Su Exc. Rev. Mons. Marcial Guzmán Saballos,  manifestó en su homilía que domingos anteriores leíamos a San Marcos sobre la multiplicación de los panes, cuando Jesús viendo a la gente que acudían a Él como ovejas sin Pastor, les dio de comer; y hoy la narrativa de  San Juan nos expone  la oportuna experiencia de llegar al que da la vida, su cuerpo, su sangre que nos alimenta. Hoy, el Profeta Eliseo nos habla de una multiplicación con las primicias que la gente le había traído,  –De Bahal, Salizá, vinieron unos hermanos le trajeron unas ofrendas y con esas primicias él le dio de comer a cien personas-. Hoy se da  una experiencia de confianza del Mesías:  – comerán todos y todavía les sobrará-. Jesús viene a ser el auténtico Profeta y más que el Profeta, el Mesías” recapituló.

“Jesús mirando tanta gente, dice, –se compadeció de ellos y le pregunta a Felipe, aquel Apóstol que le va a decir ¿Hay que darles de comer?-. Bueno,  y responde  –ni doscientos denarios bastarían para darle a cada uno lo que le toque un pedazo de pan– pero había otro Discípulo que había compartido con la gente y, había otro colaborador. Andrés reconoce también que hay otro colaborador, un joven tenía unos panes y unos peces”, resumió .

“Jesús le dice enseguida: -váyanse a sentar, siéntense-, ¿Dónde?, en un lugar verde, es decir de esperanza,  en aquel momento va a un lugar verde de hierbas que va a poder dar frutos,  después va a invitarles, a decirles – recojan lo que sobra-. Ante aquella multiplicación de la palabra por la confianza, por la fe con Jesús que hacen todos los colaboradores, Felipe, Andrés, el joven y la gente también, porque la gente va a obedecer, sentarse en grupitos, los Apóstoles van  a repartir y también a recoger”.

“Hoy, le pedimos al Señor que tenga misericordia para que nos sintamos animados, nos sintamos impulsados, a ver también y sentir la necesidad de los demás. Y por el otro lado, saber guardar los mandamientos, saber custodiar, para saber administrar. Cuando a uno le dan una responsabilidad se compromete ante una constitución, ante unos reglamentos, a cuidar, a cuidar lo que se les ha dado, es lo que nos invita hoy al recoger todas las sobras y recogieron doce canastos aquellos Apóstoles por el mandato de Jesús”, insistió el obispo de Juigalpa.

Unido a Jornada Mundial por los Abuelos y los Mayores

“Ojalá que nosotros aprendamos con esta actitud y hoy, decía que también meditamos las palabras que el Papa está dedicando en la Primera Jornada por Todos los Ancianos y con ese mensaje de amor que les va a poder decir, sacado del Evangelio de San Mateo, capítulo 28, del versículo 20 «yo estoy con ustedes siempre» y el cual es el motivo de esta Primera Jornada Mundial de los Abuelos y de las Personas Mayores, es decirles que la iglesia está cerca y está cerca para ti”

“La Iglesia se preocupa por tí anciano, por tí persona mayor porque ella te ama y no quiere dejarte solo, abandonado, en un cuarto abandonado, o ya, que ya no sirves, estás como desecho; al contrario, le va a poder decir a todos de que hemos tenido momentos difíciles en esta pandemia, fue una tormenta inesperada y furiosa, una prueba severa que ha golpeado la vida de todos”

“El Señor conoce cada uno de nuestros sufrimientos de este tiempo y Él se acerca a esa experiencia porque a nadie Dios le es indiferente. Y en eso nos cuenta, en ese mensaje de San Joaquín como mañana celebramos y ponemos de modelo a todos los ancianos, los abuelos, a San Joaquín y nuestra Señora Santa Ana que nos impulsan a esa acción maternal que tiene porque una acción de prueba le dijeron a San Joaquín que como no tenía hijos, como no podía descubrir el sentido de familia, lo expulsaron de su comunidad y su vida se convirtió también como una experiencia en las manos del Señor, pero se le apareció un Enviado del Señor para decirle: Joaquín, Joaquín, el Señor ha respondido a tu insistencia, es decir a tu oración”,

“Y nos lo dice a todos el significado de esta celebración, de esta Jornada por los Ancianos, por las Personas Mayores y en esta experiencia hemos aprendido a comprender lo importante que significa el saludar, el abrazar, el compartir con el otro hermano y el visitar, no ser indiferente, que ya las paredes me vayan separando”, dijo.

“De esta crisis que estamos viviendo, particularmente en este mundo donde la pandemia nos hace reflexionar, nos hace curarnos, nos ha hecho cambiar hábitos. Nos invita a que ojalá salgamos mejores, seamos capaces de sentir, de ver, la necesidad de orar por los demás, pidiéndole a nuestro buen Dios que crezca nuestra fe, que podamos irradiar plenamente en el amor para poder mostrar al mundo la alegría de la presencia de Dios”, expresó.

“Hoy le pedimos, pues, al Señor, esta oportunidad de poder descubrir que este mundo no está en despreciar, los jóvenes váyanse, los ancianos por otro lado, sino está en que podamos lograr una alianza entre jóvenes y viejos. ¿Quién, sino los jóvenes pueden tomar los sueños de los ancianos y llevarlos adelante?, ¿quién, sino los jóvenes pueden también echar lo necesario para seguir soñando nuestros sueños de justicia, de paz, de solidaridad?, también los jóvenes puedan tener nuevas visiones de una experiencia a prueba del testimonio de los ancianos”, aconsejó el Prelado.