Su Excelencia Rev. Mons. Carlos Enrique Herrera, Obispo de la Diócesis de Jinotega, en su homilía de este  Domingo, manifestó  que la “La palabra de Dios hoy nos viene a recordar, animar, y a que tengamos también nosotros esa actitud tan importante en nuestra vida como humano, como hermanos, que es ser tener un Espíritu o una actitud de gratitud ante todo para Dios como Padre nuestro”

Mons. Herrera refirió como la enfermedad de lepra por su contagio  era motivo de separar al enfermo, pues no había cura, y esto también tenía algo degradante para ellos, entonces, tenían, los sirios, tenían una esclava, y esta mujer le dice a este general:  –vaya adonde el profeta Elíseo,  para que le cure -, entonces,  pidió permiso el general y se fue allá a buscar a Elíseo,  y así va, llega y lo atiende uno de los que acompañan Eliseo  le dice  – vaya a bañarse 7 veces al Jordán -,  aceptó el consejo de quien le acompañaba y, se bañó y encontró la curación de la lepra y como muestra de gratitud, quiere dar gracias  expresando:  –Desde ahora no tendré más dioses que el Dios de Israel, y construye un templo para que pueda adorarle al Señor –.

Dios se revela para todos

“Vemos como Dios se revela para todos, no solo para el pueblo de Israel, sino para todas las naciones. El Dios que quiere, que todos se salven, así pues, consiguió esto; la actitud de este hombre, darle gracias a Dios -recibiéndolo como su único Señor -, como decía San Pablo, sí con Él morimos, también con Él viviremos,  porque Cristo ha resucitado, muerto y resucitado, ha vencido la muerte”

Jesús escucha esa voz que aclama un favor

“Jesus escucha la voz que  aclama no solo de la lepra como una enfermedad física, sino también de las circunstancias en que ellos vivían, marginados. Vemos en ellos también  la obediencia, al final, de hacer lo que el Señor le dice que parece no importante esa obediencia; pero la obediencia va iluminada por la fe,  por la confianza en el Señor”, comentó.

“Jesús se pregunta  -¿y los otros qué pasó? , no sé, ¿no fueron curados? -; pero ¿qué pasa?, en lo que nos quiere dar el mensaje que muchos buscamos a Dios, nada más para las cosas temporales, por los bienes que podamos recibir de Él, pero no, no, porque queremos tenerlo esa a Él como Padre, no porque queremos obedecer y dejar esa nuestra vida pasada y entrar en una vida nueva. Pero este hombre, signo de un hombre de fe, de un hombre que reconoce a Dios que todo lo bueno que tiene viene de Dios, esa la interrogante que hoy nos hace también a nosotros, somos agradecidos constantemente al Señor de todos los bienes que nos da materiales y espirituales.”

El eclesiástico destacó que  “Un agradecimiento, implica, en el Señor, es que hagamos vida, lo que Él nos da, asumir esa fe, ese amor a Él, esa esperanza, esa gracia liberadora para que al salir del templo,  –no la echemos en el saco roto – sino en nuestro corazón, que se vaya encarnando,  como dice San Pablo:  –ya no vivo yo, es Cristo, el que vive en mí – citando el pasaje.

“Procurar que Cristo esté cada día creciendo en nosotros y así podemos decir como San Pablo:  -si morimos, viviremos con Cristo, si perseveramos con Cristo vamos a tener triunfos en nuestra vida -, así que, ánimo, pues ese, mensaje que nos da el Señor, ser agradecido, valorar lo que el Señor nos da”