“El Señor no se olvida, por muy rebelde, por muy soberbia, por muy prepotente que sea una persona o un pueblo, el Señor nos ama y no se olvida. Y, nos envía mensaje e invitarnos a retornar a Él, nos envía su Palabra a través de gestos, a través de acciones;” dijo en su reflexión el Arzobispo Metropolitano Su Eminencia Rev. Cardenal Leopoldo J, Brenes, durante la homilía dominical, tras agregar que “El Señor hoy nos invita a escucharle,  ha venido, a romper ese muro de odio, de descarte, de hacer a un lado al otro, de mirarlo sobre los hombros, porque Cristo ha venido a poner con sus mandamientos, reglas, haciendo la paz para crear de estos dos pueblos, un solo hombre nuevo”, enfatizó.

El Prelado reiteró que “El Señor nos invita hoy a romper esos muros y, creo que hoy también nosotros los nicaragüenses, examinemos ¿Qué muros hemos estado construyendo?, a veces entre las mismas familias, entre los vecinos, entre nuestros líderes políticos, sociales, económicos, que de una u otra forma estamos construyendo, y a veces actitudes de odio, de rencor, de venganza”, sostuvo.

“¿A qué ha venido el Señor? – examinó el Arzobispo  y al mismo tiempo respondió  -Él ha venido para acercar a los que están lejos,  ha querido hacer de los dos pueblos una sola cosa, ha querido con su sangre, con su muerte, destruir, derramar ese muro que nos separaba. ¿Cuál es ese muro que muchas veces nos separa?, nos lo dice el Apóstol  : el odio”, dijo al referirse a las lecturas litúrgicas del día.

“El Señor está ahí como esa gotita de agua, invitándonos a cambiar, seamos lo que seamos; pero que triste, que triste que a veces nos metemos, nos metemos en nuestros propios pantalones y decimos: ¡no!, ¡no quiero cambiar!.”, dijo.

Brenes Solórzano insistió en rememorar las palabras del papa Francisco : – «miren al crucificado, sí, porque muriendo Él en la cruz quiso romper todo. Uniéndonos en un solo cuerpo, mediante la cruz, dando muerte allí, clavado en la cruz  -dice el Apóstol –  dio muerte con Él al odio y vino para traer la noticia de la paz para todos, los de lejos y los que están cerca, para todos”

“Existe el peligro, por ser hombres y buscar aplausos, buscar reconocimientos,  siempre digo: escuchad la Palabra y de manera especial debo ser solamente instrumento, como esos parlantes, por los cuales sale la voz del Predicador, pero un parlante que salga la voz del Señor y que escuchen al Señor” insistió el Cardenal y luego invitó  a interpelarnos   “¿Qué quiere el Señor de cada uno de ustedes?, Y a interpelarnos  “ Pensemos, nosotros los nicaragüenses: ¿Qué nos separa?, ¿Porqué descalificamos?, ¿Porqué descartamos al otro?, ¿qué hay en el fondo de nuestro corazón?, ¿Hay odio?…interrogó el Jerarca.

El Prelado recordó que durante estos domingos “Hemos visto cómo el Señor quiere lo mejor de nosotros. Nos hablaba el domingo antepasado, ese pueblo rebelde, que me ha rechazado, que se ha olvidado de mi. …pero, quizás, a veces, nosotros nos tapamos el oído, cubrimos nuestro corazón, lo envolvemos para que esa palabra nos llegue, haga mella y nos transforme”,

“Hemos celebrado la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, el día dieciséis, Nuestra Señora del Monte Carmelo, Estrella del Mar, Estrella de la Evangelización. El monte es el lugar del silencio y, el Señor nos decía hoy en su Evangelio, cuando regresan los Apóstoles contentos de todo lo que habían hecho en esa misión que Él les había encomendado; pero les dice: no, cálmense, no se emocionen, vamos a un sitio aparte, tranquilo, a descansar.

“Sí, Cristo nos invita al silencio … en donde esa nube, esa brisa suave nos habla verdaderamente del Señor y nos invita a vivir esa comunicación” aconsejó el Arzobispo de Managua … ¿Cómo podemos hacer nosotros ese silencio para encontrarnos con el Padre, para encontrarnos con Jesús?, bajo la fuerza del Espíritu Santo. Bien podemos en algún momento, irnos allá al fondo del patio, poniendo una sillita, poniendo un Cristo, poner la imagen del Santo Patrono de nuestra devoción y mirar al Señor en Él y pedir la fortaleza, pedir el consuelo. Como nos dice el Papa Francisco, constantemente: «el estilo de Dios es cercanía, es compasión, es ternura». meditó el Prelado.

 

Palabras de cercanía y oración por hermanos de Alemania y  Bélgica

Ante la situación de desastres naturales que atraviesan los países de Alemania y Bélgica,  el Arzobispo Metropolitano expresó  la cercanía y oración :“A ellos nos unimos, a nuestros hermanos Obispos y a todos los fieles católicos de esa hermano pueblo de Alemania y de otros países cercanos, creo que Bélgica, Japón, Irak”, indicó.

Brenes Solórzano reitero la invitación a la feligresía católica a “La oración, orar para que el Señor nos de la capacidad de bajar ese muro del odio, del rencor, de la descalificación, del descarte y dejarnos, verdaderamente, abrazar por el Padre que es un Padre amoroso de todos; dejémonos sentir el  estilo de Dios en ese silencio, que sintamos su cercanía en momentos difíciles, que sintamos su compasión. sí, hoy tiene compasión, también, de nosotros; pero también experimentemos su ternura”.