El Obispo de la Diócesis de Juigalpa Su Exc. Rev. Marcial Guzmán, meditó en su homilía de este domingo  que En el matrimonio se han encontrado dos personas, hombre y mujer, para conocerse, para amarse y servirse el uno al otro, no del otro, si no, servir uno al otro con profunda alegría y generosidad de vida, conociendo que es el cuerpo de cuerpo y sangre de su sangre que lo ha unido, una carne nueva, una unidad total. ¿Y dónde vamos a encontrar la unidad? Interrogó. Respondiendo: Alabando a Dios, es es nuestra primer misión, reconocerle a Él como Señor, y cuando yo le reconozco como Señor, entonces mi vida va a estar en una continua acción de gracias, reconociendo y viviendo que Él este en nuestra familia diaria. Y es aquí donde encontramos también los invitados, que no deben de faltar nunca en nuestra existencia, en nuestro caminar”,

 “Debemos de aprender lo que decimos al inicio: alabar a Dios, glorificar a Dios y caminar con Dios, porque Jesús es Dios mismo también, es Dios verdadero, Él es el enviado del Padre y es el que nos ha venido a dar la razón de ser para que busquemos a Dios”

“En esa boda de Caná de Galilea, en esa invitación de Jesús, María y los Apóstoles, se dice que aquella experiencia del matrimonio, se iba configurar en una relación que venía haciendo Dios, cuando oímos y vemos al profera Oséas, al profeta Ezequiel, vemos el Cantar de los Cantares, como relaciona a ese pueblo de Israel, asimilándolo como la esposa que llama Dios a participar en un desposorio, en una relación, tan íntima, tan constitucional para siempre, donde las familias crecen, donde las familias se comportan y van llenando la vida”

“En esta relación esposal, encontramos hoy, cómo Jesús invita, cómo María fue invitada y Jesús con los Apóstoles llegaron a esa boda, nos lo cuenta el evangelio de San Juan, ¿y qué sucedió?, en aquellos momentos con toda la costumbre que se celebraba el matrimonio que no era de un día, si no que era una semana en la que salía el novio, salía la novia, a compartir la alegría, de que sus amigas se unían, de que los amigos del novio se alegraban también, dice que había, pues, esa ocación que llegó a faltar el vino, signo de alegría, no de borrachera, si no de la alegría que iba a poder dar en aquella experiencia del vino nuevo, que era el Señor”

 

“Y al faltar el vino, fue la otra invitada, la Virgen María que como buena mujer se acercó a la intimidad, vio la acción, incluso la tensión, porque sí, cuando uno esta preocupado se tensiona, cuando uno esta angustiado, pues se llena de muchos sentimientos humanos, de nerviosismo, de cosas que a veces aceleran su caminar, y vio esa acción de aquellos dos novios de que le faltaba el vino, y ella llegando a la intimidad, a lo que los otros no miraban, humildemente, sabía quién era su hijo, que su hijo había compartido toda esa vida íntima, cercana, y ahora en la vida pública, en la otra etapa de Jesús, que es la vida pública”, enfatizó el Jerarca de Juigalpa.

Mons. Guzman Saballos, refirió que “María ha dejado aquel momento, de las cosas que hacía en el silencio, de la vida diaria, de la cotidianidad, Jesús, y ahora viene y le dice: hijo, mira, estos esposos no tienen vino, Jesús no le da una respuesta malcriada, ni despectiva al tratarla en esa actitud que le dice: mujer, mira, todavía no ha llegado mi hora; y después con esa acción que va a poder decir: ¿qué podemos hacer tú y yo?, todavía no llega mi hora; pero ella, conociendo lo profundo de su hijo va a dar una respuesta: Hagan lo que Él les diga”, meditó.

“Aquí vamos a sacar una consecuencia cotidiana en nuestro diario vivir y apliquémosla a tu familia, a mí familia, a cada uno de nosotros, ¿Que nos dice Jesús?: hagan lo que Él les diga, les dice María; hagan lo que Él le diga. Hemos escuchado tantas veces la palabra salida de los labios de Jesús, que hagamos la voluntad del Padre”

Invita a interrogarnos 

“Hasta el momento ¿hemos descubierto la voluntad del Padre en tu vida?, ¿sabes que quiere Dios de tu vida?, ¿te has dado cuenta de la llamada que Dios te ha hecho?, ¿somos conscientes de las obligaciones que Dios nos ha confiado para dar testimonio de su presencia?, – hagan lo que Él les diga -«. Me doy cuenta de que estoy llamado a instaurar el amor, amándonos unos a otros como Él nos ha enseñado, guardando sus mandamientos”,  argumentó el Obispo.,

“ Que María, que llegue a lo más íntimo, allá al aposento, que llegue ahí donde guardamos la intimidad en nuestro propio cofre de nuestra vida, y diga la Virgen María: a esta familia le falta oración, a esta familia le falta comunicación unos con otros, porque ya ni para poder alimentarse en cualquier tiempo de comida estan juntos, ya nunca platican las circunstancias, ahora es el tiempo que uno trabaja en la mañana, el otro trabaja por la tarde, y núnca estan juntos, si se juntan es un segundo y no se relacionan no se abren no se disfrutan unos con otros, hoy necesitamos que lo que nos falta, comunicación en todos los miembros de la familia”, animó el Prelado.

Asimismo, insto a orar a la feligresia presente “El padre de familia, la mamá, que puede decir: hijo ¿cómo estas?, ¿qué te sucede?, ¿qué te falta?, y hoy invitando a la Virgen María, ojalá nuestra relación en nuestra familia, pueden reconocer y puedan empeza, no mañana, si no hoy mismo, el hijo con el padre, la madre y todos los miembros en una comunicación sincera, en una comunicación veraz, en una comunicación auténtica poder cambiar y poder llenar del agua nueva para transformarlo en el vino nuevo, de la alegría, del encuentro con el Señor”, abogó Mons. Guzman Saballos.

El Obispo invitó  a los fieles a preguntarse “¿Qué nos falta en nuestras familias?, el valorarnos y el cuidarnos unos con otros, el no poder desaprovechar vivir como una actitud de enemistad, de que yo me fijo en tus defectos para sacártelos, y a cada momento ando detrás de tí, solamente para poner hostilidad, para saber que no tienes ya autoridad para llamarme la atención y entonces mi familia va cayendo en el abismo de la vida, va cayendo en la falta de compartir unos con otros”.

“Invitamos a la Virgen María para ver qué clase de vino nos esta faltando, porque a veces le hechamos solamente la culpa a lo material, es que me falta… no tengo medios para trabajar, no tengo cosas, y le echamos toda la culpa a lo materaial, y a veces tenemos lo material y no somos capaces de poder con lo que tenemos de darle gloria a Dios”