Su Excelencia Mons. Jorge Solórzano Pérez, Obispo de Granada, reflexionó en su homilía de este domingo que el Evangelio nos conduce a interrogantes como:  ¿Quiero yo ver a Cristo?. “ El Señor  dirige palabras a Zaqueo que son  estímulo eficaz para que acojamos hoy en nuestras vidas a Jesús resucitado, camino seguro para encontrar plenitud de vida y felicidad, de hecho, la auténtica realización del hombre y su verdadera alegría, no se encuentran en el poder, en el éxito, en el dinero, sino, solo en Dios que Jesucristo nos da a conocer y nos hace cercano”, sostuvo.

Esta es la experiencia de Zaqueo.

“Zaqueo, según la mentalidad común lo tiene todo, tiene poder y tiene dinero, se puede definir como un hombre realizado, ha hecho carrera, ha conseguido lo que quería, y como el rico necio de la parábola evangélica podría decir: alma mía tienes bienes almacenados para muchos años, descansa, come, bebe, banquetea alegremente; por esto, su deseo de ver a Jesús es sorprendente, no es una mera curiosidad la de Zaqueo. Y es sorprendente, porque si supuestamente lo tiene todo, por eso es necesario detenerse en la afirmación de que Zaqueo quería ver a Jesús. Se trata de una frase muy importante que debemos referir a cada uno de nosotros aquí presentes, más aún, indirectamente a cada uno de los hombres: ¿quiero yo ver a Cristo?”

¿hago todo como hizo Zaqueo para poder verlo?

“Este problema después de 2022 años, es tan actual como entonces, cuando Jesús atravesaba las ciudades y los poblados de su tierra. Es el problema actual que cada uno de nosotros personalmente… ¿quiero, quiero verdaderamente? Insistió el obispo.

Al tiempo que meditó que “O quizá más bien, evito el encuentro con Él, prefiero no verlo o prefiero que Él no me vea, al menos a mi modo de pensar y de sentir. Y si ya lo veo de algún modo, prefiero entonces verlo de lejos, no acercándome demasiado, no poniéndome ante sus ojos para no llamar la atención demasiado, en el fondo para no tener que aceptar toda la verdad que hay en Él, que proviene de Él, de Cristo”, observó el eclesiástico.

 

“Como Zaqueo, es importante que hoy quieras ver a Jesús. Y eso es lo que nos invita este Evangelio,  -que hoy quieres encontrarte personalmente con Cristo “

 

¿Qué impulsó a Zaqueo a tratar de encontrarse con Cristo?

“-Zaqueo se da cuenta de que todo lo que posee no le basta, no le hace feliz. Por  eso les decía, no es mera curiosidad, es porque Él se da cuenta y siente el deseo de ir más allá, más allá de las riquezas, más allá de la fama. Y precisamente Jesús, El Profeta de Nazaret pasa por Jericó, su ciudad. De Él le ha llegado el eco de palabras inusuales como estas:  -bienaventurados los pobres, los mansos, los afligidos, los que tienen hambre de justicia -; palabras extrañas para Zaqueo. Pero, tal vez, precisamente por eso, fascinantes y nuevas. Quiere ver a este Jesús, pero Zaqueo, aún siendo rico y poderoso es bajo de estatura, por eso,  -corre, sube a un árbol -. -Fíjense, no le importa hacer el ridículo, pero ha encontrado un modo de hacer posible el encuentro con Jesús.”

“Y Jesús llega, alza la mirada hacia él y lo llama por su nombre:  -Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa. -Nada es imposible para Dios-, dijo.

El prelado reflexionó que “De este encuentro surge una vida nueva para Zaqueo, acoge a Jesús con alegría, descubriendo finalmente la realidad que puede llenar verdadera y plenamente su vida, ha tocado la salvación con la mano, ya Zaqueo no es el de antes y, como signo de conversión, se compromete – a dar la mitad de sus bienes a los pobres y a restituir el cuádruple a quien había robado -. Zaqueo ha encontrado el verdadero tesoro, porque el tesoro que es Jesús lo ha encontrado a él. -Y esto es lo que el señor nos pide y quiere de nosotros y esperemos que esta palabra nos ayude también a encontrar en nuestra vida el verdadero tesoro que es Jesús”, enfatizó el jerarca de Granada.

 

Mons. Solórzano Pérez, contempló que “En este punto, se hace evidente que no solo Zaqueo ha visto a Cristo, sino, que al mismo tiempo, Cristo ha escrutado su corazón y su conciencia. Podemos decir, le ha hecho una radiografía hasta el fondo. Y he aquí que se realiza lo que constituye el fruto propio de ver a Cristo. ¿Cuál es el fruto del encuentro con Cristo en la verdad plena?, se realiza la apertura del corazón de Zaqueo y, puede realizarse también la apertura de nuestro corazón. Se realiza la conversión de Zaqueo. Puede realizarse la conversión nuestra y se realiza la obra de la salvación”, expreso.

 

Fotog. Cortesía Diócesis de Granada.