Su Eminencia Cardenal Leopoldo José Brenes, Arzobispo Metropolitano de Managua, manifestó en su homilía  durante  la  solemnidad de Santo Domingo de Guzmán que al meditar la Palabra de Dios “Me preguntaba ¿Cuántos de nosotros también hemos dicho esto hoy?, que nos hemos sentido cansados, agotados, agobiados por los problemas políticos, los problemas sociales, los problemas económicos, la pandemia, quizá nos hemos sentado allá en el fondo del patio para gritarle al Señor: «-basta ya, Señor, ya no tengo más fuerza, ya no le veo salida a este momento de la historia-. Pero, el Señor siempre escucha nuestro lamento”, enfatizó.

Asimismo, al referirse al Salmo Responsorial proclamado el jueves reciente decía: “Ojalá no nos hagamos sordos a la voz del Señor, escucharle-.Hoy  el Señor, también nos está diciendo a nosotros, a este pueblo de Nicaragua: ¡levántate!, ¡levántate!, sí, es el Señor que nos está impulsando a tener la mirada y la confianza en el más allá, ¡levántate y come porque aún te queda un largo camino!. Y el Evangelio nos da la respuesta de quien nos vamos a alimentar, a quien vamos a escuchar, escuchamos al Señor” meditó.

 “Que triste que muchas veces, fácilmente descalificamos a las otras personas. Y al leer esta primera parte del Evangelio, decía: pero ¿quién es este?, ¿a caso no es el hijo de José?, ¿a caso no conocemos a su padre y a su madre?, sí. Y dice el Señor en otro texto:-No critiquen-. Hoy nos dice:-No murmuren-,  y yo pensaba -no descalifiquen-. Y hoy con que facilidad descalificamos, al que quiere levantarse, inmediatamente lo destruimos, lo hacemos a un lado y lo acusamos y tratamos de minimizar como pasó con los judíos que murmuraban contra Jesús ¿Acaso no es el hijo de José?, sí, aquel carpintero que no sobre sale, ¿Acaso no conocemos a su madre, esa mujer sencilla que está allá que es desconocida?

“Y ahora Él viene a decirnos que ha bajado del cielo, no, si ha nacido de ella, es un hijo del pueblo, es un hijo allá sencillo; pero Cristo nos dice –no murmuren-, –Yo soy el pan de vida, yo soy el pan de vida– este es el pan que ha bajado del cielo para quien lo coma no muera sino que tenga vida eterna-.Hoy para nosotros, mis buenos hijos, al celebrar la fiesta de Santo Domingo de Guzmán, esta palabra también es clave: ­No murmuren, no critiquen, no descalifiquen, no hagan a nadie a un lado -yo soy el pan vivo, el que come de este pan vivirá para siempre- «.

 

El Señor Cardenal  invitó enfáticamente a vivir “Esta experiencia de Santo Domingo de Guzmán:  la escucha, de la palabra, en la vivencia eucarística y en la oración y que  sea nuestro punto de referencia y nuestro trabajo permanente”, indicó.

Vida ejemplar de Santo Domingo para imitar

“Santo Domingo fue un gran intelectual, con grandes conocimientos, admirado por su sabiduría, pero siempre puso al Señor por encima, él solo un Servidor, no  quiso aplausos”, tras agregar que era “Un hombre que meditaba la palabra de Dios y en esa palabra de Dios encontraba la fortaleza y encontraba esa vivencia profunda con Jesús … La palabra del Señor también nos viene a iluminar y hoy, nuestra gran petición a Santo Domingo de Guzmán …que interceda por este pueblo de Nicaragua».

“En este día muy especial para nuestra Arquidiócesis he querido venir a esta amada Parroquia de Santo Domingo de Guzmán en Las Sierritas par a unirme a tantos y tantos, sin temor a equivocarme, de miles de devotos de Santo Domingo de Guzmán, hoy presentes en ustedes como representantes de esos hombres y mujeres sencillos”, manifestó el Jerarca de la Iglesia Metropolitana.

