Su Exc. Rev. Mons. Carlos Enrique Herrera, Obispo de la Diócesis de Jinotega, contempló en su homilía de este domingo que “La palabra de hoy se centra en el tema del matrimonio que ya el Señor creó desde el inicio, narrado en el Libro del Génesis- donde Dios crea al hombre y la mujer  y donde nos invita a estar unidos, a formar una sola familia, una unidad inquebrantable y como viene a confirmarlo Jesús – que nada ni nadie lo separe, lo que Dios ha unido-, lo que Dios ha creado perfectamente”,  sostuvo.

“El matrimonio es un sacrificio como el sacrificio de La Eucaristía, que tiene que abnegarse y darse a la otra persona, ambos tiene que hacer ese sacrificio que es el signo más grande: el amor-“

En este sentido manifestó que San Pablo recuerda que el matrimonio – Es como Cristo que se entrega a La Iglesia, a la humanidad para salvarlo -.Así también tiene que ser el esposo para con su esposa y la esposa tiene que ser obediente de decir, estar en esa armonía con su esposo para lograr que ese amor vaya creciendo, madurando y dando frutos de alegría, de los hijos”, subrayó.

Durante la santa Misa celebrada en catedral San Juan Bautista, el Jerarca interrogó ¿Pero qué pasa?, y respondió a la vez “Ellos mismos Adán y Eva, siendo desobedientes a Dios cayeron en esa desobediencia, en esa fragilidad humana y que también ha contaminado a la humanidad, por eso, siempre en la Antigua Alianza había siempre ese precepto de la vida conyugal, basada en una ley; pero la misma debilidad del hombre hicieron que Moisés diera o accediera con una carta de divorcio del hombre a la mujer, una cosa no equitativa, aunque fuera mala, solo el hombre podía decidir divorciarse, la mujer no, eso era en ese tiempo”,  explicó haciendo una analogía con nuestra realidad actual.

“Jesús nos trae en esa Nueva Alianza, es Cristo el que viene a perfeccionar a la humanidad”

Hizo un breve recorrido al pasaje bíblico al referirse  a la pregunta que le hicieran los Fariseos al Señor – ¿Es lícito, es bueno lo que Moisés dio al esposo, esas actas de repudio, de divorcio? Jesús, remite al Plan de Dios – Dios los creó hombre y mujer para que vivan siempre unidos, de manera que… el hombre que se divorcia de su esposa y se casa con otro, comete adulterio y viceversa también, en principio desde el origen-; por lo tanto, Jesús no condena, sino que hace ver que para vivir una vida como Dios manda (decimos nosotros), tiene que vivirse en ese Sacramento que es esa unión, esa consagración de una pareja para que sean felices”, manifestó

Iglesia acompaña a aquellos separados

Sin embargo,  el obispo Herrera mencionó que “La Iglesia trata de acompañar a aquellos que por circunstancia se han separado, la Iglesia acepta la separación, no el divorcio; pero también se dan los casos de que otros se han separado, los que han hecho, otra vida con otra persona y ahí entra lo que es, lo que nos dice San Pablo hoy:

“- Jesucristo ha venido y se ha hecho con nosotros hermano y ha dado su vida por nosotros, para reconciliarnos con el Padre  –  Ahí Jesús  viene en el nombre del Padre a derramar su misericordia y su perdón, a sanar esas heridas de la debilidad del hombre, del pecado; por eso, siempre La Iglesia trata de acompañar a esos matrimonios que no pudieron vivir el Sacramento”

 

En este sentido dijo que “Hay otros casos que posiblemente y en aquellos tiempos, que a veces el papá le escogía el novio a su hija o a veces viceversa y entonces… para que haya un verdadero Sacramento, los dos tienen que venir con verdadera libertad, con una conciencia de que lo que van a celebrar es para siempre, tienen que tener una madurez humana, psicológica, para que eso pueda permanecer”, observó.

Agregó que “En muchos casos, hay muchos hombres que han venido tomado a celebrar matrimonio, no saben ni a qué,  se ha dado, irregularidad. Entonces La Iglesia busca.. e interroga: ¿Hubo matrimonio o no? o ¿Hubo un simple rito?. Y responde: Y para que ustedes no se escandalicen cuando algunos piden un proceso, se llama de nulidad, no todos los que presentan eso, pueden encontrar esa nulidad; porque muchos por soberbia, por orgullo, por machismo o por feminismo hoy, porque hoy no es como antes la mujer agachaba la cabeza, era muy humilde, muy creyente y tenía que aguantar al hombre, hoy no”, justificó Mons. Herrera.

“Hay casos que es el hombre que tiene que agachar la cabeza. Entonces se dan todas esas cosas; por lo tanto, escuchábamos en el Evangelio ¿Qué nos dice Jesús? – Los que no son como niño o los que son como niño entrarán al reino de Dios-. Y ¿Cuál es la actitud o virtud de un niño? Interpeló el obispo y su respuesta inmediata fue: “Es la humildad, la inocencia, y, creo que en el matrimonio tiene que haber eso, un amor puro, una inocencia, no ir con la malicia, no a defender mi derecho, como si se ha casado solo para defender su derecho”

Es necesario preparar a las parejas para el matrimonio

El Prelado recordó que a su llegada a Jinotega lo primero que planteó a los Sacerdotes la necesidad de  que las parejas “Recibieran  unos cursos pre-matrimoniales,  para que, aquella pareja que se iba a casar supiera a que se iban a meter con estas interrogantes: ¿Qué es el matrimonio?, ¿Cuál es el compromiso?, ¿Cuáles son los valores?, ¿Cuáles son las capacidad?. Y varios de los que fueron a recibir las charlas, no decidieron casarse, porque ahí se dieron cuenta que no eran capaz para un matrimonio que es importante”, dijo.

“Ánimo,  ustedes padres de familia, preparen a sus hijos para un verdadero matrimonio, para que sean felices, que no se enamoren de lo físico, no se dejen llevar por las pasiones, sino por los valores, sino por la reflexión, el discernimiento, estén preparados, tienen que ayudarles ustedes, no imponer, sino a conducirlo por el bien, por el futuro de ellos”