“Los hijos estan sedientos de amor, de reconocimiento de estima y de confianza. La paternidad y la maternidad los llaman a ser generativos para dar a sus hijos el gozo de descubrirse hijos de Dios, hijos de un padre que ya desde el primer instante los ha amado tiernamente y los lleva de la mano cada día. Este descubrimiento, puede dar a sus hijos la fe y la capacidad de confiar en Dios”, manifestó en su homilia el  Obispo de la Diócesis de Juigalpa, Su Exc. Rev. Marcial Guzmán, tras añadir que:“Como Obispo, encargado de esta área pastoral en la familia, me uno a todos los nicaragüenses que comparten sus alegrías, ponen todos sus esfuerzos, para que su familia cada día resplandezca en todos los ámbitos, y esa familia pueda también permanecer con las mismas virtudes domésticas de esta Sagrada Familia”, enfatizó.

 

“Hoy las lecturas nos invitan a reflexionar para que podamos valorar, con la ayuda de la experiencia de los demás, y esa experiencia de los demás, es sin duda la oportunidad de poder hacer realidad la Palabra de la vid, escuchábamos en el libro del Eclesiástico, o comúnmente llamado Sirácides, que el Señor, pues, quizo también, nacer en una familia, el Señor quizo realizarse, escoger su propia familia, es el único ser que ha escogido a sus padres, los escogió para que fueran también llenos de esas virtudes que nos hacen partícipes a todos”, meditó el Prelado.

“Y es un motivo para ver qué tenemos que hacer nosotros con nuestra propia familia, la que Dios, Él nos ha regalado para que podamos valorarnos, podamos también compartir entre nuestras luces y sombras que encierra cada familia”, apuntó.

 

Sabemos que la familia perfecta es solamente la de Nazareth

“Por la gracia que Dios quizo dar, nuestras familias tienen tantas limitaciones; pero no por tener limitaciones viven en esa acción desordenada, si no que cada uno, desde su propia realidad, busca, como entrar en la comprensión, en el diálogo, en la oportunidad, en el crecimiento desde el niño, cuando nace, cuando tiene sus propios afanes, cuando todos los miembros de esa familia comparten también todas sus esperanzas, porque quieren una familia estable, quieren una familia conforme a la presencia del Señor”

“Y hoy nos unimos también al Santo Padre Francisco, que nos ha regalado para el mundo entero, para todas las familias, dice él, a los matrimonio una carta en ocasión del año Familia Amoris Laetitia y nos invita el Papa Francisco, diciendo que con ocasión del año Familia  –Me acerco a ustedes para expresarle,  mi afecto y cercanía, en este tiempo tan especial que estamos viviendo, siempre he tenido a las familas, en mis oraciones, y más aún durante la pandemia que ha probado duramente a todos, especialmente a los más vulnerables, en momentos que estamos pasando, me lleva a hacercarme con humildad, cariño y acogida a cada persona, a cada matrimonio y a cada familia, en las situaciones en que esten experimentando- “, cito.

“Este contexto particular, nos invita a ser una, a servir a las palabras con las que el Señor llama a Abraham a salir de su patria, de su casa, de su padre hacia la tierra desconocida que Él mismo les mostrará; lo encontramos  en Gn 12”dijo.

“También nosotros hemos vivido más que nunca la incertidumbre la soledad, la pérdida de seres queridos, y nos hemos visto impulsados a salir de nuestras seguridades, de nuestros especios, de control, de nuestas propias maneras de hacer las cosas; de nuestras apetencias para atendernos no solo al bien de la propia familia, si no, además al de la sociedad que también depende nuestros comportamientos personales”, sostuvo el Obispo de Juigalpa.

 

“La relación con Dios nos moldea, nos acompaña, nos moviliza como personas, y en última instancia nos ayuda a salir de nuestra tierra. En muchas ocaciones y con cierto respeto, incluso, miedo a lo desconocido; pero desde nuestra fe cristiana, sabemos que nos estamos solos, ya que Dios esta con nosotros, con nosotros y entre nosotros, en la familia, en el barrio, en el lugar del trabajo, o estudio, o en la ciudad que habitamos”

“Las distintas situaciones de la vida, el paso de los día, la llegada de los hijos, el trabajo, las enfermedades, son circunstancias en las que el compromiso que adquirieron el uno con el otro, hace que cada uno se tenga que abandonar las propias inercias, certidumbres, zonas de confort, y salidas hacia la tierra que Dios les promete, ser dos en Cristo, dos en uno”, manifesto.

