“Nosotros queremos a veces vencer el mal con nuestra fuerza o con nuestro pesimismo, con nuestro llanto y no ponemos un poco de humildad y de confianza en el Señor. No le pedimos, por lo menos como los Apóstoles: «Señor, nos estamos ahogando, ayúdanos«, meditó en su homilía del domingo Su Exc. Mons. Carlos Enrique Herrera, Obispo de Jinotega, luego de agregar que “A veces caemos en la soberbia y dejamos que el barco de nuestra vida se hunda; ese barco significa nuestra iglesia, significa la humanidad, toda esta creación que el Señor, pero así como la ha creado, la quiere salvar”.

Mons. Herrera invitó a la feligresía  “Mantengámonos firmes en la fe, pero esta fe la tenemos que alimentar con la palabra de Dios, escuchándola con la oración, con esa intimidad con el Señor, nuestro Padre Dios, con la obra de caridad, con el gesto de solidaridad entre nosotros, ayudándonos, no vernos como enemigos. Nosotros somos instrumentos del Señor para construir también esa paz, no esperemos que todo lo haga el Señor, nos invita a ser constructores de paz”, insistió.

 

El obispo de Jinotega, aseguró que “Cristo ha venido, como dice San Pablo, por eso nos apremia el amor de Dios. ¿Qué significa nos apremia?, que el amor de Dios estará siempre con nosotros, que no hay que desesperar en los momentos de angustias, en los momentos de pobreza, de persecución, de tentación, tenemos que recurrir al Dios de la vida, Dios del amor, del amor que Dios nos apremia, acerquémonos”

En este orden, el Prelado meditó las interrogantes del Evangelio “¿Por qué tienen miedo?. Por qué no están haciendo las cosas con fe, con amor, por qué no están construyendo la paz como debe ser?, entonces, es ahí donde nosotros nos debemos de preguntar: ¿Nuestra fe está fuerte en el Señor, está viva?,  ¿Cómo está nuestra fe?, a veces tomamos acciones, decisiones muy propias, sin tomar en cuenta al Señor, decisiones violentas, decisiones pesimistas, decisiones que no tienen a veces ni razón, ni espíritu, por eso debemos identificarnos como hijos de Dios, como discípulos del Señor. Él va en nuestra barca”

“Él está ahí, aunque talvez hay momento que no lo miramos o como que se tarda en actuar, pero si nosotros imploramos constantemente, Él va a actuar, Él va a poner esa paz, Él va a terminar ese sufrimiento, esa inseguridad, esa angustia que tenemos a nivel social o familiar. Pidamos a Él que aumente nuestra fe y nosotros también de nuestra parte cultivemos la fe, cultivemos la esperanza que vamos a salir adelante en las pruebas, en lo turbulento, en la oscuridad, en la desesperación. Ánimo!”, enfatizó.