Su Eminencia Rev. Leopoldo José Brenes Solórzano, Arzobispo Metropolitano, meditó en su homilía de este domingo en la Solemnidad de la Santísima Trinidad, que “Bien lo decimos en el Credo:  –Creo en la iglesia que es una -, y esa unidad se da se da en esa comunión que cada uno de nosotros podemos desarrollar, una unidad que cada uno tiene una misión y eso lo tiene la Trinidad. También, en la familia: el papá, mamá, los hijos; en la iglesia: desde el Papa, los Obispos, los sacerdotes, todos tenemos una misión; pero el punto que va a hilar todo eso, prácticamente va a ser la unidad, y esa unidad la tenemos como un verdadero testimonio en la Santísima Trinidad.  Pedimos al Señor que Él fortalezca la unidad dentro nosotros, fortalezca la unidad en la iglesia, fortalezca la unidad en la familia, fortalezca la unidad en el mundo, porque donde hay unidad, hay diálogo, hay comunicación y hay entendimiento, y hay una facilitación de la misión que cada uno tenemos que desarrollar”.

 

 

“Yo creo que para todos nosotros que, de manera especial los que ya estamos de 16 años para arriba, cuando estamos en las catequesis y se nos proponía en el Catecismo el misterio de la Santísima Trinidad, y nuestras catequista nos decía: el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios – . Tres Personas distintas, no.  – Son tres  dioses -, contestaban muchos de nosotros, Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, pero nuestra Catequista, con toda sencillez, nos estaba explicando el misterio de la Santísima Trinidad, que es una cosa distinta a lo misterioso, el misterio significa algo íntimo que hay en lo más profundo de nuestro corazón y poco a poco se nos va revelando, poco a poco vamos entendiendo esa grandeza de lo que está ahí encerrado”, explicó el Jerarca.

“Toda nuestra vida es Trinitaria, desde el mismo momento en que nos levantamos, nos santiguamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en cualquier momento venimos a nuestro templo para hacer nuestra oración y el primer gesto que tenemos es siempre santiguarnos, tener esta presencia del Dios uno y Trino”

“Escuchamos hace unos domingos, ese texto tan hermoso del evangelio  (Jn 17) –Que todos sean uno-, es lo que el Señor Jesús nos estaba enseñando, la unidad, y esa unidad se manifiesta en la Trinidad, ¿cómo podemos definir a Dios en sus tres personas?, Dios es amor”, sostuvo el Prelado.

En este sentido, remarcó que “Dios es amor y qué hermoso cuando en unos hogares cuando uno entra, encuentra un letrerito que dice:  -Dios es amor -, qué bonito como recibir a un visitante, recibir a un familiar con ese texto:  -Dios es amor -, sí, es la definición de Dios, Dios nos ama intensamente”

Al referirse al pasaje del  Evangelio que cita: –Tanto amó Dios al mundo que nos entregó a su Hijo Jesús- dijo que “El Padre nos entrega a su Hijo y nos lo entrega por amor, de igual forma, Cristo Jesús, manifiesta su cercanía, su cariño para con todos nosotros, en un gesto de salvación y todo lo hace por amor, y yo siempre he dicho: Tanto nos ama Jesús, que entregó su vida, y entregó su vida para que todos tengamos vida, y tengamos vida en abundancia», subrayó.

Presencia del Espiritu Santo es presencia de amor

Al tiempo que recordó que “la presencia del Espíritu, es una presencia de amor,  -Lo que he oído a mi Padre, el Espíritu Santo se los va a comunicar», leíamos en el Evangelio, «hay tantas cosas que les he dicho, pero que ustedes todavía no lo entienden, es el Espíritu Santo el que se va a encargar, el Espíritu Santo les va recordar todas las cosas que yo les he dicho, Él les va a enseñar, Él les va a conducir-, vean qué hermoso tener esa presencia Trinitaria en nuestras vida, Dios es amor”, insistió.

Asimismo, aclaró que “Cada una de las personas, desarrollan en nuestra vida una acción, el Padre celestial nos ha creado, es el creador, Cristo Jesús ha venido al mundo para desarrollar una misión, y la misión de Jesús, es prácticamente la salvación, Dios nos salva en Cristo Jesús,  segunda persona en la Santísima Trinidad, pero todos estamos llamados a la santidad, y el Padre que nos ha dado a su Hijo por amor, que Cristo que ha muerto por amor, el Espíritu Santo en la grandeza de su amor, nos santifica a cada uno de nosotros, estamos llamados a ser santos, vean qué hermoso podemos hoy comprender, ya ese misterio de la Santísima Trinidad que es algo que esta fuera de nosotros, sino que, en sus Tres Personas distintas”

“Y en la unidad de Dios que es su amor, cada una desarrolla un gesto de amor por nosotros: nos ha creado, nos ha salvado, y nos está santificando. Y nos está indicando el camino, nos está acompañando de manera permanente esa presencia Trinitaria, y Cristo nos habla de esa unidad en nuestra vida, porque todo lo que el Padre es, se lo comunica el Hijo, y el Hijo se lo comunica al Espíritu Santo para que nosotros podamos comprenderlo y podamos vivirlo intensamente”, sostuvo el eclesiástico”.

 

El Arzobispo hizo referencia  al pensamiento del  Santo Padre, expresado durante  el Angelus en Roma,  quien  hablaba de – esa unidad que hay entre la Trinidad, y una unidad bien fuerte que nada ni nadie puede separar, porque hay un complemento, hay una integración plena, eso tiene que ser el testimonio de una familia-, ¿cómo vivimos en familia esa acción trinitaria, esa unidad de papá y mamá con sus hijos?, ¿cómo vivimos esa unidad dentro de la iglesia?, interpeló el Arzobispo.

Hermosa experiencia haber vivido esta jornada de oración con nuestros jóvenes

El señor Cardenal, felicitó a los más de 3,000 jóvenes que concurrieron de distintas zonas pastorales la noche anterior, quienes vivieron la Vigilia de Pentecostés Juvenil, ”En un ambiente de silencio, en un ambiente de oración, pero también lo que es propio de nuestra juventud, la alegría, la alegría, verlos levantar los brazos, verlos brincar, verlos moverse, pero también ese gozo del canto, también el silencio, y yo les decía, y todos mis vicarios también me compartieron, cómo nos estamos abriendo a la gracia del Espíritu Santo, que el joven se abra a la gracia del Espíritu Santo, ¿Quién es que motiva la vida de los jóvenes?, sino es el Espíritu”, dijo.

“Este año en preparación a la 30 jornada, los jóvenes puedan vivir un ambiente de dejarse conducir por el Espíritu. Que nuestros jóvenes y todos nosotros, como iglesia Arquidiocesana, y también como iglesia que peregrina en toda nuestra Provincia Eclesiática, al igual que María, podamos también decirle a nuestro buen Dios:  -he aquí los servidores, he aquí los que queremos trabajar por la unidad de la iglesia, he aquí los que queremos aportar lo mejor para el bien de nuestra patria, para el bien de nuestro país”