“Que hermoso, mis buenos hijos que hoy,  todos nosotros los nicaragüenses, nuestros líderes sociales, nuestros líderes políticos, nuestros líderes económicos y toda la población pueda escuchar este hermoso mensaje del Santo Padre en la Solemnidad de Pentecostés, El Espíritu Santo es armonía, es unidad, une diferencias”, aconsejó este domingo en la celebración de la Solemnidad de Pentecostés,  el Arzobispo Metropolitano, Su Eminencia Cardenal Leopoldo J, Brenes, quien agregó, que hoy se cumple la promesa del Señor «No los voy a dejar solos», si,  para que el demonio no se introduzca y pueda crear dispersión, pueda llegar dar la confusión a las mentes y al corazón, porque el Espíritu Santo nos va a acompañar”.

Al  tiempo que reflexionó que ante vientos que “zarandean” y causan miedo, también viene  el fuego que transforma, el Espiritu de Dios es unidad”, refirió. En este sentido,  hizo  propicio recordar las palabras del papa Francisco: “ «La fiesta de Pentecostés nos dice mucho, esta realidad del Espíritu Santo donde en la iglesia hay pequeños grupos que siempre buscan la división, separase de los demás, esto no es obra del Espíritu Santo de Dios. El Espíritu de Dios es armonía, es unidad, une diferencias; lo importante de estar dentro de la unidad del Espíritu y no mirar esas pequeñeces de que tú estés un poquito en este lado y un poquito al otro lado … esto no es de Dios”. afirmó.

El Señor Cardenal dijo que este mensaje  ”Es una invitación del Señor a dejarnos empujar por ese viento fuerte que es el Espíritu Santo. Pero también mis buenos hijos: dejarnos quemar por esas llamaradas, que queme nuestros miedos, que queme nuestros malos pensamientos, que queme todas aquellas inquietudes que pueden llevar a causar división y trastornos dentro de la iglesia  dentro de nuestros países.”

Brenes Solorzano, destacó testimonios vividos en la diócesis de Matagalpa de “hombres sencillos, humildes, que se dejan conducir por el Espíritu. Se realiza en ese momento, una vez más, esta experiencia de Pentecostés, que aquellos hombres humildes y sencillos, ¿A caso no son Galileos?, ¿Cómo los oímos hablar?, ¿Cómo es este campesino?, ¿Cómo son nuestros campesinos?, ¿Nuestros catequistas?, ¿Nuestros agentes de pastoral?, hombres humildes y sencillos, pero que se dejan inundar por esa presencia maravillosa del Espíritu que los cambia, que los transforma”. Expresó.

Al tiempo que recomendó “ ¿Cómo pedirle al Señor, como orar, que en la iglesia nos de la humildad y la sencillez para anunciar con gozo con alegría?, usar los diversos medios necesarios para que la palabra del Señor sea conocida”, dijo Brenes.

Asimismo, recordó “la experiencia ante la pandemia, la iglesia no se quedó callada, no dominábamos nosotros los obispos, los sacerdotes toda esta tecnología de las redes modernas; sin embargo, el Espíritu Santo, de eso soy consciente, nos fue llevando, nos fue iluminando para entender, para utilizarlas y que la palabra del Señor llegara hasta los confines de nuestras parroquias y muchos hombres y mujeres pudiesen conocer también a Jesús”.

El Prelado refirió que “cuando nos hacemos a un lado del Espíritu Santo, verdaderamente vamos al despeñadero”. En tanto nos exhortó a “que cada uno de nosotros siendo humildes, eso es importante, siendo humildes, hombres de fe, dirigirnos al Señor para que nos de su Espíritu para que podamos forjar esa unidad. Y unidos también al Santo Padre que nos dice: «No se dejen robar la esperanza», sí, no se dejen robar la esperanza, seguir adelante confiados en esa fuerza maravillosa del Espíritu “,indicó.

Asimismo, el señor Cardenal recordó el Mensaje de “La imagen de la Virgen de Fátima, peregrina por nuestro país, que ella nos traiga la paz, que ella nos traiga la unidad. y como bien, recordamos el mensaje de ella en Cuapa: «No solamente pidan la paz, hagan la paz, construyan la paz».

Y concluyó recomendando: “Seamos verdaderos constructores de paz, que seamos verdaderos constructores de armonía, de unidad y que poco a poco podamos dejar las diferencias y podamos trabajar todos por construir el bien común, porque el Espíritu Santo viene para esto: para construir la unidad; así como el cuerpo tiene muchos órganos pero uno es el cuerpo y ese cuerpo es Cristo, el Señor, en quien la gran mayoría de los nicaragüenses creemos firmemente”.