“El dolor de las familias nicaragüenses bajo el testimonio de la familia de Nazaret que huye, que se exilió, que fue migrante, que viven incertidumbre, ausencia y separación”, recordó Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, Obispo de la Diócesis de Matagalpa en su homilía de este domingo con ocasión de la fiesta de la Sagrada Familia en la Iglesia tras añadir “La Sagrada Familia de Nazareth que en medio de tanto dolor fue fiel al plan de Dios, sostenga la unidad de la familia nicaragüense, de la fortaleza para cuidar y defender la vida y la fidelidad para cumplir el plan de Dios”

“Hoy continúa vivo el testimonio doloroso de La Sagrada Familia de Nazareth, perseguida, que huye de su país de origen para salvar a su hijo, una familia migrante en Egipto, una familia en un país extraño, de una lengua extraña, de costumbres diferentes, un afamilia en el exilio”

“Más de 2000 años han transcurrido y la historia se continúa repitiendo, familias, cientos, miles de familias viven situaciones de dramática inestabilidad e inseguridad y buscan una nueva tierra que les pueda ofrecer pan, dignidad y paz; es la migración de los desesperados, hombres y mujeres, a menudo jóvenes, a los que no queda más remedio que dejar su país, aventurándose hacia lo desconocido, cada día afrontan peligros con el intento de huir de una vida sin futuro, están desesperados y toman la desición de salir de su tierra sin saber qué van a encontrar, qué les va a pasar, conscientes que en esa desición pueden perder la vida como a tantos hermanos nuestros, nicaragüenses les ha sucedido”, dijo en el acto litúrgico celebrado en la santa catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa.

“Hermanos exiliados, familias migrantes, con dolor los ponemos bajo el amparo y la compañía de La Familia de Nazareth, con ese mismo dolor dejamos frente al pesebre de Dios encarnado a los presos políticos y a sus familias, la incertidumbre, la ausencia, la separación, cuántos corazones desgarrados”

 

“Niño de Belén, permite que quienes están encarcelados por razones políticas puedan volver pronto a sus hogares”, abogó el obispo.

“Vienen a nuestra mente el dolor de tantas familias que han perdido a un ser amado en estos casi dos años, a causa de la pandemia, un padre, una madre, un hijo, varios miembros de una misma familia ya no están entre nosotros; la Sagrada Familia de Nazareth sea causa de consuelo y esperanza, estas y otras situaciones han herido el corazón y la comunión de la familia en Nicaragua”

 

San Juan Pablo II afirmó: “-El futuro de la humanidad se fragua en la familia – Y nosotros nos preguntamos: ¿qué podríamos decir del futuro de la familia nicaragüense?, mientras el anuncio del nacimiento del Salvador, fuente de la verdadera paz, resuena a nuestro alrededor en el mundo entero vemos conflictos, crisis y contradicciones, parecen que no terminan nunca y podrían pasar desapercibidos”, observó el Prelado.

“No nos habituemos, hermanos, de inmenzas tragedias, que no pasen por alto, no corramos el riesgo de no escuchar los gritos de dolor y desesperación de muchos hermanos y hermana”, recomendó el eclesiástico.

 

La Sagrada Familia una familia en la que descubrimos un intenso amor y una profunda confianza.

“El amor tiene un componente básico, fundamental, esencial e imprescindible que es el diálogo; el diálogo que busca la verdad y que por lo tanto, debe de realizarse con un corazón sincero, franco y lleno de bondad para reconocer que ninguno en la familia tiene la verdad total, mucho menos, la verdad absoluta, que todos en la familia, tenemos alguna parte de la verdad y que el otro o los otros, también tienen su parte en la verdad; de tal manera, que para encontrarla todos necesitamos renunciar a nuestro egoísmo, a todo tipo de soberbia, de prepotencia o de impulsos y reacciones negativas que sofocan al hermano, a la hermana, al esposo, a la esposo, al hijo, a la hija, al hermano, a la hermana, miembro de aquella familia y que le impide entonces, compartir su verdad”, sostuvo.

