Su Exc. Rev. Mons. Isidoro Mora Ortega, Obispo de la Diócesis de Siuna, meditó en su mensaje de este domingo que:  “Una persona movida por el Espíritu Santo siempre quiere lo mejor para los demás. Una persona movida por el Espíritu Santo quiere un mundo donde brille la justicia, siempre trabaja en beneficio de los demás, se siente responsable del futuro de los jóvenes,  quiere que haya igualdad en todo el trato para con todos,  no se cansa de hacer el bien,  está siempre insistiendo, está orientando, está iluminando, está trabajando para que las cosas marchen de la mejor manera. Eso es lo que Dios quiere entre nosotros”, observó.

El acto litúrgico dedicado a la Jornada Mundial de las Misiones, el obispo de Siuna profundizó que “Dios trae consigo lo que el hombre es incapaz de construir. Los hombres de hoy, hermanos, por mucho que hablen de la paz, no lo hacen. Los hombres por más que te digan que te van a ayudar siempre tienen debajo la… manga como dicen debajo de la manga la camisa, alguna cosita que les interese, te ayudo pero… te doy pero… siempre a la mala intensión, advirtió.

“El Señor no es así. El Señor es tan grande que Él mismo se dona  -no te estoy pidiendo, me estoy dando – dice el Señor; por eso la misión de Jesucristo, esa misión que trae consigo es para hacerla realidad en nuestro mundo y la cumple a cabalidad”.

Su casa es una Bethania      

  

Mons. Mora Ortega agradeció la hospitalidad y el recibimiento del Presbítero  Rodolfo French, de la parroquia San Rafael Arcángel en Waspan y de  las hermanas  religiosas  y el trabajo de los laicos : “Gracias por su trabajo. “Ya les dije a ustedes en qué se convierte la casa de ustedes para mí, hermana, dígalo nada más para que la gente lo escuche: en la Bethania, donde llegaba Jesús a compartir con sus amigos, así, a descansar también”, dijo.

“Me doy cuenta del sacrificio que hacen los laicos. Solo se me quedó en la mente aquello que dijo el padre: que hay un hermano coordinador que va en su lanchita y que cuando haya alguna dificultad, se monta la lancha encima y sigue caminando, ¿verdad?, y después vuelve a montarse adelante en la playa” refirió  sobre la experiencia de algunos Agentes de Pastoral en el desempeño misionero por amor a Dios y a su Iglesia.

“Es decir, nadie da lo que no tiene, nadie puede hablar del Señor si Dios no se lo concede, nadie puede hablar en nombre de Cristo si Dios no le concede la gracia hacerlo, nadie puede hablar de Cristo si no lo siente en el corazón, nadie puede decir  -yo soy Cristiano – y no tiene amor en su corazón; porque si dice  -yo soy Cristiano – y guarda odio, resentimiento y maldad en su corazón para con su hermano, ese no viene de Cristo”, meditó el obispo de Siuna.

“No puede una persona pensar mal, hablar mal, desear mal a su prójimo diciendo que conoce a Cristo. Aquel que dice que ama a Cristo, realmente lo tiene que expresar con su actuar, con su vivir”.

“Jóvenes, ustedes han sido llamados, han sido elegidos desde el día de su bautismo, igual que todos nosotros. Y hoy van a ser enviados para que vayan y den testimonio de lo que Dios les ha regalado o les regala a través de la Confirmación y, por eso, la misión de hoy es – vayan y compartan lo que han recibido, vayan y anuncien que Cristo está en sus corazones, anuncien la buena nueva del amor-«, animó el Prelado.

“El Hijo de Dios va a venir a este mundo y que trae consigo gracias especiales para los hombres. Un hombre que viene a implementar el reino del amor, el reino de la justicia. Un hombre que viene, Dios mismo que viene a traernos libertad, libertad a los prisioneros, a los cautivos, liberación para aquellos que sufren”

“Que bueno es cuando el hombre movido por el Espíritu Santo tiene esos mismos pensamientos”

Al dirigirse al grupo de jóvenes que recibieron el Sacramento de la Confirmación dijo “Ustedes van a recibir de Dios el Espíritu Santo, de manera plena en la confirmación y que ya lo recibieron en el  inicio en ese proceso de vida cristiana desde el bautismo; pero ahora se va a manifestar esa gracia especial de la confirma a través de sus acciones. Dios en el bautismo nos hace hijos suyos, en la confirmación nos comprometemos por construir un reino nuevo, un reino nuevo, un basado en la justicia”, expresó.

“Ustedes recibirán de Dios el Espíritu Santo y ahora se les va a manifestar a través de la acción del Sacramento, esa gracia especial que los va a transformar en hombres movidos por el amor y, para ello, les va a conceder dones, frutos, carismas que les ayudarán a marcar el camino que Dios quiere en este mundo”

“Jóvenes, ustedes van a empezar a escribir su propia historia, comprométanse de verdad, no aflijan al Espíritu Santo, no lo entristezcan. Porque cuando la persona recibe las gracias y se va para su casa, el Espíritu Santo queda ahí encajonado y no logra abrirse espacio. Es necesario que la persona se deje conducir”, exhortó el eclesiástico.