Su Exc. Rev. Mons. Francisco Tigerino Obispo de la Diócesis de Bluefields exhorto en su homilía dominical al celebrarse la solemnidad de Cristo Rey del Universo que “El reinado de Cristo, es un reinado que se manifiesta en la cruz, porque ha obedecido al Padre hasta las últimas consecuencias, y esta obediencia a la voluntad del Padre nos invita, a su vez, a que nosotros obedezcamos al Señor en todo momento”, tras añadir que “Cuando reinamos con Cristo, porqué así como Cristo comparte con nosotros lo que le pertenece a Él, un pueblo de sacerdotes, de reyes, de profetas, esas son condiciones propias de Jesucristo, eso le pertenece a Él; pero Él lo comparte con su pueblo para que nosotros podamos alegrarnos por su presencia por toda la eternidad”.

“Y reinar eternamente en el cielo, junto con nuestro Señor y la Virgen María; pero; descubrir, vamos dándonos cuenta de que ese reinado de Cristo, a diferencia del reinado terreno, es un reinado de servicio,  -No he vino a ser servido, si no a servir, y a dar mi vida por la salvación del mundo-«.

 

“Con las acción de cada día estamos reconociendo a Cristo como nuestro Señor, porque le estamos obedeciendo o rechazándolo porque no hacemos caso al llamado que nos hace”, reflexionó el Prelado.

Mons. Tigerino hizo una breve referencia histórica sobre “Esta Solemnidad de Cristo Rey, es relativamente nueva, porque Cristo Rey fue instituida por el Papa Pio XI, en la segunda década del siglo pasado, y así con el nombre, como la construcción de la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo. Desde el siglo IV, aproximadamente, hasta mediados del siglo XIII es Cristo representa, prácticamente como un Rey terreno”

“Tomando en cuenta lo que escuchábamos en las lecturas, se presenta un hombre junto a un anciano de muchos años, de ahí que la representación de Dios Padre en la iglesia católica, es un anciano con canas, con una barba grande sentado, precisamente por lo que escuchábamos en la primera lectura; pero es una representación, no se trata de que Dios sea así, porque ya en el Antiguo Testamento, descubrimos que Dios Padre es alguien que está trabajando continuamente, que se desvela por su pueblo, que se preocupa por cada uno de nosotros, no es simplemente estar sentado viendo qué es lo que pasa alrededor”

Al meditar las lecturas proclamadas observó que en  el “Evangelio aparece está Jesús ante Pilato, y está esta conversación entre Pilato y nuestro Señor Jesucristo, recordemos que está completamente desfigurado ante la presencia del Rey, del reino de Pilato, y así desfigurado, está esta conversación, y la pregunta:  -¿Eres tú el Rey de los judíos?, Jesús le pregunta a su vez: ¿eso lo preguntas por tu cuenta, o te lo han dicho otros?,¿de dónde sacas que soy el Rey de los judíos? -, porque el hecho de que reconozcamos a Jesucristo como nuestro Rey, tenemos que sentirnos atraídos hacía Él, que es parte de la acción de Dios, con lazos de amor”.

Asimismo, en su reflexión sobre el Salmo manifestó que “Como dice el salmista: -ojalá escuchemos hoy la voz del Señor, no endurezcamos nuestro corazón- , como el pasaje del evangelio recordemos aquella palabras de Jesús, que dice que el Rey manda a invitar a su banquete, y la mayoría de las personas no lo aceptan, no quieren participar del banquete, recordemos que el banquete es el reino de los cielos , ¿y cómo es que no aceptamos, esta realidad, o esta invitación que el Señor nos hace?” interpela el obispo.

 Los santos nos dan ejemplo constante

“Cuando se disponen o cuando llegan a que reconocen a Cristo como Rey, entonces empiezan a servir sus hermanos de distintas maneras, porque la acción del Espíritu Santo no se manifiesta solamente de una forma en particular, si no que se manifiesta de distintas formas, y a cada uno de nosotros  el Señor nos va motivando para que aquello que nos ha regalado lo pongamos al servicio de la iglesia, al servicio de nuestros hermanos y hermanas”

“La glorificación de Jesús en el evangelio de San Juan se manifiesta en la cruz, no se manifiesta en la resurrección, si no en un Cristo muerto y Crucificado, muerto por nuestros pecados, y que de su corazón traspasado brota un torrente de agua viva para que todos podamos saciarnos de Él. Pero el Señor en su misericordia nos permite alegrarnos en su presencia; pero nos sentimos otra vez atraídos por Él para poder buscarlo nuevamente y volver a saborear la fuente de agua viva”

 

Mons. Tigerino recordó el  pensamiento del Padre de la Iglesia San Juan Crisóstomo, que nos dice al respecto: “Pongamos nuestros labios, junto al pecho traspasado de Jesús, para que bebamos de su sangra preciosa y nos sintamos transformado por aquel que todo lo puedo, para que al escuchar tu voz, podamos cumplir tu voluntad-“, dijo.