El Obispo de la Diócesis de Juigalpa Su Exc. Rev. Marcial Guzmán, contempló en su homilía de este domingo  que: “El Evangelio nos compromete a cada uno de nosotros, nos tiene que comprometer a cada uno de nosotros, porque no basta solamente no hacer lo malo, sino ir más allá, Jesús lo dice:  –amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman, al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica; el que te pida dale y al que se lleva lo tuyo no se lo reclames-. Son palabras muy duras para ponerlas a la práctica”, meditó.

“Hoy la Palabra de Dios nos está encerrando en esa actitud del perdón, de la misericordia, del poder liberarme de aquello que se me ha pegado que muchas veces no lo podemos quitar, aunque a veces tenemos ganas de decir: Señor, quítame este egoísmo, quítame este odio que tengo, este rencor, este resentimiento que tengo hasta con los míos, con los de mi familia, porque me han hecho mal-, me han hecho tal cosa, me han hecho una serie de heridas y el odio aumenta y no lo puedo perdonar, y ¿qué tenemos que hacer frente a eso?

“Sin embargo, esa es la acción en la cual estamos llamados aquellos que escuchamos a Jesús, aquellos que estamos dispuesto a poner en práctica la Palabra de Dios, aquellos que estamos dispuestos a querer escuchar al Señor”, sostuvo el eclesiástico.

“En este domingo la acción de Jesús es la misma actitud de la gente que se le acerca, vienen a escucharlos y entre los que están ahí escuchando, están los judíos, los judíos que se habían formado con unas reglas rigurosas de el Antiguo Testamento y la querían cumplir; sin membargo, les faltaba algo, porque Jesús vino a transformar de que no bastaba, no solamente hacer lo malo, no solamente se conformaran -es que yo no hago nada malo-, aquellos que les mostraba la acción del Antiguo Testamento, sino con la acción del poder no hacer el mal”

“Con Jesús ante aquellos que están de auditores y, hoy somos nosotros los auditores para que escuchemos la Palabra de Dios y podamos ponerla a la práctica diariamente, somos nosotros los que estamos escuchando la voz de Jesús que nos habla de un compromiso también que nos toca personalmente. Jesús fue rechazado por todos aquellos que tomaban su actitud a su manera, incluso, los mismos políticos: Pilato, que no tenía interés mucho de la vida de Jesús; el mismo Herodes que a él lo que le interesaba hipocritamente era ganar sus impuestos, vivir su vida a su manera, hacer su vida como él quería”, refirio el Prelado.

Sin embargo, explicó que “Los fariseos, los escribas, que van a acechar a Jesús, porque su doctrina le va a llevar a un compromiso particular”.

Y hoy, le pedimos para que la Palabra de Dios pueda reinar en nuestras vida,  

“Que la Palabra pueda reinar en nuestros corazones, pueda reinar cada día en la oportunidad de los hijos de Dios. Son palabras que no nos dejan quedarnos a la orilla, sino involucrarnos totalmente para que podamos ser auténticos discípulos del Maestro, podamos decir que estamos aprendiendo de Él, porque la palabra nos está comprometiendo, no solamente a no hacer el mar, sino a hacer el bien que es nuestra vida Cristiana”

“Y hoy, démonos cuenta que nosotros, bautizados, somos ungidos de Dios, somos hijos de Dios, por lo cual, debemos de mantenernos firmes, debemos de mantenernos siempre atento a descubrir esa presencia de Dios, esa amorosa realidad con el Señor”, dijo.

El Señor perdona tus pecados, el Señor cura tus enfermedades

“Él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura, porque el Señor es compasivo y misericordioso, es lento para enojarse y generoso para perdonar, no nos trata como merecen nuestros pecados, ni nos paga según nuestros pecados. Es una acción que podemos imitar: rechazar el pecado, porque al pecado es malo, Dios nunca va a admitir al pecado como bueno, pero al pecador sí, al pecador siempre le abre la puerta para que se acerque y pueda disponerse plenamente en el amor, en el volver a descubrir la misericordia de Dios”

 

“Ojalá que ese mandamiento nuevo de Jesús lo mantengamos hoy y siempre  –amen como yo les he amado, sirvan como el Señor nos ha enseñado, perdonen como el Señor nos ha perdonado -» y sí a veces tengo bien apegado este odio, este resentimiento, primero: ora incesantemente, ora, confiésate, confiésate que ahí vas a poder alcanzar la gracia en el Sacramento del perdón que va a superar una terapia psicológica que va a poder mostrar una hora de poder salir de tí mismo, más que la propia acción terapéutica, va a sanarte, va a liberarte el Sacramento de la reconciliación”, destaco el Jerarca de Juigalpa.

“Es la acción de la sanación, del perdón, de poder liberarse del egoísmo, del odio que te puedes ir alimentando y que te enferma que no teja en paz”