Los obispos de la región centroamericana exhortan a las autoridades civiles y militares a buscar y encontrar caminos de diálogo que posibiliten la convivencia armónica entre los ciudadanos y las instituciones de Nicaragua. Solidaridad con todos los miembros de la Iglesia en el país, en particular con quienes están sufriendo la vulneración de su derecho a la seguridad y libertad plena

Vatican News

Escuchamos el clamor del pueblo nicaragüense y nos apena la situación social, económica y política que atraviesa provocándole dolor y sufrimiento: así lo expresan los obispos de la región centroamericana unidos colegiadamente en el Secretariado Episcopal de América Central, en un comunicado publicado en la Solemnidad del Corpus Christi.

Derecho a la seguridad y libertad plena

Los prelados, que expresan su solidaridad con la Iglesia que peregrina en Nicaragua, hacen referencia en particular a Mons. Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí y al Pbro. Harving Padilla, párroco de la Parroquia San Juan Bautista de la Ciudad de Masaya, quienes sufren la vulneración de su derecho a la seguridad y libertad plena.

Buscar caminos de diálogo

A Dios piden la comprensión, la tolerancia, el diálogo, la unidad y la paz, y exhortan a las autoridades civiles y militares “a buscar y encontrar caminos de diálogo que posibiliten la convivencia armónica entre los ciudadanos y las instituciones que conforman el entramado de dicha sociedad, entre ellas la Iglesia que a lo largo de cinco siglos ha velado con amor por dicho pueblo”.

En la solemnidad del Corpus Christi, conociendo la fe, amor y devoción de nuestros pueblos, y, siendo el nicaragüense uno de ellos, – concluyen – pedimos a Nuestro Señor Jesús, que por su Cuerpo y Sangre se logre la unidad nacional tan anhelada y necesaria en Nicaragua.

COMUNICADO SEDAC

Los Obispos de la región centroamericana, unidos colegiadamente en trabajo
apostólico fraterno desde 1942, en el Secretariado Episcopal de América Central
(SEDAC), elevamos nuestra voz para decir a la Iglesia de Nicaragua que:

  1. Expresamos nuestra solidaridad con todos los obispos, sacerdotes,
    comunidades religiosas y laicos de ese país hermano que afanosamente
    trabajan por la Viña del Señor; a pesar de las dificultades y pruebas que
    encuentran en su camino. De manera especial, nos solidarizamos con Mons.
    Rolando Álvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador
    Apostólico de la Diócesis de Estelí; y con el Pbro. Harving Padilla, párroco
    de la Parroquia San Juan Bautista de la Ciudad de Masaya, quienes sufren
    la vulneración de su derecho a la seguridad y libertad plena.
  2. Nos apremia que la fe católica de nuestros pueblos latinoamericanos… se
    manifieste en una vida más digna para todos (DA 359). Por esta razón,
    manifestamos que escuchamos el clamor del pueblo nicaragüense y nos
    apena la situación social, económica y política que atraviesa provocándole
    dolor y sufrimiento. Clamor que evidencia sus aspiraciones de alcanzar una
    vida plena y feliz, esa vida que Jesús trae para que cada persona humana
    viva de acuerdo con la dignidad que Dios le ha dado (cf. DA 389).
  3. Como miembros del Cuerpo Místico de Cristo, unimos nuestras oraciones
    con las de la Iglesia en Nicaragua, pidiendo a Dios por la comprensión, la
    tolerancia, el diálogo, la unidad y la paz. Con el Papa Francisco oramos:
    Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia
    la paz. Dispón los oídos de los líderes de la nación para escuchar el clamor
    de sus ciudadanos que piden transformar las armas en instrumentos de paz,
    los temores en confianza y las tensiones en perdón. Mantén encendida en
    todos la llama de la esperanza para tomar con paciente perseverancia
    opciones de diálogo y reconciliación, para que finalmente triunfe la paz.
    (Papa Francisco. Oración por la paz. Domingo, 8 de junio de 2014).
  4. Exhortamos a las autoridades civiles y militares a buscar y encontrar
    caminos de diálogo que posibiliten la convivencia armónica entre los
    ciudadanos y las instituciones que conforman el entramado de dicha
    sociedad, entre ellas la Iglesia que a lo largo de cinco siglos ha velado con
    amor por dicho pueblo. La sangre de Monseñor Antonio de Valdivieso,
    derramada en 1550 en defensa de los derechos de las víctimas del sistema
    del gobierno colonial, es testimonio de ello.
  5. En la solemnidad del Corpus Christi, conociendo la fe, amor y devoción de
    nuestros pueblos, y, siendo el nicaragüense uno de ellos, pedimos a Nuestro
    Señor Jesús, que por su Cuerpo y Sangre se logre la unidad nacional tan
    anhelada y necesaria en Nicaragua.
    San Salvador, 16 de junio, solemnidad del Corpus Christi, de 2022.

Mons. José Luis Escobar Alas Mons.
Presidente del SEDAC

Gregorio Cardenal Rosa Chávez

Secretario General del SEDAC

Ver documento original en pdf: https://drive.google.com/file/d/1DlYSI7UPn01vTuuqkKYNveEnkqzELk9r/view?usp=sharing