El obispo de la Diócesis de Jinotega  Su Exc. Rev. Mons. Carlos Enrique Herrera,  Jinotega, meditó  en su homilía este domingo que  “Hoy le damos honra y gloria a Dios a través de nuestra Madre Santísima y le pedimos por nuestra familia y le pedimos por nuestra nación, por nuestro pueblo que socorre a tantos migrantes, que socorre a tantas mujeres enfermas, como decía en el evangelio, que están también sufriendo mucho y a los que están también detenidos, de una u otra forma, por ellas pedimos que están sufriendo, a la Virgen del Perpetuo Socorro, Que el Señor haga, a través de su madre, ese milagro también de sentirse esas personas liberadas, fortalecidas, que se sientan ellos también que tienen una Madre”,

“Me recuerda a mí de pequeño, mi madre me dio una medallita del Perpetuo Socorro y  todo el tiempo la mantuve yo,  siempre le he pedido a ella su intercesión, María como Madre mía, como Madre de la iglesia y me ha acompañado en los momentos difíciles de toda la vida,  les invito a tener esa devoción a la Virgen bajo esta advocación”, rememoró el Prelado.

“La primera lectura escuchamos que el Señor nos ha creado para la vida, nos ha dado esa vida divina, la vida divina es la vida eterna, por lo tanto, en estos dos milagros que hace el Señor es porque quiere dar la vida, primero  el don de la fe, tanto a este jefe de la Sinagoga, que para él pedirle un favor a Jesús, se exponía a que los demás jefes de la Sinagoga, que no querían a Jesús, pues, lo criticarán, lo difamarán; pero pudo más la necesidad de que su hija volviera a la vida y le pidió a Jesús, el mismo Jesús le dice: «basta que tengas fé para que tu hija vuelva a la vida», meditó.

“Es importante este gesto, lo que el Señor siempre nos pide, la fe. Vemos a esta mujer, también, con su enfermedad, una enfermedad que en aquel tiempo era como alguien que era despreciada  y ella vivía ahí, aislada, aun de sus familiares, pero ya no aguantaba esta situación y se va con una humildad y con una fe tan grande, que trata de superar todo lo que pudiesen decir los demás y toca el manto de Jesús”, manifestó.

El religioso expuso que “Jesús, para dar a entender, también, un mensaje a todos aquellos, aquella cultura de muerte, pregunta ¿quién me ha tocado?,y la mujer dice: «yo». Hace ver que esa mujer por su fe es una mujer nueva, porque ha sido curada, ha salido de esa situación de marginación, según esa cultura”.

“Es una imagen que pasó muchas pruebas también, estuvo en la guerra, Napoleón destruyó varias iglesias, y destruyó esa iglesia donde estaba esta imagen, sin embargo, fue liberada y se cuidó y volvió a ponerse en veneración allá en Roma, a través de los religiosos Redentoristas. Consagraron a este templo bajo la advocación del Perpetuo Socorro, por eso nosotros debemos continuar esta veneración pidiendo su intercesión bajo esta imagen, bajo esta advocación del Perpetuo Socorro, la palabra «Perpetuo» quiere decir siempre, siempre María nos socorre,” recordó.