“En este diálogo, entonces, también con ese corazón sincero y franco necesitamos saber que nos equivocamos, reconocer cuando sea necesario, nuestros errores, identificar nuestras limitaciones, nuestras fragilidades y debilidades, saber que en casa nadie es perfecto, que todos somos imperfectos y que somos a la vez perfectibles, que vamos en camino, en búsqueda de la perfección”

Asimismo, animó a que “Este diálogo, amadísimos, debe ser diario en la familia, en el matrimonio, en el hogar. No se puede dejar pasar un solo día sin dialogar, compartiendo también con los demás las experiencias vividas a lo largo del día, los sin sabores, los sufrimientos, los fracasos, los dolores, las esperanzas, las alegrías, las luchas, los trabajos y los sacrificios, dándole siempre al otro, sea éste el esposo, la esposa, los hijos, los hermanos, un lugar y un espacio para que puedan expresarse y compartir su corazón”

He ahí, la importancia del diálogo en la familia que sostiene el amor

“De lo contrario, el corazón se va silenciando y cuando el corazón en la familia se silencia por esta falta de compartir, de expresar, de buscar la verdad, de reconocer que el otro tiene parte de ella como la tengo yo, que todos somos imperfectos y buscamos día a día la perfección”

“Cuando el corazón se silencia por falta de estos momentos, de estos espacios de comunión, de participación, de conversación, el corazón comienza también a cerrarse y, lo peligroso de esto, es que… pareciera que va en cadena lo negativo, ya que un corazón que se ha cerrado al otro, porque no ha encontrado este momento para compartir, para dialogar, para conversar; también muy probablemente es un corazón que se llega a endurecer y ahí vienen los resentimientos”, advitió Mons. Alvarez Lagos.

 

En este sentido subrayó que el “Resentimiento, precisamente, porque el otro siente que se le ha negado ese espacio vital, que es el conversar, el compartir, el ser partícipe toda la familia de las decisiones; por eso el diálogo es totalmente contrario al autoritarismo, a la imposición o a una cierta paz de los cementerios, donde alguno en casa podría pensar que tener la autoridad es tener y vivir como autoritario, que son cosas totalmente contrarias y diferentes”.

 

La autoridad nada tiene que ver con el autoritarismo.

Asimismo, enfatizó que “La autoridad nada tiene que ver con lo autoritario; muy al contrario, los padres de familia que son cabeza y corazón en la casa, como autoridad son los primeros responsables de promover en el hogar el diálogo; este diálogo, el Papa Francisco diría  –que lo interpreta en clave de asombro -, de admiración, cuando él comentando este Texto Evangélico y recordando que cuando La Virgen y José encontraron al niño en el templo, entre los doctores y maestros de la ley, escuhándoles, haciéndoles preguntas y respondiéndoselas, dice el Evangelista San Lucas: –Todos los que lo oían, se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas – “, dijo.

La importancia del dialogo, nutre capacidad de abrir la mente y el corazon

“En el diálogo es importantísima la admiración, solo así se puede nutrir la capacidad de abrir la mente y el corazón al otro para decir la verdad con caridad, para poder corregir al otro con cariño, para poder decirle al otro lo que uno realmente está pensando y sintiendo sin guardárselo en el corazón, para que el corazón no se silencie, no se cierre y no se endurezca y recienta. Admirarse del otro, sorprenderse del otro, es reconocer que él también tiene muchas virtudes, muchas cualidades y muchos talentos y para el diálogo y la conversación es necesaria esta sorpresa, esta admiración, este estupor dirían algunos filósofos, que es asombrarse de lo bueno que hay en el esposo, en la esposa, en los hijos, en los hermanos”

¿Cuántas veces nosotros, lamentablemente estamos habituados a mirar únicamente el puntito negro en la página blanca?, interrogó. Y respondió”Desperdiciando toda esa belleza, toda esa bondad. ¿Cuántas veces, lamentablemente estamos habituados a identificar y darle más relevancia, importancia al defecto, al error que ha cometido el esposo, la esposa, los hijos, los hermanos?, y desperdiciamos y hechamos de menos cuantas bondades ha tenido”, señaló el Jerarca de Matagalpa.

Mons. Alvarez Lagos aconseja a matrimononios  a darse oportunidades

“Cuando en un matrimonio hay un problema por alguna caída o un defecto de uno de los cónyuges o en la familia dificultades por alguna situación dolorosa, incluso, podría ser hasta una especie de vicio en uno de los hijos, de los hermanos; ponemos más nuestra atención en la caída, en el pecado cometido, en el defecto, en el error, en el problema que se ha suscitado que en toda una larga vida de bondad”, recalcó.

En este orden aconsejó a darse nuevas oportunidades cuando  “El matrimonio se tambalea y hasta hay algunos que se vienen abajo, las familias se tambalean y hasta hay algunas que se desintegran. ¿No será que en ese momento no tuvimos la capacidad de asombrarnos, de admirarnos?, descubriendo que aunque aquel hermano, aquel prójimo, mi esposo, mi esposa, mi hijo, haya cometido ese error, haya caído en ese pecado, tiene una historia de bondad maravillosa que es justo y necesario rescatarla; por lo que es justo y necesario siempre hermanos darse una nueva oportunidad en la familia, en el matrimonio, no hay que cansarse, no se cansen de darse nuevas oportunidades”, manifestó.

