Su Exc. Rev. Mons. Carlos Enrique Herrera, Obispo de la Diócesis de Jinotega, en su meditación   manifestó que  “Vemos también estas lecturas del III domingo de pascua, la valentía de los apóstoles, nos dan admirable ejemplo de coherencia y valentía, no se dejan atemorizar en su testimonio, ni por las aprovisiones, ni por el ambiente, ni por la cárcel; la Palabra de Dios no conoce obstáculos, no puede dejar de predicar la buena noticia, antes en el momento de la cruz, han huido, casi todos acobardados; pero ahora han tenido la experiencia de la Pascua, han escuchado las palabras de perdón, amistad, que hoy  leemos en el evangelio, y se han visto inundados por la fuerza del Espíritu el día de Pentecostés, son Testigos creíbles de Cristo, las comunidades y las familias que se aman, y promueven la paz y la justicia, que se esfuerzan por ayudar a todos en actitud de servicio en medio de un mundo egoísta. Por grande que sean las dificultades e indiferentes que nos parezca el ambiente social, si estamos llenos de la pascua del Señor resucitado, convencidos de la fe en Él, y movidos por su Espíritu se nos notará en todo momento, en las Palabras y en los hechos, ¿Cuál es nuestra motivación?, observó.

Oramos por los obreros

“Hoy oramos por todos los obreros, por todos los obreros, por muchos que también no tienen empleos, para que surja en medio de las gestiones de las autoridades, verdad, más empleos, verdad, y una de las crisis ahorita en Nicaragua, es el desempleo, y que se sepa respetar la dignidad de los trabajadores, el respeto, esa libertad que es el don más grande que el Señor nos ha dado, verdad, y que le respeten cada uno quiere trabajar; pero que le respeten esa libertad, de su profesión de fe, de su manera de pensar, aunque sí, tiene que cada uno, pues, corresponder al trabajo a la fidelidad, al trabajo que a la fidelidad al trabajo que se le da”, dijo.

“Es bueno reconocer, un ejemplo, a los que trabajan en el mantenimiento del agua, es una de las fuentes de vida para nosotros, verdad, de la energía, y todo son regalos de Dios, verdad, y que debemos de hacer para bien de todos, que cuidan de nosotros, de la salud también, todos hay que reconocer ese trabajo incansable de todos estos trabajadores, orar por ellos, por su familia, pero reconocerle también de la manera de remunerar lo que ellos hacen”

 

“Así pues, hermanos, estamos en esta fiesta de San José, pidámosle pues, por nuestro pueblo, por nuestra nación, por la misma obra que el Señor nos ha regalado, la naturaleza que es siempre un don,  de protegerla también, él supo proteger a la familia, a Jesús, verdad, y a María, por eso se llama también el patrono de la iglesia, de la familia, por su protección, por su riesgo, por toda su valentía, por ese padre amado, como dice el Papa Francisco, que, verdad, guarda y supo guardar y defender a la familia de Nazaret”, argumentó.

 

Fiesta de San José Obrero

EL Jerarca refirió que  este primero de mayo, la Iglesia dedica  la Fiesta de San José Obrero, instituido por que el Papa Pio XII, “Cuando muchos obreros, en un ambiente que eran manipulados los por los partidos, por aquellos que querían estar arriba, entonces cogían a todos los obreros para que levantaran la bandera de su partido, y así, a través de la historia, han sido siempre manipulados los obreros, y siempre pues, ya, cuando están en el asiento, como dicen, en lo alto, se olvidan de ellos, es parte de esa historia de injusticia”.

“El Papa quiso acoger a los obreros, y para dignificar el trabajo y para dignificar el trabajo y poner un ejemplo de un verdadero obrero como es San José; hombre trabajador, honrado, hombre de Dios, de fe, y que, este hombre podía ser ejemplo y protector de los obreros; por eso la Iglesia, de ese entonces, da esta celebración a José como patrono de los obreros, San José Obrero, y es pues, San José humildemente su trabajo de carpintero, aunque tenía también, según la tradición, un poco de tierra para trabajar, pero era más identificado como el carpintero”

 

Asimismo, el Prelado recordó que según la tradición “También fue reconocido por Herodes por su trabajo  que hacía a todos, verdad, hasta recibió una moneda como un símbolo de esa confianza que el mismo Herodes le dio, y eso le sirvió también en los momentos de pasar la guardia, que ya andaba en busca del niño, eso importante, cómo el trabajo honrado, honesto y bien hecho, pues, tiene su recompensa”, sostuvo.

“Aunque también, seguramente, hemos tenido pesca milagrosa que no se podían explicar por los meros recursos y méritos humanos, sino que se debe atribuir a la ayuda invisible de Cristo y de su Espíritu. Cuando estaba Jesús, los discípulos lograban una pesca admirable, cuando no estaba no conseguían nada, igual que nos pasa a nosotros, es el Resucitado que se nos aparece misteriosamente en su Palabra, en su Eucaristía, en la presencia de cada momento de nuestra vida, cuando en realidad, a veces, lo imploramos su presencia, por eso va a decir Él: sin mí, no puedes hacer nada”

 

“Ofrezcamos pues, esta misa, hermanos, por tantos necesidades en la labor, en el trabajo, en nuestra sociedad, en nuestras Nicaragua. Oremos por tantas personas desempleadas, por tantos trabajadores que poco lo reconocemos, para que Dios les bendiga, para que ellos también sepan elevar sus corazón al Señor, no ser obreros de trabajo como el animalito que trabaja, pero no piensa que hay un ser supremo que le acompaña y que le da su bendición, oremos y ofrezcamos esta misa también por ellos”, instó Mons. Herrera.