El mensaje de este XXII domingo del tiempo ordinario, de Su Exc. Rev. Mons. Isidoro Mora, obispo de la Diócesis  de Siuna, estuvo centrado en la virtud de la humildad. “Una persona que reconoce su mal proceder, es una persona grande, esas son las que cambian los destinos de un pueblo y nos dan testimonio, nos reflejan el rostro de Dios y ayudan a caminar por el camino recto. También,  nos encontramos con personas que no aceptan que se equivocan, se niega a reconocer sus errores y la humildad nos ayuda a reconocer nuestros errores”, sostuvo.

Que enorme una persona que ofrece un servicio y que reconoce su error ¿Qué malo es decir  perdón me equivoque?, interpeló. O bien, decir:  -Perdón por este mal que hice- solo  un soberbio no acepta que se equivocó”, observó el Jerarca.

 

“Todo aquel que pierde la humildad, pierde la brújula, camina en otra dirección  y sus acciones dan que desear. Tengamos cuidado con lo que hacemos, si no hay humildad en cualquier obra que realicemos damos a conocer la grandeza o miseria  que adornan nuestro corazón con nuestras dádivas, el Señor no se deja impresionar por obras externas que carecen de amor”

 

“El Señor se conmueve cuando se hace el bien,  cuando actúas con madurez y sinceridad. Dar al que te invita, esa comida o banquete es solo para demostrar tu egoísmo, egocentrismo y tu miseria que llevas en el corazón”, dijo haciendo alusión al Evangelio del día.

 

“Dios te ha llamado a ser testigo de la verdad. Aprender a amar al que te hace daño, aprender a orar por esta persona todos los días, eso te da paz y solo el que ama es humilde”

 

En su meditación, Mons. Mora  dijo que era “La virtud más difícil, es una lucha de todos los días”, al tiempo que se refirió  al pensamiento de Santa Teresa, de quien expuso – La humildad es como caminar en la verdad – Una persona humilde reconoce sus errores y flaquezas. Sus limitaciones, faltas, sus caídas y eso es parte de la verdad”

 

“A veces nos volvemos narcisistas y queremos cambiar cosas externas pero perdemos  vernos ante la realidad, perdemos la humildad con facilidad. Una persona que reconoce que se equivocó, se reconoce limitada por que el ser humano no es perfecto”