Su Exc. Rev. Mons. Francisco Tigerino Obispo de la Diócesis de Bluefields meditó en su homilía de este V Domingo del Tiempo Ordinario que:  “En la Sinagoga decía:-Todos estaban sus miradas estaban fijos, fijas en el Señor, porque tenían que escuchar sus enseñanzas; pero ahora: todos se acercan a Jesús para oír la Palabra de Dios y… Jesús vio dos barcas -, esta parte es importantísima en este pasaje, porque habían dos barcas y sin embargo escoge una, y no es casualidad, escoge la de San Pedro. Recordemos que la barca es símbolo de la Iglesia, es la barca de Pedro desde donde Jesús enseña”, sostuvo.

Jesus escoge una de las dos barcas

¿Se fijan la importancia que da el escritor sagrado a esta realidad? Interroga. “Vemos también que podemos escuchar y obedecer la Palabra de Dios en momentos difíciles y en momentos de bonanza, en momentos de alegría.  -Habían pasado trabajando toda la noche y no habían conseguido nada y ya estaban lavando las redes y cuando le dice Jesús a Simón: (insiste el escritor sagrado que es a Simón a quien se está dirigiendo) recordemos que ahí estaban los otros dos que eran muy cercanos a Jesús: Santiago, Juan y los hijos de Zebedeo -lleva la barca mar adentro y echen sus redes al mar -, explicó el eclesiástico.

“Jesús ya no está Jesús en la Sinagogas (como hemos estado leyendo en los últimos domingos), ahora ya está predicando en las calles a orillas del Lago de Genesaret y -La gente se agolpaba en torno suyo para oír la Palabra de Dios -. Recordemos también que esto ha sido una insistencia de escritor sagrado: la importancia de escuchar la Palabra de Dios”

¿Cuántos de nosotros cuando Jesús nos hubiera pedido esto, le hubiéramos dicho: -Bueno será el Maestro, Él conocerá mucho de la Palabra de Dios, pero es evidente que de pesca no sabe nada, porque hemos pasado toda la noche y no hemos logrado nada y ahora de día, cuando generalmente no se consiguen los peces nos dice que vayamos a remar, a pescar mar adentro -? Reiteró la pregunta. “Recordemos también que esa frase  –mar adentro – para un pueblo que no se caracterizaba como a los fenicios que se caracterizaban por las grandes embarcaciones de la época y porque les gustaba antes remontarse a otras regiones”, enfatizó el Jerarca.

“Por el contrario, los israelitas no tenían esta costumbre, entonces, generalmente, andaban en lugares cerca, porque tenían que remar desde su mentalidad el mar embravecido era símbolo de la acción de satanás y entonces dice: vayan mar adentro, no se queden en la orilla, tienen que arriesgar, arriesgar aún cuando parece que todo está perdido, que es la experiencia que tienen estos hombres después de haber pescado toda la noche y no haber conseguido nada”

“Sin embargo, Simón confía en la Palabra de Dios  –Maestro, hemos trabajado toda la noche, pero confiado en tu palabra hecharé las redes -. Hemos trabajado toda la noche y no hemos conseguido nada, pero confío que si tú lo pides lograremos lo que buscamos. Y la pesca fue tan abundante que por poco se rompen las redes. Y aquí viene otro punto importantísimo, porque Simón Pedro al ver aquello, reconoce que Jesús es el Mesías  -Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador-; pero, sin embargo, el Señor lo llama, el Señor lo convoca, el Señor lo invita a dar un paso:  –no temas-, contempló.

Recordemos cuando Pedro niega tres  veces a Jesús

“Recordemos cuando Pedro niega tres veces a Jesus.  Y Jesús le insiste tres veces: ¿Me amas?, ¿Me amas más que estos?, sí, Señor, tú sabes que te quiero. Pedro por temor ante la maravilla que está observando se retrae, pero es el Señor que sale otra vez a su encuentro y que lo invita a colaborar con Él  -Desde ahora serás pescador de hombres- ”

En su narrativa refirió  que “Tal vez aquellos no entendían la magnitud de lo que Jesús les estaba invitando a que colaboraran con Él, pero, sin embargo, sabían de que para Dios no hay nada imposible y el Señor los iba orientando, poco a poco, van descubriendo qué es lo que el Señor quería de ellos y qué es lo que el Señor había empezado a construír desde esa barca de Pedro que en medio de la tempestad si el Señor está mirando la barca no se va a hundir, porque es su promesa”, advirtió.

En este sentido, observó  que “En la tristeza y en la bonanza las decisiones que tenemos que tomar para escuchar la Palabra de Dios y ponerla en práctica. La primera vez que escucharon la Palabra de Dios no habían conseguido nada, estaban con las manos vacías; la segunda vez que el Señor les invita, estaban con las manos tan llenas que podía ser una tentación  -pero que ahora que nos va tan bien ¿por qué vamos a seguir al Señor?, pero, sin embargo, dejándolo todo lo siguieron- ”, relató.

Explicando la vivencia del profeta Isaias, manifestó que “La Palabra de Dios  purifica, que santifica  -tu iniquidad ha sido quitada – citó. Y después de esta experiencia con la Palabra de Dios, con la presencia de Dios dentro de su templo, entonces, le hace el llamado y le hace el llamado de una forma indirecta:  –escuché una voz, la voz del Señor que decía ¿a quién enviaré?, ¿quién irá de parte mía? -Inmediatamente respondió: aquí estoy, Señor, envíame-.

“En el Antiguo Testamento, el Señor invita a Isaías para que anuncie la buena nueva de salvación para que llegue a los demás la buena noticia y esto que es una figura, se transforma en realidad con la invitación que Jesús le hace a Pedro y a sus apóstoles  -Los haré pescadores de hombres, están llamados a anunciar, a enseñar, a llevar la buena nueva de salvación a sus hermanos para  que todos lleguen a conocer a Cristo como su Señor”

“Le pedimos a la Virgen María que nos de esa capacidad de escuchar la Palabra de Dios que siempre es fiel. Con esa confianza también nos ponemos en las manos del Señor para que abra nuestros oídos y podamos escuchar su Palabra y vivir conforme a su voluntad”, expresó el obispo de Bluefields.