Su Exc. Rev. Mons. Isidoro Mora Ortega, Obispo de la Diócesis de Siuna, contempló en su mensaje de este VI domingo  de Pascua que: “El Espíritu que da la vida,  por eso que cada día que Dios nos regale en este mundo, sea para que lo invoquemos, sea para que su Espíritu nos dirija, sea para que nuestros corazones se fortalezcan, y sea sobre todo, para que nuestras acciones sean simpre movidas por el amor, que nunca, nunca en nuestra mente y en nuestro corazón, salga un sentimiento de odio, de maldad, contra nuestro propio hermano, nunca, ahí radica precisamente la grandeza del amor de Dios, ama a tu enemigo, perdona a tu enemigo, ayuda a tu enemigo, ora por tu enemigo, y esa es la misión de la Iglesia”

 

¿Cuántos hermanos ahorita, estan viviendo, sintiendo en su corazón,  ver a su Pastor que está siendo acosado, pero es el Espíritu del Señor, el que nos da la fortaleza, y nos da la confianza, porque esa confianza, esa paz, ese amor, solo viene de Cristo resucitado, del Espíritu que renueva, que acompaña, y que conduce a la Iglesia; es el Espíritu que motiva al hermano a hacer el bien. Es momento de pedirle al Señor que nos ayude a ser fuertes, ante las acechanzas ” observó.

 

Será el Espíritu el encargado de iluminar, de guiar, de fortalecer al pueblo

“A aquellos que Dios ha elegido a través de Jesús, aquellos que respondan a la voluntad de Dios, al llamado de Dios, y por eso qué importante es ser dócil al Espíritu, el Espíritu es el que actúa en la Iglesia, es el que actúa en el bautizado, es el que actúa en el hombre, movido por las obras buenas, una frase que es preciosa que dice: –nadie da lo que no tiene, nadie da si el Espíritu Santo no está en su corazón –, por eso, es el mismo Espíritu quien ayuda a que podamos tener siempre fortaleza ante las dificultades”, manifestó Mons Mora.

“Para que tomemos las mejores decisiones, y para que actuemos por con madurez, no actuemos, que no actuemos sencillamente movidos por intensiones meramente humanas, sino movidos por el bien común, por el bien del que más sufre y que a la hora de hablar no se hable solamente movido por una inquietud o por una idea vaga, sino, movido desde la razón, desde el amor”

 

 

 

 

El Obispo dijo aprovechar el momento para orar a Dios “Por las familias que sufren, unirme a esa familia que mataron al papá y al hijo que debe estar destrozada, y es algo que se repite, nosotros o que tal vez no  lo vemos palpablemente, pero en nuestras comunidades siempre hay mucha violencia oculta, disfrazada; y por eso nos unimos a estas familias que sufren, que sufren por el maltrato, por la pobreza, las familias que sufren también por la separación de los seres queridos queridos, por la persecución, sabemos que el núcleo familiar está en el corazón de Dios y por eso es que el demonio buscará manera de estar acercharla noche y día, queriendo destruir la comunión, querer destruir lo que Dios ama por encima de todo”, dijo.

En este sentido, apunto que “Incluso hasta romper la comunión en nuestra misma iglesia, por eso cuando se atenta contra un hermano, es con la Iglesia, es con toda la iglesia, es con toda la familia, incluso hasta con el mismo que hace el daño, está atentando, porque todos somos hijos de Dios, todos somos hermanos en el Señor, y por eso hermanos, en este día, pidámosle a Dios para que cese toda violencia, todo maltrato, toda persecución contra uno de sus hijos, contra su pueblo, contra aquel que pasa dificultades”, expresó.

 

“La liturgia de la Palabra se va centrar, precisamente, en el actuar del Espíritu Santo, se nos recuerda con ello, que Jescristo está preparando a sus discípulos, Él sabe que se acerca su final en su ministerio terrenal, y antes de irse, Él les promete que les enviará a alguien para que los asista, para que les fortalezca y para que le de continuidad a su obra”, refirió el eclesiastico.

