originante, “Esto significa que es el sacramento que claramente lo encontramos precisamente en el inicio de la misma creación,  cuando Adán va poniendo nombre a todos los animales del campo, los pájaros del cielo, expresando con esto la supremacía, la autoridad, nunca la arbitrariedad que es totalmente contrario”, aseveró.

“Es Adán quien va identificando y nombrando a las creaturas; pero no hubo, dice el escritor sagrado, ningún ser semejante a él para ayudarle; entonces el Señor Dios,  hizo caer al hombre en un profundo sueño, y mientras dormía, le sacó una costilla y cerró la carne sobre el lugar vacío. Lejos, y errónea es, aquella ya también desusada mala interpretación, que este hecho significaba la subordinación de la mujer al hombre, o la superioridad del hombre respecto a la mujer”, aclaro el Jerarca.

“Es totalmente lo contrario, puesto que la mujer ha sido sacada de la costilla de Adán, según esta figura bonita, hermosa del escritor sagrado, lo que el Señor nos esta diciendo es que ambos, hombre y mujer son de la misma naturaleza, que ambos, hombre y mujer, por lo tanto, claro está, poseen la misma dignidad humana, que tienen la misma igualdad, tanto así que Adán exclamó: esta sí, es hueso de mis huesos y carne de mi carne»,

“Un texto que Jesucristo retoma ante la pregunta de los fariseos para poner a prueba en el texto evangélico de San Marcos:- ¿le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?»; fue la dureza del corazón de ustedes lo que hizo que Moisés prescribiera tal cosa en algunos casos; pero desde el principio al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer y retoma la palabra del Génesis:por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los una sola carne–  en  esta expresión del Génesis, que si me permiten decirlo de esta manera: El Señor Cristifica”, sostuvo.

“El Señor Cristifica,  la hace suya en el Nuevo Testamento, en la Nueva Alianza, indicándonos que este sacramento estaba ya desde allá, querido así, establecido por Dios, se encuentra que, amadísimos hermanos y hermanas, las tres notas que caracterizan el sacramento del matrimonio, o las tres notas características del Sacramento del Matrimonio: la unidad, la indisolubilidad y es la fecundidad”, detalló.

En este sentido manifestó que “El hombre y la mujer se unen, la unidad, en santo matrimonio de forma indisoluble, no hay nada ni nadie que puede disolver, este vínculo sagrado que ambos, inteligente, libre, voluntaria, responsablemente, han asumido ante el altar. Y fíjense que digo que ambos han asumido, porque el sacramento del matrimonio, es el único sacramento  en el que quienes lo realizan son los contrayentes, el ministro es un Testigo Cualificado que bendice aquel consentimiento que ambos se están haciendo”.

Vinculo de amor entre el hombre y la mujer da vida a los hijos

“Pero este vínculo de amor entre el hombre y la mujer, por ser, precisamente, un amor auténtico, es fecundo, da vida y lo hace con los hijos, de ahí que la iglesia siempre ha proclamado, anunciado y defendido la apertura a la vida que hay y que debe existir en el matrimonio, porque de lo contrario carecería, carecería el matrimonio y carecería totalmente de su naturaleza, de lo que él es, porque un hombre y una mujer no se unen en amor indisoluble para amarse solamente el uno al otro, porque entonces eso ya es egoísmo, lo hacen, porque su amor es causa de un fruto que brotará de él”

En este contexto manifestó que los hijos son hermanos más que una consecuencia del amor entre un hombre y una mujer, la prolongación de ese amor, el hijo manifiesta el amor entre el hombre y la mujer, el hijo es una manifestación de ese amor, de ahí la sacralidad, fíjense también esto por favor, de ahí la sacralidad de la relación íntima entre el hombre y la mujer, porque la relación íntima es apertura a la vida,y al venir el hijo, al ser concebido el hijo, ahí hay una manifestación del amor entre ambos, es maravilloso realmente”, enfatizo el Administrador Apostólico de Estelí.

“Maravillosa la sacralidad de esta relación íntima y de ahí también que la iglesia proclama y la defiende y exhorta al pueblo de Dios, exhorta, nos exhorta a todos a los hombres a las mujeres a los jóvenes a guardar la sacralidad de la relación íntima”

Hijos puedan ser recibidos nacer y crecer en ambiente digno, amoroso

Mons. Álvarez Lagos, subrayó  que “La apertura a la vida, se trata de traer hijos a este mundo de manera responsable lo que llamamos la paternidad y la maternidad responsable, es decir, sabiendo el momento justo, preciso, conveniente para que el hijo pueda ser recibido nacer y crecer en un ambiente digno, afectuoso, amoroso y por tanto con todas sus capacidades desarrolladas de forma integral”.

“Esto solo se puede lograr cuando entre el hombre y la mujer existe la negación, el amor, podríamos decir, que es sinónimo de negación, el hombre tiene que negarse así mismo para darle paso a la vida de la mujer, y la mujer tiene que negarse así misma para darle paz a la vida del hombre”

En ese sentido refirió que es necesario negarse así mismo “Porque el amor es negación de mí mismo para darle vida a la otra persona; amadísimos, no hay otra manera para que el sacramento del matrimonio pueda perdurar hasta muerte, si no es viviendo diariamente en la negación”, meditó.

 

Orar por matrimonios que han perseverado y por quienes han sufrido fracasos

El señor obispo pidió rogar por los “bellos matrimonios que van perdurando a través de los años, claramente, la iglesia es tiernamente cercana, con aquellos hermanos y hermanas que han sufrido un fracaso matrimonial y hoy también es un día para animarlos a ellos a sanar esas heridas y a continuar adelante llevando su vida de gracia, haber fracasado en el matrimonio por situaciones que se les escaparon de las manos a la persona, no es el fin de la vida, deben de continuar, con esta cercanía tierna de la iglesia que les anima a vivir en la gracia,  poder seguir viviendo su vida sacramental y su vida en la caridad buscando su santidad como todos, como todos”, aconsejo.

Así también, “Por aquellas parejas vueltas a casar, lo que normalmente se llama segundas nupcias, es decir, tuvieron un matrimonio sacramentado, celebraron su matrimonio sacramentalmente, fracasaron y se casaron nuevamente, por la vía civil, ellos, aunque en general no pueden acercarse a comulgar el cuerpo de Cristo; pero están también invitados a participar de la fiesta del Señor, no se alejen, vengan  compartan porque nosotros somos su familia,  la iglesia es su familia y nosotros acojamos a esos hermanos, aunque no puedan vivir la alegría de la comunión Eucarística, acojámoslos que vengan, regocijémonos en que, a pesar de haber fracasado y de estar viviendo una situación irregular, son capaces de seguir adelante; vengan hermanos, vengan a la fiesta del Señor”, animó el obispo.