Su Exc. Rev. Mons. Carlos Enrique Herrera, Obispo de la Diócesis de Jinotega, manifestó en su meditación de este domingo  que “Para hacerle entender a la humanidad ese inmenso amor que tiene, y eso es lo que se realiza en las bodas de Caná, presenta el escritor sagrado, cómo Jesús es invitado a una boda, con su madre y los discípulos, ahí Jesús va a inaugurar e iniciar esa misión que el Padre le ha encomendado, en esa escacez del vino que es la escacez de la humanidad de amor a Dios, va a vertir ese amor en corazones nuevos, para hacerlo de veras como una esposa, amada, entonces, vemos pues este simbolismo que no es simple un simbolismo externo sinoque implica amor” sostuvo.

“Esa es la gran boda, la boda implica amor; pero un amor que es provado, un amor que implica sacrificio, abnegación, es lo que hace Jesús ahí, Él se siente como sorprendido cuando la Virgen María le dice que haga algo porque el vino se ha terminado en la boda, y quién más el que esta siempre preocupado por nosotros cuando falta el vino del amor, amor entre familia, el amor entre hermanos,  ese amor que nos hace falta, que nos llena de su amor”

“Amor que llene esos corazones vacíos, de ese amor verdadero, de ese amor divino, de ese amor sacrificado, de ese amor liberado del egoísmo de la soberbia, ¿Por qué tantos matrimonios hoy se separan? porque cada quien busca su ego, porque estan vaciados de ese amor divino, que un día vinieron a consagrarse aquí, en el altar; pero se olvidaron, continuaron con su amor propio, y de una manera siempre individual, no, el matrimonio es un compromiso, es un amor recíproco, es un amor que se debe, verdad, corresponder”, recordó el Jerarca de Jinotega.

“Ahí los  discípulos comenzaron a creer en Jesús, al ver esa agua convertida en vino, el vino de la vida, el vino significa la sangre, significa la nueva alianza, que en definitiva que Dios va a hacer con nosotros, que lo hizo en la cruz, que esta en esa boda es el misterio de la pasión de la muerte y de la resurrección de Cristo, que va a comunicar esa vidad divina a nosotros y comienza en el bautismo, por el bautismo del agua, el Espíritu Santo, volvemos a nacer como hijos de Dios y así nos acompaña y nos amamanta, por decirlo así, a través del sacramento de la reconciliación y la eucaristía que se nos da su cuerpo y su sangre”

“La primera lectura del profeta Isaís, nos prepara entender  esta boda en Caná, pues la revelación de un Dios amor, que se presenta de una manera muy humana, como esposo para en esta particular para el pueblo de Israel que le ama, que se le ha revelado, que lo ha acompañado en su propia historia, a pesar de su infidelidad; pero esta representado ya, esta imagen que va  a ser plenamente en la persona de Jesús que viene de una manera más presente, ese Dios amor, para amarnos totalmente también, e iniciar con una nueva, una nueva y definitiva alianza en la persona de Jesús, entonces con esas palabras que escuchamos del profeta muy humana”, dijo Mons. Herrera.

La Virgen María, representa esa esposa fiel, esa esposa nueva y fiel al amor de Dios,

“Ella se mantuvo siempre fiel, ¿pasará así entre los esposos, siempre fiel a pesar de las limitaciones que tenga cada uno?, es una interrogante; entonces creo que ahí esta el mensaje que nos da el Señor hoy,pues, primeramente que Dios nos ama con mucho amor, con el amor divino, es el verdadero amor divino  que nos ama, que es más grande que el amor puramente humano, Él esta siempre presente, el pueblo de Israel, ¿Cuántas veces le fue infiel?,y siempre Dios se acercaba para liberarlo de los enemigos de la esclavitud, de su orgullo, para levantar el ánimo de seguir adelante, así pues, el profeta le anima que se alegre porque Dios le aman como un esposo a la esposa”