 “La piedad popular, mis buenos hijos es un tesoro, ya el Papa Benedicto cuando estaba inaugurando la V Conferencia del Episcopado en Brasil – es un tesoro que tiene la iglesia y un tesoro que tenemos que ir puliendo-, esa perla preciosa que es la piedad popular, irla puliendo, irle quitando aquellas pequeñas cosas que pueden desviarla, porque el Papa Francisco como buen latinoamericano nos recuerda que la piedad popular nos lleva a un encuentro personal, íntimo y profundo con Jesucristo, vean que hermoso, nos lleva a ese encuentro personal con Él”.

Al tiempo que recordó su testimonio personal “De manera especial para este servidor que ha surgido también de un momento de piedad popular de mis padres, que estando embarazada mi madre y, como muchas veces lo he comentado, fue a los pies de Jesús del rescate en peregrinación, desde Ticuantepe, cuatro, cinco días en carreta y, ahí a los pies de Jesús del rescate oró, oraron mi padre y mi madre para decir «-si este ser que va en mi vientre será para tu utilidad, pues, que se pegue- y aquí estoy, yo siempre surjo de una piedad popular, ese recorrido, esa peregrinación de días en carreta, idas y venidas”, atestiguó el Prelado.

Sobre la devoción sencilla dijo que  “De igual forma, podemos ver en esta Imagen centenaria de Santo Domingo de Guzmán, nuestra gente humilde, nuestra gente sencilla, ahí, a los pies …como gran cantidad de personas van pasando en silencio, mirándolo a él, mirando a Santo Domingo pero con una expresión muy hermosa, que algunos nos critican – los católicos son idólatras- ; pero que hermoso cuando los medios de comunicación le preguntan a un devoto ¿Qué tiene que agradecer usted, hoy, a Santo Domingo?, me ha llamado la atención”, subrayó.

“ Santo Domingo este hombre que vivió su vida consagrada al Señor y que sintió que Él lo estaba convocando para una misión -llevar la buena noticia del Reino a hombres y mujeres que andaban en búsqueda-. El gran predicador, que de una forma humilde y sencilla, sin hacer alarde como decía el Santo Padre en la carta enviada a la Orden Dominica, -con sencillez, sin buscar prestigio-”

La Eucaristía, la Palabra,  oración y solidaridad

“Al meditar el día de ayer la transfiguración del Señor, decía: La Eucaristía que es un momento de transfiguración, en el cual, el Señor se nos hace presente, se nos revela como el Dios, se nos revela, como bien lo decía el Apóstol Pedro, –Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo” medito.

“Es ese encuentro en La Eucaristía y, ya el Santo Cura de Arce, nuestro Patrono de los sacerdotes nos decía: –si encontráramos la riqueza de la grandeza en La Eucaristía lloraríamos constantemente – y, ese jovencito Carlo Acutis,  que hace poco fue beatificado ¿Qué decía de La Eucaristía? –Es la auto pista para llegar al cielo-; Santo Domingo comprendió algo más «-en la Palabra, en La Eucaristía, pero también en la oración-» son como esa pata de gallina, tres patas, la Palabra, La Eucaristía y la oración” Conferencia Episcopal nos invita a rezar el santo Rosario

“La Eucaristía es el momento fuerte para todos nosotros; pero también la oración, gran promotor el rosario y, la Conferencia Episcopal nos invita a eso, rezar el santo Rosario, a orar, hacer un ejército como decía uno de nuestros Pontífices – un ejército rezando el rosario es capaz de vencer todas las adversidades-«, exhortó el Arzobispo.

También se refirió al valor de la solidaridad dijo “Nosotros hemos venido llamando la atención (cuidados ante la pandemia). Y sobre esto  – recordó la experiencia de Santo Domingo de Guzmán – ante esa enfermedad que azotaba su región quiso ser solidario, quiso ser solidario con los enfermos, quiso ser solidario con la familia de los enfermos y, ¿Qué hizo?, vender el tesoro que él tenía, su biblioteca, sus libros, para apoyar de una forma solidaria y sé que en nuestra Arquidiócesis y en toda nuestra provincia se han dado tantos hechos hermosos de solidaridad y, ahí tenemos Santo Domingo el hombre de la palabra, el hombre que anuncia a Jesucristo incansablemente, pero también el hombre solidario”, expresó.