 

Qué bonito sería, que todos los bautizados dejáramos hablar al Espíritu Santo

“Que bueno sería en nuestros pueblos, que los hombre dejáramos hablar al Espíritu, que nos dejáramos cuestionar por Él, pero desgraciadamente, el hombre no escucha y actúa movido nada más por lo que quiere, aunque destroce a los demás. Estamos convencidos entonces, que es el Espíritu quien ilumina para llevar a cabo cualquier acción”, observe el Jerarca.

 

Asimismo, agregó que el Evangelio que escuchamos “También nos enseña cómo el Espíritu está actuando dentro de la Iglesia, en el corazón de estos hombres, y dirá San Juan, – sabiendo que ya le llegó el momento de partir a la casa del Padre, prometo enviarles un abogado que les ayduará -. Jesucristo no va a marcharse sin dejar en sus Apóstoles, a ese Espíritu que los va a guiar, que los va a conducir, y con ello quiere decir que su estancia física ya no  estará entre ellos, pero que  será el Espíritu quien les ayudará, y no van a quedar como huérfanos, no van a quedar abandonados, sino que quedarán asistidos en todo momento.. Él les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho, y les he enseñado”

 

“El cristiano tiene que estar siempre atento a la acción del Espíritu Santo, tiene que ser siempre dócil, porque es Él el que nos ilumina, es Él el que nos hace tomar acciones, las mejore; qué bueno sería que nuestras familias pudiésen ser dirigidas por el Espíritu Santo, qué bueno sería que nuestra sociedad, nuestros pueblos, lograran persibir la acción del Espíritu. El Señor es conciente que lo que nos quita el amor, la alegría, la fortaleza, el deseo de seguir adelante, son precisamente los conflictos, son aquellas cosas, que estan ahí permanentes”, enfatizó el Prelado.

“Vivimos esos tiempos de conflictos, de pandemias, de guerras, de contradicciones, de hambruna, de persecución, de migración, un hombre movido por el Espíritu sabe que eso no sucede por casualidad, un hombre de Dios sabe que esas cosas están ahí para hacernos creer que Dios no nos ama, para hacernos creer que el mal tiene la última palabra”

 

San Pablo, el hombre de la Palabra, el hombre lleno de ese Espíritu

“El Espiritu lo impulsaba a salir, a misionar, a anunciar, denunciar lo malo. (Rom 8-35)  ¿Quién podrá apartarme del amor de Dios?, acaso será la tribulación, el hambre, la desnudez, el peligro la espada, y no se da cuenta, queridos hermanos, que todo eso está ahí siempre presente, está ahí para que nos dobleguemos, que perdamos la esperanza, la alegría de enfrentar la vida con optimismo, y es ahí donde el Señor motiva a los apśotoles, el Espíritu Santo quien les dará Fortaleza”, aseguró el obispo de Siuna.

Recuerda magisterio de Mons. Rolando

Al tiempo que recordó el pensamiento de  Mons. Rolando: – Nosotros cuando nos unimos y nos gozamos y vivimos con alegría estas fiestas, no es porque seamos personas que nos gozamos por el dolor de los demás, sino que es Cristo el que nos fortalece, es Cristo el que nos da la alegría para celebrar estas fiestas –, es Cristo es Cristo  el que nos ayuda a ver con optimismo el presente y el futuro”, sostuvo.

Ante esto, explicó que “Eso no signifca que el mal no nos está acechando, eso no significa que el mal no nos está poniendo zancadillas, eso no significa estemos siendo atacados noche y día, para que nuestra fe, nuestro amor, desaparezca; es Cristo el que nos da la fortaleza, es decir, es la acción del Espíritu que reaviva, que renueva es mensaje de amor, de esperanza de Cristo en nuestros corazones, Él es que nos ayuda a ver con mucha esperanza todo el dolor que podemos estar viviendo, sintiendo en nuestro corazón”