 

 

¿Cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano? 70 veces 7

El obispo de Matagalpa invitó a los matrimonios, familias  a vivir el perdón:  “En el matrimonio, en la familia, esta exhortación del Señor, de perdonarse siempre, es donde mayor fuerza debería de tener. Solo así se puede sostener el amor, solo así el amor puede avanzar a través del tiempo, impidiendo que el tiempo termine erocionando al amor, haciéndole daño al amor. Solo en esta espiritualidad de un amor dialogado, de un amor admirado y sorprendido, de un amor así en el perdón”, sostuvo

“Nunca, nunca cometan el error de terminar el día en la familia, en el matrimonio con un problema, con una dificultad, una discución sin resolver, porque en tonces, la hora del descanso de la noche, se convierte en el interior del corazón en un conflicto no resuelto en el día; antes de cerrar los ojos, siempre ténganlo como principio de oro, como principio de gracia y misericordia, mejor aún, el resolver el problema o la discución que se pudo haber dado en el día. Que sus ojos no se cierren, ni vayan a la noche, dejándole al corazón un conflicto, porque entonces, muy probablemente el día siguiente será igualmente conflictivo”, sugirió el Prelado.

“Sean, seamos capaces de abrirnos a este amor dialogal, a este amor sorprendido, a este amor en el perdón todos los días de nuestra vida. Que los niños aprendan de ustedes los adultos, los mayores, esta capacidad de dialogar, esta capacidad de compartir, esta capacidad de abrir el corazón, para que ellos sepan que es la manera de sostener el amor”

 

“Otra característica que hemos mencionado en La Sagrada Familia, entre tantas, la profunda confianza, confianza en Jesús; para La Virgen y José, Jesús era el centro de su existencia; ellos regresaron a buscarlo y al verlo, dice el Evangelista,  –se quedaron atónitos -, y su madre le dijo:  –hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros? -. Necesitaban a Jesús, necesitaban a Jesús”, dijo.

Jesús es el centro de La Sagrada Familia

“Jesús debe ser el centro de nuestras familias, Jesús debe ser el centro de sus familias. Si Jesús no es el centro de nuestras familias, de sus matrimonios, es peligrosísimo que cualquier día de esos, esa familia, ese matrimonio caiga, porque Jesús es la roca que desecharon los arquitectos y que vino a ser la piedra angular. Él es el que nos sostiene a todos en pie, Él es el que sostiene a la familia, Él es el que sostiene al matrimonio; un matrimonio, una familia sin Jesús, es muy difícil que se sostenga, es muy difícil que prospere, es muy difícil que tenga estabilidad, es muy difícil que pueda caminar con seguridad, porque todo eso lo da Jesús”

 

El obispo rememoró el magisterio del  Papa Francisco expresando que esta confianza en Jesús, este –Tener en el centro a Jesús, diría que lo lee en la clave de la angustia-, cuando el texto nos ha dicho que La Virgen continuó diciéndole al niño –Tu padre y yo te hemos estado buscando, llenos de angustia«. Angustiados, porque habían perdido a Jesús”, meditó.

“Es bueno que si en algún momento de nuestra vida hemos perdido a Jesús, nos angustiemos. Es hora para aquellas familias que se han alejado de Jesús, para aquellos matrimonios que se han alejado del Señor, que lo han perdido, es hora que se angustien; que se angustien sanamente para buscarlo, para encontrarlo, para que Jesús vuelva y siga siendo el centro de sus hogares, de sus familias, el centro de sus corazones”

 

Preocúpense cuando en la familia ya no se está rezando

“Preocúpense cuando en la familia ya no se está leyendo y meditando la palabra de Dios, Preocúpense cuando la familia ya no viene a Misa, acuérdense que María, La Virgen y José, el justo, encontraron a Jesús en el templo; por eso, nosotros busquémoslo también en la Eucaristía, busquémoslo también a Jesús en el templo y… repito: toda familia que lo haya perdido, búsquelo que Él se dejará encontrar y salve su matrimonio, salve su familia, porque la familia es el fundamento de toda sociedad, la familia es la fortaleza de la Iglesia, es transmisora de la fe cristiana, de la fe católica”, recomendó el eclesiástico.