“Una única vida en nosotros, en la comunión del amor con Jesús, vivo y presente en cada momento de su existencia, Dios los acompaña, los ama incondicionalmente, no esan solos. Queridos esposos, sepan que sus hijos y especialmente los jóvenes los observan con atención y buscan en ustedes el testimonio de un amor fuerte y confinable”

Y recalcó sobre “La importancia de que los jóvenes vean con sus propios ojos el amor de Cristo vivo presente en el amor de los matrimonios, que testimonian con su vida concreta que el amor para siempre es possible”

Los hijos son un regalo, siempre cambia la historia de cada familia,

“Los hijos estan sedientos de amor, de reconocimiento de estima y de confianza. La paternidad y la maternidad los llaman a ser generativos para dar a sus hijos el gozo de descubrirse hijos de Dios, hijos de un padre que ya desde el primer instante los ha amado tiernamente y los lleva de la mano cada día. Este descubrimiento, puede dar a sus hijos la fe y la capacidad de confiar en Dios”, dijo.

La autoridad se gana dia tras dia

“El educardor, es una persona que genera el sentir espiritual y sobre todo, se juega poniendose la relación, como padre y madre, es importante relacionarse con los hijos a partir de una autoridad ganada día tras días, ellos necesitan una seguridad que los ayude a experimentar la confianza en ustedes, en belleza de sus vidas, en la certeza de no estar núnca solos, pase lo que pase; por otra parte y como ya les he señalado, la conciencia de la identidad de la misión de los laicos en la iglesia y en la sociedad, ha aumentado”

“Ustedes tienen la misión de transformar la sociedad en su presencia, en el mundo del trabajo y hacer que se tengan en cuenta las necesidades de las familias. También los matrimonios deben primeriar, dentro de la comunidad parroquial y diocesana con sus iniciativas y creatividad, buscando la complementariedad de los carismas y vocaciones como expresión de la comunidad ecclesial”

“En particular los cónyuges junto a los pastores para caminar con otras familias, para ayudar a los más débiles, para anunciar que también en las dificultades Cristo se hace presente; por tanto, los exhorto, queridos esposos, a participar en la Iglesia, especialmente en la Pastoral Familiar, porque la co-responsabilidad en la misión llama a los matrimonios, a los ministros ordenados, especialmente a los obispos a cooperar de manera fecunda y el cuidado de la custodia de las Iglesias Domésticas”, animó el Prelado.

Recuerden que la familia es la célula básica de la sociedad. El matrimonio es realmente un proyecto de construcción,  es por ello, que las familias tienen el desafío de tender puentes entre las generaciones para transmisión de los valores que conforman la humanidad, se necesita una nueva creatividad para expresar en los desafíos actuales los valores que nos constituyen como pueblo en nuestras sociedades y en La Iglesia, Pueblo de Dios”

“La vocación al matrimonio es una llamada a conducir un barco incierto, pero seguro por la realidad del sacramento, en un mar a veces agitado. No olvidemos que a través del Sacramento del Matrimonio, Jesús está presente en esa barca, Él se preocupa por ustedes, permanece con ustedes en todo momento, en el vaivén de la barca agitada por el mar. En otro pasaje del Evangelio, en medio de la dificultad los discípulos ven que Jesús se acerca en medio de la tormenta y lo reciben en la barca; así también ustedes, cuando la tormenta arrecia, dejan subir a Jesús en su barca, porque cuando subió donde estaban ellos, cesó el viento”, aconsejó Mons. Guzman Saballos.

“Es importante que juntos mantengan la mirada fija en Jesús, solo así encontrarán la paz, superarán los conflictos, encontrarán soluciones a muchos de sus problemas, no por estos, vayan a desaparecer, sino porque podrán verlo desde otra perspectiva. Solo abandonándose en las manos del Señor, podrán vivir lo que parece imposible, el camino es reconocer la propia fragilidad y la impotencia que experimentan ante tantas situaciones que los rodea, pero al mismo tiempo, tener la certeza de que ese modo de fuerza de Cristo se manifiesta en su debilidad”

“La ruptura de una relación conyugal general mucho sufrimiento, debido a la decepción de tantas ilusiones, la falta de entendimiento provoca discuciones y heridas, no fáciles de reparar. Tampoco a los hijos es posible ahorrarles el sufrimiento de ver que sus padres ya no están juntos; aún así, no dejen de buscar ayuda para que los conflictos pueden superarse de alguna manera y no causen aún más dolor entre ustedes y a sus hijos”, recomendó el eclesiástico.

“El Señor Jesús, en su misericordia infinita, les inspirará el modo de seguir adelante, en medio de tantas dificultades y aflicciones, no dejen de invocarlo y de buscar en Él un refugio, una luz para el camino y, en la Comunidad Eclesial una casa paterna donde hay lugar para cada uno en su vida a cuesta”

 

“Recuerden que el perdón sana toda herida, perdonarse mutuamente es el resultado de una desición interior que madura en la oración, en la relación con Dios como don que brota de la gracia con la que Cristo llena a la pareja cuando lo dejan actuar, cuando se dirigen a Él”, recomendó el Obispo.

“Cristo habita en su matrimonio y espera que le abren sus corazones para sostenerlos con el poder de su amor como a los discípulos en la barca. Nuestro amor humano es débil, necesita de la fuerza del amor fiel de Jesús”