Su Exc. Rev. Mons, Sócrates Rene Sándigo Jirón, Obispo de la Diócesis de León, manifestó en su mensaje del V domingo de Cuaresma que: “ Cuando Jesús la levanta es esa hermosa escena, hermanos, es la de nuestro Dios, ese es el único Dios, que no señala, no condena, no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, el que te remueve la conciencia, como  en efecto lo hizo con aquella mujer, a la que la liberó, la envió; pero le dice:- no peques más, no peques más. Esa escena,  ese dejar atrá lo viejo y lanzarse a lo nuevo, ese crear lo nuevo, ese levantarse y seguir adelante, es lo que Dios quiere de nosotros queridos hermanos, y sobre todo en este tiempo, en la Cauresma”, enfatizó.

“De alguna manera, Dios va creando las condiciones para acercarnos a Él y paradógicamente, los fariseos fueron utilizados por Dios como herramientas, increíble, sino ha sido por esos fariseos, Jesús, no hubiera podido tener a la mujer de frente; pero los utilizó, para acercarnos, para acercarla a Jesús, y gracias, entre comillas, a esos fariseos, Jesús pudo levantar a esa mujer de la condición”

 

“Pues Dios, sigue haciendo lo mismo y tenemos que estar atentos a las circunstancias para acercarnos a Él, como aquella mujer llego a Jesús por las circunstancias pecaminosas en la que la descubrieron aquellos hombres inconcientes y que no tenían capacidad de perdón”

 

“Leamos pues, nuestras circunstancias, nuestro hoy, y pensemos cómo Dios nos ha ido acercando a Él y escuchemos la voz dulce de Jesús, que nos dice: levántante, sigue adelante; pero no peques más”

 

Resume de pasajes del dia

“-Voy a crear algo Nuevo-, me quedaría con esa frase del profesta Isaias,  de la segunda lectura de Apóstol San Pablo a los Romanos, me quedaría con la frase:  -atrás dejo lo viejo, y me lanzo hacia adelante, a lo Nuevo -, aquí hay sintonía porque el profeta Isaías decía, pues, te voy a crear algo nuevo, o sea, tira para adelante, Dios, San Pablo, igualmente, me olvido de lo que he dejado atrás, y me lanzo hacia adelante. Con  ese hermoso evangelio Jn cap. 8, me quedaría con la frase que sale de la  boca de Jesús: – levántate y vete, no peques más -, empuja a aquella mujer, a seguir adelante”

“Jesus empuja a  no quedarse anclada, a no sumergirse en el mar, levántate, levántate, la y construye un hermoso proyecto de vida en el que siento que Dios no me esta acusando con el dedo índice,  siempre los que especulan estas cuestiones bíblicas, se han preguntado: –cuando Jesús se agacha, después que los fariseos le presentan a la mujer que había sido sorprendida en pecado, para que la acusara y así lapidarla”, reflexionó.

“Y aquellos fariseos que llegaron señalando así con el dedo, esperando que Jesús hiciera lo mismo, que la señalara para que la matara,  y se agachó, y vuelvo a lo ya dicho, ¿y qué escribiría Jesús cuando se agachó?, y en las pinturas de esta hermosa escena, Jesús lo vemos escribiendo con el dedo índice, porque es lo normal, yo nunca he visto a alguien escribiendo con el dedo gordo, con el dedo miñique, no, uno generalmente cuando escribe o raya, o pinta así en el pared, uno usa el dedo índice, y por eso la pintura genialmente pone a Jesús con el dedo índice, y ¿qué escribiría Jesús?, siempre está pregunta, no lo sabremos nunca, qué escribiría”, aludiendo el pasaje evangelico.

“Yo pienso que lo que Jesús hizo más que escribir, alguna cosa, tal véz puso Shalom, a quién sabe qué, Él lo que hizo fue reprender su dedo, su dedo, lo entretuvo ahí, porque siempre está tentación de sañalar a otro, siempre, y Jesús entretuvo el dedo índice, autocontrolando, interiorizando, meditando, reflexionando, entreteniéndose, y cuando tuvo controlado su ego de acusar, que nunca lo va a ser, entonces se levanta y le extiende la mano a la mujer, nadie te ha acusado mujer, obvio cómo te van a acusar ellos, cómo van a lanzar la primera priedra, si cuando más pasa el tiempo más pecamos, por eso los que se fueron de primero fueron los mayors”

“Después se han de haber ido los jóvenes, y no creo que los niños, porque los niños no son malos, y no están en escenas de maldad, donde hay maldad no hay niños, y donde hay niño no hay maldad, hay pureza”, destacó.

Mons. Sándigo Jirón, observó que la liturgia de Cuaresma “Nos ha ido hablando, nos ha ido llamando a la conversión, a levantarnos a enderezar el camino, a hacer penitencia, a intensificar la oración, a no cansarnos de hacer el bien, ese, este es el momento de esa escena, por eso siempre será Palabra viva, porque esa Palabra hoy se cumple, hoy es el momento, hoy somos nosotros esa mujer a la que nos dice levántate, camina, no peques más, hoy somos nosotro también esos fariseos que llevamos a Jesús, personas acusadas por nosotros cuando ni siquiera somos dignos de lanzar la primera piedra, esa escena es nuestra”

“Apartemos a la mujer y veámonos nosotros ahí, y es una escena en la que está una figura corporativa,  la sociedad, es la sociedad la que tiene que oir la misericordiosa de Jesús que le dice: -levántate, no sigas en esa vida miserable, caduca, estresante, vacía, sin sentido, levántate, y no sigas más en esa forma de vida tan desonesta, tan corrupta, tan viciosa, levántate y deja de vivir en una calidad de vida de arrastra, es la voz de Jesús. Pero también es la figura singular, personal en la que estoy yo, en la que estas tú, todos estamos invitados a levantarnos

 

En este sentido, expresó que “Por eso la iglesia, cuerpo místico de Cristo, para ayudarnos a levantarnos en este tiempo, nos ha ofrecido en Sacramento de la Reconciliación de una o de otra manera, y aquí en catedral es el miércoles, a las 6 de la tarde, estará Jesús en ese y en aquel y en el otro confesionario, y ahí en los rincones donde habrá un sacerdote revestido de estola morada, estará Jesús, esperando que lleguemos, acusados tal véz por la sociedad; pero ahí Jesús estará para decirte: yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu”

“Sigue empujándonos adelante, ya no han hecho bastantes parroquias, otras todavía lo harán esta semana, nosotros en catedral, el miércoles, queridos hermanos, estará esperándonos Jesús, no para señalarnos, si no para escribir en el suelo y levantarnos para seguir adelante”