El Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí,  Su Exc. Rev. Mons. Rolando Álvarez Lagos, medito en su homilía del IV Domingo de Adviento que “La fe, es un don de Dios que ciertamente se da a la persona, es en ese sentido un acto personal; pero por ser personal porque la persona siempre está abierta a los demás por naturaleza, constitutivamente el ser persona, es apertura a los demás la fe nace,  en la iglesia y nace en la iglesia, precisamente, con el Sacramento del Bautismo y esta fe eclesial, esta fe que surge del vientre materno de la iglesia que es nuestra madre y  cuyo vientre está representado en la pila bautismal de donde surgen todos sus hijos, de donde hemos surgido todos nosotros, se nutre, se alimenta en la familia que es educadora en la fe y va fortaleciéndose y va creciendo en el seno de la comunidad cristiana”

 

“La Virgen Santísima cómo no hacerlo si es la madre de la dulce espera, la madre de la esperanza, y en el texto evangélico de hoy, Isabel que -ha quedado llena del Espíritu Santo-  exclama, entre otras bienaventuranzas, que exulta y le dedica a la Virgen Santísima, aquella que leemos al final del mismo texto- dichosa tú que has creído, porque se cumplirá, cuanto te fue anunciado de parte de Señor, «dichosa tú que has creído-, la fe, amadísimos hermanos y hermanas, no es un acto individualista, la fe es imposible vivirla en el individualismo”, sostuvo el eclesiástico.

El Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí manifestó que “Hoy en la mañana, cuando oraba y meditaba el texto ante Jesús sacramentado, pensaba en cada uno de ustedes que domingo a domingo participan en esta sagrada eucaristía y lo hacen con fidelidad, con amor, con devoción, con fe cierta, y pensaba ,  qué bella es la iglesia, cómo nos va fortaleciendo y nos va haciendo crecer en la comunidad de creyentes, y cómo nos ha venido educando haciéndonos saber que es solo con los hermanos, con los demás como familia de Dios que somos todos”

En este sentido, meditó que “De donde ha surgido al fe, como ella misma se puede fortalecer, crecer, he irse arraigando cada vez más y más, precisamente, cuando el Credo, la profesión de nuestra fe se hace dialogadamente, como la haremos en esta santa misa, la iglesia quiere poder de relieve, precisamente, que la fe es un acto personal y por lo tanto comunitario, al recitar el Credo de forma dialogada, la comunidad responde a una pregunta”, dijo.

“La comunidad responde a una invitación, que la iglesia hace cuando nos pregunta, ¿Creen en Dios Padre todo poderoso, creador del cielo y de la tierra?,¿creen en Jesucristo, su único hijo nuestro Señor?,¿creen en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida?,¿Cree en la iglesia que es una, santa, católica, apostólica ? se manifiesta la fe familiar, le fe eclesial, la fe comunitaria, una fe que solamente puede ser vivida de esa manera, solamente puede ser vivida de ese manera, no de otra, no hay otra manera, refleja, además, amadísimos hermanos y hermanas, la presencia de la Santísima trinidad entre nosotros”

“Miren qué maravilla, miren qué grandeza, miren qué profundidad la que nos enseña la iglesia, porque la familia, la Santísima Trinidad es una familia, ya el origen mismo de la fe que está en la Trinidad Santa, nos enseña cómo la fe es un don que se da a la persona; pero que nace, se fortalece, crece y se arraiga, se profese y se proclama solamente en la iglesia y como familia de Dios que somos, porque Él es una familia”, insistió el eclesiástico.

“Guardémoslo como un tesoro en el corazón, la fe vivida en la iglesia, con la iglesia, como familia, y por supuesto, fortalecida en el seno de cada hogar. El Evangelio pienso que  nos enseña a vivir esta fe eclesial, con tres actitudes, que la Virgen Santísima nos manifiesta, según San Lucas, la primera es el servicio, dice se encaminó presurosa, iba con prisa a servirle a su prima Isabel, la segunda, es que esta fe manifestada en el servicio, nos llena de gozo a nosotros y llena de gozo a los demás a quienes servimos”

El Prelado rememoró la  enseñanza de  Santa Teresa de Calcuta “Que este gozo es lo que nos anima a todos nosotros a seguir proclamando con fuerza y energía el amor de Dios, miren también qué belleza esto, este gozo que nos causa la fe eclesial manifestada en el servicio, es la razón, es la explicación de por qué con alegría, con fuerza, con entusiasmo con energía, vamos proclamando el amor de Dios”, observó.

 

“Y la otra actitud que nos enseña la Virgen para vivir esta fe es la humildad. Cuando Isabel exclama:  -¡ bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre -; el Papa Benedicto XVI, se pregunta: – ¿por qué la Virgen, por qué ella elegida entre todas la mujeres? -, y el mismo Santo Padre explica la respuesta final y real, – solo queda en el misterio de Dios  -; pero el texto evangélico del Magnificat, cuando la Virgen proclama: -mi alma se alegra en el Señor y mi Espíritu en Dios mi salvador, por que ha mirado la humildad de su sierva –“

Haciendo alusión magisterio del  Papa Emérito  Benedicto XVI “Nos indica, nos da un destello de porqué Dios la eligió a ella – y es que Dios se dejó seducir, se enamoró de la humildad de la Virgen , la humildad, hermanos amadísimos, el corazón humilde, el corazón que se inclina, el corazón que vive esta fe en el servicio que nos causa el gozo, seduce a Dios, cualquiera de nosotros aquí presentes y los que nos acompañan a través de los medios podemos seducir al Señor; miren que lindura, cualquiera de nosotros lo puede seducir, lo puede enamorar si entramos en esta humildad de la Virgen”, subrayó.

Mons. Álvarez Lagos compartió experiencias en su vida  sacerdotal y que al compartírselas “Se  las propongo para que podamos realizar un pequeño gesto de los muchos que tenemos que hacer en nuestra vida, y cada día y cada vez que podamos para vivir esta fe en el servicio gozoso y en la humildad”