El Obispo de la Diócesis de Juigalpa Su Exc. Rev. Marcial Guzmán, meditó en su homilía de este domingo que: “En nuestras parroquias, en nuestra Diócesis, en nuestros países, encontramos hombres y mujeres que se unen y que se aceptan mutuamente y que comparten realmente las propiedades esenciales del matrimonio como es: el amor y la indisolubilidad; es decir que se aceptan mutuamente, recibiendo una gracia especial. ¿Cuál es la gracias especial?, la que Dios da para que puedan luchar y, es por eso que nosotros somos capaces de distinguir en que recibe un matrimonio una gracia especial y no puede venir a decirnos una pareja que está solamente juntada -somos lo mismo, hacemos lo mismo- , No”, fustigó el eclesiástico.

“En esa pareja no santificada todavía, hay una acción que no solamente se dirige por un sentimiento, sino por poner a Dios como centro a través de la bendición del Sacramento; por eso es que en el Sacramento del Matrimonio se recibe una gracia especial, Cristo la da y, es por eso que no se puede separar, ni la Iglesia puede separar, ni el Papa, ni el Obispo, ni nadie, lo que Dios ha unido, nadie lo puede separar”, insistió el obispo de Juigalpa

“Hoy, la palabra de Dios nos invita a ver una institución que Dios lo pensó desde el inicio de la creación y partimos por eso (Gn 2),  nos viene narrando todo lo que Dios hizo allá en el paraíso. Dios creó todas las cosas, llamó al hombre y le dice que le pusiera el nombre a cada una de las que le fue pasando. Y  ahí en el paraíso Dios nos dice – No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerte a alguien para que te ayude –“

Hombre y mujer diferentes para que se complementen

El obispo de Juigalpa describió como “Precioso este pasaje, de que Dios en su proyecto va a hacer hombre y mujer, diferentes para que lleguen y se puedan complementar; hombre y mujer los va a hacer para que se complementen”

“Ahí encontramos la relación verdadera. Hoy el mundo quiere apartar, imitar criterios humanos, simplemente por una comprensión, por una acción puramente humana de necesidad, de cosas que se van a poder llevar en lo humano; sin embargo, Dios hizo hombre y mujer para que se complementaran”, insistió

“No podemos destruir el Plan de Dios y es a través de esa experiencia de llamado de  vocación, que es el matrimonio”

Jesús es testigo y  participa en las bodas de Caná

En este sentido recordó que “Cristo quiso elevarlo a Sacramento: El Matrimonio. Él mismo participó en aquella primera boda donde se nos narra en (Jn cap.2)cuyo pasaje se refiere a  Las bodas de Caná, Jesús llegó a ser Testigo de esa experiencia, de aquella acción humana”,

Asimismo, hizo alusión a la narrativa de la Sagrada Escritura “Esta acción está simbolizada constantemente por los Profetas, la relación de cómo salvar al hombre; sin embargo, en medio de las acciones humanas, surgió un momento difícil y fue cuando Moisés permitió que se separan, hicieran un acta de divorcio. Y hoy, los Fariseos le hacen  a Jesús una pregunta capciosa y al mismo tiempo provocativa: – ¿Le es lícito separarse al hombre y la mujer? – “,apuntó.

Ante esto, dice Jesús  – Pero al principio, no era así- . Y lo vemos claramente, Dios lo hizo hombre y mujer, los hizo para que se ayudaran mutuamente-. Los hizo para que compartieran la presencia de Dios, por eso el hombre y la mujer que se complementan hacen la voluntad de Dios, construyendo la vida, poniendo al Señor presente en medio de ellos”

 

El obispo Guzmán Saballos  oró para que “Esta vocación al matrimonio, la que Dios regala, pueda ser también Testificada y gracias a Dios encontramos en nuestro ambiente muchos hombres y mujeres que están luchando”, sostuvo.

Nulidades de matrimonios  es porque hubo error y engaño

Asimismo, el Prelado aclaró que cuando se dan -Nulidades matrimoniales – “Se investigan y se ven en las nulidades de matrimonios, se estudian casos de que ahí no hubo matrimonio, hubo ceremonias, pero no hubo matrimonio por algún error grave, ya sea irresponsabilidad, ya sea de engaño. Y un tribunal de la Iglesia dice  – aquí nunca hubo matrimonio, hubo un engaño, hubo una obligación, algo por el estilo -«.

Al tiempo que ratificó que “En la Iglesia lo que Dios ha unido, no lo separa el hombre; por eso dice: cuando se une el hombre y la mujer, ya no serán dos, sino una sola carne. La ayuda del hombre y la mujer va a consolidar, a vivir en esa lucha, vencer los obstáculos del matrimonio, como son: el egoísmo, la infidelidad, la indiferencia, los celos, que van a llevar a destruir una relación”.

“Dios lo ha querido y lo ha querido constituir en familia, por eso, dentro de estas propiedades también tenemos el amor a abrirse a los hijos, que bendición son los hijos en un matrimonio. Hoy la gente mucho se viven quejando. Sí, tienes que trabajar, tienes que darles dignamente; pero los hijos son la bendición de Dios”

“Y Jesús le dice: -Para aquellos que se les ha dado la vocación, para aquellos que tienen en sí, a esos sí, es válido esta comunicación, esta acción de entrega, de recibirte uno al otro, porque los hijos también son bendición de Dios-“ subrayó.

“Grande  es la responsabilidad que tenemos nosotros los mayores, grande responsabilidad tenemos de saber qué platicamos, qué comunicamos, que… transformamos nuestra familia, tu papá, tu mamá, tu hermanos mayores que han ido tomando conciencia de esta responsabilidad de vivir la alegría del amor de Dios y, al mismo tiempo vivir la experiencia de esa unidad con Dios”

“Hoy, pedimos al Señor, por estas familias que se detienen a pensar como instrumento de Dios para construir la verdadera familia sin egoísmo y que su  finalidad del matrimonio es construir la familia, vivir la familia y caminar juntos y que gozo”, abogó  el obispo.