El Obispo de la Diócesis de Juigalpa Su Exc. Rev. Marcial Guzmán, meditó en su homilía de este V domingo de Pascua que es necesario reflexionar sobre “Lo que el Señor nos ha dejado, el mandamiento nuevo, porque nos dice el evangelio: -En esto se conocerán que son discípulos míos, en que nos amamos unos a otros como Él nos ha amado – Ojalá  que hoy nosotros podamos retomar el amor verdadero que Dios nos ha dado, poner en práctica, cómo estoy amando yo, si siento que estoy amando a Dios sobre todas las cosas, si estoy haciendo una respuesta en la medida en la que yo estoy también llamado, en la oportunidad que Dios me está invitando a participar de esta gran alegría”, sostuvo.

 

Uno tiene que ser agradecido primero con Dios que nos ha enseñado, verdaderamente la razón de existir de cada uno de nosotros, Él, ha enviado a su hijo para que tengamos los mismo sentimiento, es decir, que podamos tener el amor y lo podamos poner en práctica”

“Poner  en práctica este amor sin condición, de que si das un paso, lo hago, si me regala esto, me comprometo a esto, no, amor sin condición que es lo que nos enseña hoy Jesucristo, porque en esto que ustedes conocerán que son mis discípulos, y la primera comunidad cristiana, después de la resurrección, nos cuentan los Hechos de los Apóstoles, que no había necesidad que se pusieran una cruz, no había necesidad que se pusieran un uniforme, sino que había algo más profundo, intrínseco”, enfatizó el eclesiástico en el acto liturgico Nuestra Señora de la Asuncion.

“¿Cuál era?, miren esa comunidad cómo se aman, no son idiferentes, esa comunidad se preocupa uno por el otro, y hoy después de tantos siglos de predicación, estamos llamados también a que nos identifiquen y a dar razón de lo que nosotros hemos creído, amar hasta el extremo, amar como Jesús nos ha enseñado, la primera lección”

 

15 años de Aparecida: que no sea un documentode biblioteca sino de experiencia viva

“Hace 15 años, cuando nuestros Obispos de toda América Latina se reunieron allá en Aparecida, y vino el Papa Benedicto a confirmarnos en la fe, al análsis de nuestra propia realidad y al mismo tiempo el impulso cada uno de nosotros tiene que hacer vida, en cada una de sus Diócesis en cada una de las parroquias, y ¿por qué no?, en cada una de las familias,  personalmente en cada bautizado, es esta experiencia de Aparecida hoy encomendamos que Aparecida sea un documento más que puede estar en nuestra biblioteca, sino , una experiencia viva de esa llamada de Dios”, reflexionó.

“muchas veces se nos ha olvidado que nosotros somos responsables de esta misión, y la iglesia, hace 15 años se reunió en en Brasil y pudo constatar la urgencia que tiene llevar el evangelio de Dios a las familias, la misión continental de evangelización, pero esa misión esta llamado  para ser empezar, desde aquella pequeña comunidad,  familia a la cual tú y yo pertenecemos a lo cual, no vamos a esperar a que vengan los ángeles del cielo para que nos anime en la misión, si ya nuestros pastores, nos estan diciendo que es una obligación ¿por qué?, el mandato de Jesucristo no fue un si te gusta evangelizar, si quieres evangelizar, si tienen ganas de evangelizar, si te parece bien… no fue así de un deseo, sino fue de con un verbo, con un verbo, pero el verbo conjugado de forma imperativa, unas de las pocas veces que Jesús nos ha hablado de este verbo imperativo, cuando dice: -vayan, por todo el mundo a anunciar el avangelio”,meditó Mons. Guzman Saballos.

“Y  hoy nos manda de este verbo también, como consecuencia del primero, ese es consecuencia del amor, vamos a evangelizar con entusiasmo, con amor, cuando somos capaces de recibir de Dios y poder transmitir a todos con alegría la buena nueva del Señor”

“En estos 15 años que la iglesia nos dejó este documento de Aparecida nos anime para que todos los bautizados podamos decir: ¿Soy misionero?, ¿Yo puedo ser discípulo del Señor?, y claro que sí, allí iluminando nuestro magisterio, el Señor nos ha dejado de que todos los bautizados, estamos llamados a ser discípulos y misioneros en la obra del reino de Dios, y el tercer aspecto que es,  lo que nosotros hoy estamos celebrando, a un hombre que Dios le regaló un don”, aseguró el Jerarca de Juigalpa.

 San Isidro Labrador testimonio que muestra ese gran amor

Mons. Guzman refirió que San Isidro lleva la voz del amor de Dios,  como un trabajador de la tierra, y no es que era dueño él, sino que era un trabajador de don Juan el dueño de la finca,  sacaba tiempo para orar. Yo admiro a cada uno de ustedes, de que saca tiempo y en medio de el esfuerzo vienen a comprometerse con el Señór, gracias a Dios que Él a tocado los corazones y desde los niños, de estos jóvenes, de cada persona y de los mayores, compromete en el caminar de la iglesia”, expresó.

“Nos cuentan la historia de que se burlaban de Isidro, porque él, lo primero que hacía, importa que fuera el lodasal, no importa que fuera el calor, no importa que fuera el cansancio, lo primero que él hacía es a postrarse allá en el Santísimo, poner su oración como un laico auténtico, pero que su compromiso le llevaba a responder adecuadamente”

 

“Y va a ser en esos años, en la que la realidad humana, se iba disparciendo, pero el amor que va a experimentar Isidro Labrador, por eso se le llama labrador, porque él labraba la tierra, y los vemos en sus atuendos, su atuendo de su boca, porque tiene que pasar mucho lodo,  arado o espeque sembrando y cultivando la tierra,  y aquellos que se burlaban de él, dice que cuando iba a guiar con los bueyes, sacaba mucho más, que los que, desde lo empezar se asoleaban  y los hacía pensar, no porque vieran esas cosas, sino porque él se fiaba de Dios, Dios lo había llamado, Dios lo había invitado a participar, y aquí, nosotros también en esta comunidad de la Unión, hoy queremos fiarnos de Dios, en toda nuestra Diócesis, en toda la iglesia universal hoy estamos llamados a fiarnos de Dios”, observó.