Su Exc. Rev. Mons. Francisco Tigerino, obispo de la Diócesis de Bluefields, dijo en  su homilía de este XV domingo del tiempo ordinario, en alusión evangélico referido La parábola del Buen Samaritano  que “El Señor nos invita  -anda y has tú lo mismo-.  El Señor nos ayude a descubrirlo y hacer en la medida de nuestras posibilidades llevar a Cristo a nuestros vecinos, donde trabajamos, donde estudiamos, donde nos encontremos para que todos vean a Cristo enmedio de nosotros y que podamos ser transparencia de su gloria, gloria que se ha manifestado en lo  Señor no manifiesta su gloria en las cosas extraordinarias”, indicó.

En su meditación explicó que “La parábola que todos conocemos: -Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, ese camino era bien peligroso, cayó en manos de unos ladrones, los cuales, lo robaron y lo dejaron como muerto -; al creer que estaba muerto, un judío piadoso no podía tocar un muerto, porque se contaminaba, no podía participar, no podía ir al templo, no podía participar de las celebraciones, porque estaban contaminados por el hecho de tocar un muerto, se tenían que pasar un sin número de rituales para poder volver a injertarse en el pueblo de Dios”.

En la narrativa, Mons. Tigerino dijo que “Llegó primero un Sacerdote, el cual lo vió y pasó de largo y luego un levita que pasó por ahí y lo vio  y siguió adelante; pasa  un samaritano a quienes los judíos despreciaban, considerarlos que se habían alejado de Dios,  y esto es lo que el punto, que Jesús quiere enfatizar:  -que no se trata de cumplir la ley, porque la ley lo único que hace es señalarnos el pecado, lo que se trata es ir más allá de lo que la ley nos mande, es lo que hace el samaritano: se compadeció de él –“.

“Recordemos que esta frase también se utiliza para Jesús: – Se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor -, se compadeció de Jerusalén y llora por ella; aquí es el samaratino que se compadece de aquel hombre que había sido golpeado y dejado ahí, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y las vendó, luego la puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él”

 

“Este pasaje del evangelio que acabamos de escuchar, se le acerca un doctor  de la ley a Jesús, y aquí viene una pregunta que tenemos que hacernos constantemente: ¿cuál es el motivo por el que nos acercamos a Jesús?, ¿qué es lo que hay detrás de nuestro deseo de servir a Dios?, ¿realmente queremos que Cristo reine aquí en nuestra ciudad, en nuestra Diócesis?, o por el contrario, queremos ser nosotros, los que vamos a sobresalir o lo podemos hacer por vanagloria” reflexionó, el Jerarca.

Mons. Tigerino agregó que “Todo judío piadoso repetía eso todos los días, recordando que  Yahvé es un solo Dios y que solo a Él hay que darle culto y con todo nuestro ser, con toda nuestra fuerza, con todo nuestro corazón. Has contestado bien, le responde Jesús, y entonces el doctor para no quedar mal, es una respuesta evidentísima que probablemente él ya la conocía en su mente, pero que no la había bajado al corazón y pregunta: y ¿quién es mi prójimo?.

“A nosotros también se nos invita en muchas ocasiones a dar nuestro tiempo, todo el trabajo que realizan en nombre de la Iglesia a colaborar económicamente en la medida de sus posibilidades, pero también, se invita a colaborar en las comunidades, en los barrios donde se encuentran”

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8.

OBISPO DE JUIGALPA GUZMAN SABALLOS: “EL SEÑOR NOS MANDA A NO VER PASAR LAS COSAS DE LARGO SINO A COMPROMETERNOS CON AMOR…TU PROJIMO NO LO ESCOGES”

El Obispo de la Diócesis de Juigalpa Su Exc. Rev. Marcial Guzmán, meditó en su homilía de este domingo XV del tiempo ordinario que “El Señor nos ha mandado no solamente a pasar de largo en las cosas, sino a comprometernos con amor, porque el amor me compromete, si yo amo a Cristo, me tengo que sentir comprometido con Él, si yo amo a Cristo, me tengo que sentir identificado con Él y por lo tanto, no es solamente no hacer el  mal, cuando yo la puedo hacer o dejar y ver y no hacer nada, también pecamos por omission”

 

 

“Los mandamientos son, sin duda, una oportunidad de responder a cumplir la voluntad de Dios. Nosotros no somos santos por lo que hacemos, sino por lo que dejamos hacer, actuar en Dios, en nuestra vida, eso es, sin duda, el camino de la santidad, ser instrumento de Dios para que Él haga lo que quiera hacer, claro, nos ha dado capacidad, todos nos ha dado el raciocinio que es pensar lo bueno, lo que es malo”

El Obispo de Juigalpa se refirio a  “Aquella experiencia de Moises  de ser Profeta y le va a poder decir –escucha la voz del Señor, tu Dios, que te manda a guardar los mandamientos y disposiciones y escritos que están en esta ley, escúchalos y ponlo en práctica, ¿para qué?, para que tú te conviertas al Señor y para que hagas tu santa voluntad –“

“Estos mandamientos están cerca de nosotros para que podamos acercarnos y vivir la alegría del Señor, porque Él nos muestra todo su amor, Él nos muestra toda su bondad y lo escuchábamos con el Salmo 68 que respondíamos bonito, cantando en esta Santa Iglesia Catedral, diciendo:  -escúchame, Señor, porque eres Bueno-“

“La pregunta esencial de nuestra vida sin embargo, aquel maestro de la ley no se la hizo con este fin, sino lo que se la hizo fue para ponerlo a prueba, para a ver que si realmente iba a poder realizar todo esto, le iba a poder decir: Maestro bueno, le dice con esa actitud, ¿qué debo hacer para ganar la vida eterna?, es la pregunta esencial de nuestra existencia al comenzar el día y decirle: Maestro bueno ¿qué tengo que hacer yo en mi vida matrimonial, religiosa, sacerdotal, laical, normal, en los quehaceres cotidianos para ganar la vida eterna?, y es nuestra preocupación, es decir, ¿qué es lo que vamos a hacer?, lo que la primera lectura del Deuteronomio había expresado ya por boca de Moisés, y ¿qué le dijo?:  -Cumple los mandamientos-“, citando el pasaje

“Ahora Jesús viene a dar una amplitud y una explicación, porque va a resumirlo en dos  esenciales:  –amar a Dios sobre todas las cosas y amar a a tu prójimo como a tí mismo -. El maestro de la ley, que no era nadie que no supiese o que era ignorante, le va a cuestionar le hace la pregunta el maestro de la ley: y ¿quién es mi prójimo?, entonces, le va a responder no con una respuesta concreta, sino con un ejemplo y le va a dar el ejemplo de un hombre que bajando lo asaltaron y lo dejaron mal muerto, pasó un sacerdote, pasó un levita y pasaron de largo, primero por no quedar impuros, seguro por sus quehaceres cotidianos y, entonces pasó un samaritano y ese fue… lo limpió, lo recogió y lo llevó a una cabalgadura y, aquí ¿qué podemos sacar?”, interroga el Obispo.

“Hoy encontramos como a este hombre pasó este samaritano y fue el que le limpió y después le hace una pregunta a Jesús y para tí ¿quién es el prójimo?, ahí le contestó, porque él mismo va a demostrar su capacidad intelectual, la inteligencia que tiene ¿quién es mi prójimo?, aquel hombre le dijo: el que hizo lo que hizo el samaritano, el que lo levantó, lo cuidó, es decir, tu prójimo es el que tienes a la par, no solamente el que tú escoges, esta persona si es agradable, con quien yo camino, es amistosa, chistosa”